Mientras el gigante asiático se expande a nivel global y en particular hacia América Latina, con tratados comerciales firmados con Chile, Perú y Costa Rica, que ya les dejan a estos países un superávit, mientras que Colombia avanza rumbo a ese objetivo con un acuerdo de entendimiento recién firmado, México registra un creciente déficit de su balanza comercial frente a este competidor.
En 2011, esa balanza superó los 46 mil 283 millones de dólares y todo apunta a que aumentará aún más a costa de los fabricantes y productores nacionales, traducido en alto desempleo por la falta de una “política exportadora” y por ausencia de “voluntad política” de los últimos gobiernos, coinciden en señalar empresarios e investigadores de la materia.
Desglosadas, las cifras del Banco de México (Banxico) registraron para ese año –en números cerrados– importaciones por 52 mil 248 millones de dólares y exportaciones por 5 mil 965 millones de dólares, lo que aporta el saldo negativo antes mencionado.
Para tener una idea del impacto negativo que ha significado la invasión china para la planta productiva de México hay que considerar los antecedentes.
De acuerdo con la firma Consultores Internacionales, en 2000, el país asiático exportaba a México poco más de 2 mil 800 millones de dólares; pero en 2010 la cifra aumentó a 45 mil 600 millones de dólares, lo que representó un déficit de poco más de 41 mil 400 millones de dólares si se considera que las exportaciones de México alcanzaron sólo 4 mil 200 millones de dólares en 2010.
El doctor Romer Cornejo, profesor-investigador del Centro de Estudios de Asia y África de el Colegio de México (CEAA-Colmex), admite que el déficit de México es muy alto y obedece al hecho de que “desde hace décadas México no tiene una política industrial exportadora que considere a otros mercados diferentes al de Estados Unidos, ni considera lo que hacen sus competidores, en este caso China”.
La doctora Marisela Connelly, también profesora-investigadora del CEAA-Colmex, sostiene que el déficit comercial ha ido creciendo a través de los años: en 1993, China era el décimo proveedor de México, pero para 2002 ya era el tercero. “La razón es la misma, México no ha aprovechado sus ventajas para penetrar el mercado chino. En cambio China, cada año logra que sus productos se vendan más en el país”.
Para el organismo ProMéxico (fideicomiso considerado entidad paraestatal y creado para promover la inversión extranjera en México, las exportaciones y la internacionalización de las empresas mexicanas), China es el segundo socio comercial de México a escala mundial (segundo como abastecedor y séptimo como comprador). El intercambio comercial entre México y China creció 706% entre 2001 y 2009, al pasar de 4 mil 309 millones de dólares a 34 mil 744 millones de dólares, que representa una tasa media anual de crecimiento de 30 por ciento. “Al cierre de 2009, México registró un déficit de 30 mil 314 millones de dólares en su comercio con ese país”.
Las exportaciones mexicanas hacia el gigante asiático registraron “un crecimiento de 686% en ese lapso, pasando de 282 millones de dólares en 2001 a 2 mil 215 millones de dólares en 2009, lo que representó una tasa media anual de crecimiento de 29%; en tanto, las importaciones aumentaron 708%, pasando de 4 mil 027 millones de dólares en 2001 a 32 mil 529 millones de dólares en 2009, con una tasa de crecimiento media anual de 30 por ciento”.
ProMéxico advierte que “hay fuertes discrepancias” entre las cifras de comercio bilateral publicado por uno y otro país: “China reporta más importaciones de productos mexicanos que las cifras nacionales, mientras que registra un nivel mucho menor de exportaciones a México comparado con los registros locales. Esto probablemente refleja la triangulación del comercio bilateral a través de terceros países (Hong Kong, Estados Unidos y Singapur seguramente)”.
