Esta semana, el Parlamento Europeo acordó prohibir la venta de automóviles con motores térmicos de gasolina o diésel a partir del año 2035, en el marco del llamado “Green Deal” o Pacto Verde Europeo. Una iniciativa aplaudida por muchos pero criticada por otros.
Por Orlando Torricelli
Francia, 12 de junio (RFI).- El miércoles 8 de junio, el Parlamento Europeo votó el fin de las ventas de vehículos térmicos nuevos en 2035. Los eurodiputados quieren que todos los coches individuales vendidos a partir de ese año sean “emisiones cero”. No más gasolina y no más diésel. El Parlamento Europeo aprobó la propuesta de Bruselas de reducir a cero las emisiones de los coches nuevos a partir de 2035, autorizando de facto únicamente la venta de vehículos eléctricos.
La decisión del Parlamento Europeo es un paso importante contra el calentamiento global, pero también un desafío a nivel económico para la industria automotriz europea. En Alemania, por ejemplo, la fabricación de coches es uno de los pilares de la economía nacional.
“MARGEN DE 10 AÑOS”
La postura común de los parlamentarios europeos gira en torno al hecho de que en 2050 Europa sea un continente neutro en carbono. Y de ahí que las matriculaciones de coches de combustión se paralicen un poco antes, estimando que el período de vida de un coche es de aproximadamente unos 15 años.
Defendiendo esta iniciativa, el eurodiputado español Ernest Urtasun explica a RFI que “esta decisión da un margen de 10 años a la industria del automóvil para que se adapte. También hay que tener en cuenta que en Europa tenemos el “Plan de Recuperación”. Y una gran parte de esos fondos están siendo destinados a la transición del sector automovilístico, en particular eléctrico”.
AUTOS ELÉCTRICOS: EL PROBLEMA DEL RECICLAJE
En cambio, el experto en el sector automotriz, Marc Sachon de la IESE Business School de Madrid, considera que la decisión del Parlamento Europeo no representa una gran solución para el calentamiento global, pero sí tendrá impactos no deseados.
Según él, tendrá “sobre todo impacto en la clase media que no podrá permitirse cambiar fácilmente un coche de combustión por un coche eléctrico 10 o 20 por ciento más caro. Al mismo tiempo, los nuevos motores modernos de combustión tienen un nivel muy bajo de emisiones”.
“Por otra parte, para el coche eléctrico no está solucionado el tema del reciclaje de las materias primas. Un dato es el caso del litio -elemento clave de las baterias-, que sólo se recicla el cinco por ciento, el resto se tira en el medio ambiente con el impacto negativo que eso tiene”, estima.