Tal advertencia es muy reveladora. En la balanza comercial para 2009, México reportaba un déficit de 30 mil 314 millones de dólares, y el dato de China fue de 8, mil 450 millones de dólares, según datos de Global Trade Atlas y Banco de México. Ya desglosado, mientras México reportaba en 2009 un comercio total de 34 mil 744 millones de dólares, China daba su propia cifra: 16 mil 154 millones de dólares. En exportaciones hacia China, México reportaba en ese año 2 mil 215 millones de dólares, pero China anotaba 3 mil 852 millones de dólares. En importaciones desde el país asiático, México registraba 32 mil 529 millones de dólares, pero China reportaba una cifra mucho menor de apenas 12 mil 302 millones de dólares, con una variación a la baja de 11% respecto de 2008.
El manejo que China da a las cifras no deja de levantar la suspicacia de que obedece a las presiones que recibe de otros países –Estados Unidos en particular– para que equilibre su balanza comercial, lo que equivale a decir que compre más o que revalué su moneda, el yuan, muy subvaluado frente al dólar; aunque ciertos analistas admiten que es parte de la libertad que tienen las naciones para adoptar estrategias de competencia.
Frente a tal coyuntura, la situación de México no resulta esperanzadora, puesto que en diciembre de 2011, de acuerdo con la regulación internacional, terminó el plazo para desgravar las importaciones chinas. Ante la inminencia de un aumento del déficit de la balanza comercial, desde meses antes, el empresario Julio A. Millán, presidente del Corporativo Coraza y de la firma Consultores Internacionales, advirtió que, a pesar de que según la Secretaría de Economía se podrían aplicar medidas de urgencia o salvaguardas en caso de detectarse casos de dumping (competencia desleal), considerando la fragilidad del mercado interno, el gobierno federal debería estudiar la posibilidad de ampliar su capacidad de respuesta”.
EL TAMAÑO DEL DRAGÓN SÍ IMPORTA
Algunos datos permiten dimensionar el tamaño del adversario comercial que enfrentan México, Estados Unidos y el mundo que, sin embargo, tiene serios obstáculos en su horizonte de crecimiento por la grave crisis que atraviesa Europa y que la hacen mirar hacia América Latina.
En 2011, el superávit comercial global de China se redujo a 160 mil millones de dólares, dijo el ministro de Comercio, Chen Deming, en línea con la promesa de Pekín de impulsar las importaciones y equilibrar el comercio del país, según la agencia Reuters. “El saldo positivo disminuyó respecto del superávit comercial de 183 mil 100 millones de dólares registrado en 2010”. El volumen de exportaciones e importaciones de China totalizó 3.6 billones de dólares en 2011, “un aumento del 20% respecto al año anterior”.
Apenas en 2000, el volumen global de las importaciones y exportaciones de China fue de 474 mil 300 millones de dólares (249 mil 200 millones de dólares por exportaciones y 225 mil 100 millones más por importaciones), lo que representó un aumento de 31.5% sobre el año anterior, con un superávit de 24 mil 100 millones de dólares.
Pero en este año, el gigante asiático sufre los estragos de la crisis europea. Sólo para abril, las exportaciones en China crecieron 4.9%, según cifras preliminares y en las importaciones 0.3%; sin embargo, estos datos fueron menores a los esperados. Las expectativas chinas eran un aumento en las exportaciones de 8.5%, y para las importaciones las predicciones (11%) estuvieron también por debajo del aumento señalado.
Las exportaciones sumaron un total de 163 mil 300 millones de dólares, 4% menos que en marzo de este año. En importaciones la cifra fue de 144 mil 800 millones de dólares, una tasa menor que el mes previo, de 5 por ciento . Así, la balanza comercial logró un superávit de 18 mil 400 millones de dólares en abril, equivalente a 13 mil 050 millones de dólares más que en marzo.
La economía china ocupa el segundo lugar entre los países de Asia y a escala mundial tiene la tercera posición. En 2009, China superó el objetivo de crecimiento del PIB real de 8%, con un alza de 8.7%; para 2010, se esperaba un crecimiento del PIB de 10 por ciento.
Por otro lado, el gigante asiático resiste las presiones, aunque cede moderadamente en los términos de la paridad monetaria. El 30 de abril, China anunció que desea aumentar sus importaciones para equilibrar sus intercambios internacionales. La declaración ocurrió tres días antes de una reunión económica estratégica con Estados Unidos, que continúa sufriendo un enorme déficit comercial frente al país asiático de 295 mil millones de dólares en 2011, mismo que analistas atribuyen al bajo valor de la moneda china, el yuan, que da una ventaja comparativa definitiva a los productos chinos que se importan a EU. Para calmar las exigencias con una mayor flexibilidad de la tasa de cambio del yuan, el Banco Central chino anunció que ampliaba la banda de fluctuación respecto al dólar, que pasó de 0.5% a 1 por ciento.
El principal destino para las exportaciones de China en 2009 fue la Unión Europea (19.6% de participación), le sigue EU (18.4%), Hong Kong (13.8%) y Japón (8.1%). Las importaciones de China proceden principalmente de Japón (13.0%), seguido por la Unión Europea (12.7%), Corea del Sur (10.2%) y Taiwán (8.6%).
México es el segundo socio comercial de China en América Latina y también el mayor destino de exportación de China en esta región. En su relación con México, el intercambio está marcado por importantes datos, en los que sobresale el alto volumen comercial pero con pocas inversiones entre ambos países. Según ProMéxico, 75% de las exportaciones mexicanas a China son manufacturas, principalmente de cobre, celulares, computadoras, circuitos integrados, módulos microelectrónicos y autopartes. En cambio, 97% de las importaciones mexicanas provenientes de China son manufacturas. China exporta a México principalmente computadoras y equipos de comunicación, ropa, televisores, radios, accesorios de equipos de procesamiento de datos y otros.
Datos de la embajada de China en México señalan que en la actualidad, México constituye uno de los principales destinos de inversión de China en Latinoamérica. “En total, 57 empresas chinas han arrojado 400 millones de dólares de inversión en México. Mientras tanto, México maneja 109 proyectos con 65 millones 270 mil dólares de inversión en China. Entre los proyectos invertidos y contratados de China en México sobresalen el desarrollo agrícola de Xintian-México SA de CV, Fábrica de Textil de Sinatex SA de CV, así como los proyectos de servicio petrolero del PetroChina y Sinopec, etcétera”.
ProMéxico expone que entre enero de 1999 y diciembre de 2009, las empresas con inversión china establecidas en México realizaron inversiones por 93.1 millones de dólares. A diciembre de 2009, se contaba con el registro de 563 empresas con participación china en su capital social. “En cuanto a la inversión china en México, las cifras no reflejan fielmente el monto total, ya que muchas de las inversiones provenientes de China se llevan a cabo a través de subsidiarias en otros países, lo que impide tener un registro fiel de las inversiones”, establece.
Ante la debacle de la eurozona y el impacto que ya ocasiona a China y a los mercados emergentes, el presidente de Consultores Internacionales, Julio S. Millán, representante del Comité Mexicano del Consejo Asesor de Negocios de APEC (Mecanismo de Cooperación Económica Asia Pacífico), señala que existe un cambio en la riqueza mundial; la crisis financiera global ha acelerado el traspaso del poder económico de las economías desarrolladas a las economías en desarrollo. “Según estimados del Banco Mundial los países emergentes promediarán un crecimiento anual de 4.7% entre 2011 y 2025, mientras que las economías desarrolladas lo harán a un ritmo de sólo 2.3%; en el corto plazo, el PIB de China seguirá creciendo alrededor de 9% y el de India alcanzará una tasa de crecimiento de aproximadamente 7.5%”, dice.
Como Europa y Estados unidos son grandes consumidores de productos de los países emergentes, “los recursos financieros de países como el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India e China) pueden ser invertidos en Europa para ayudar a que sus clientes no se hundan. Pueden evitar que la eurozona se paralice, lo que a su vez impediría que sus propias economías se estanquen”, advierte el directivo de Consultores Internacionales, quien tiene el mérito de haber impulsado e insistido desde hace décadas en la diversificación comercial de México.
LA LLAVE CHINA Y LA OMC INMOVILIZARON A MÉXICO
Para explicar la impotencia de México ante el expansionismo chino es justo decir que tampoco el marco jurídico global ha jugado a favor de la nación azteca.
“Está diseñado para fomentar el comercio libre, que en última instancia favorece a las empresas que puedan producir a los precios más bajos”, puntualiza el doctor Romer Cornejo, miembro del Comité Editorial de la revista Estudios de Asia y África, y fundador y coordinador del Anuario Asia Pacífico; también es traductor del chino, y autor y coautor de numerosos libros y artículos, entre otros: China y América Latina. Génesis y desarrollo de sus relaciones (en coautoría con Marisela Connelly) y editado por el Colegio de México, 1995.
Marisela Connelly, titulada con la Maestría en Estudios de Asia y África, con especialidad en China, explica al respecto: “A raíz de la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, México negocio bilateralmente un acuerdo con ese país para que los aranceles que se le habían impuesto a China desde 1993 siguieran vigentes por algunos años más. En 2008 se realizó una nueva negociación ante la insistencia de los empresarios mexicanos de que persistieran los aranceles a los productos chinos. En 2011, nueva fecha límite, México se vio obligado a eliminar o en su caso, rebajar los aranceles a los productos chinos de modo que la competencia se incrementó”. Connelly también es autora y coautora de numerosos artículos y varios libros, entre otros: China and Latin America: The Economic Dimension, Multiregionalism and Multilateralism, Asian European Relations in a Global Context, editados por la Amsterdam University Press, en 2006.
Consultores Internacionales confirma que México impuso desde 1993 cuotas compensatorias a diversas mercancías de origen chino, “como medida para combatir los daños que ocasionaba China a los sectores sensibles de la industria nacional”. Luego China ingresó a la OMC y, como consecuencia, se estableció que todas las cuotas compensatorias se tenían que revisar y muy probablemente derogar. “En octubre de 2008 se firmó un acuerdo para establecer una medida de transición con el fin de que los sectores industriales mexicanos tuvieran hasta diciembre de 2011 para prepararse para la eliminación definitiva de las cuotas compensatorias, que originalmente vencían en diciembre de 2007”.
–¿Se tendría que replantear ante los organismos reguladores nuevas excepciones para salvaguardar a productores e industriales de México?
“Las excepciones y salvaguardas siempre se han planteado, en ese sentido México ha estado pidiendo plazos en todos los sectores. Los plazos son para cambiar las circunstancias. Éstas no cambian, los plazos vencen y regresamos al mismo punto”, sostiene el investigador del CEAA-Colmex. “Los negociadores mexicanos son excelentes para lograr plazos y excepciones, y éstos son excelentes para fomentar la cultura política de posponer sin prepararse para el futuro, sólo para dejarle el problema a la próxima administración”.
La voracidad del dragón chino también es resultado de que la “serpiente emplumada” ha permanecido inamovible, petrificada. La maestra Connelly sostiene que los empresarios mexicanos han sido lentos en modernizar sus empresas para ser más competitivos. “Es necesario que México realice un estudio del mercado chino para averiguar qué productos mexicanos son competitivos y pueden realmente penetrar ese mercado. Se necesita que los empresarios mexicanos arriesguen y salgan a vender a mercados no tradicionales”.
¿Qué ha estimulado el aumento de las importaciones mexicanas procedentes de aquél país?, se le pregunta al doctor Rommer Cornejo.
“Las condiciones favorables para la producción industrial en China y las facilidades para la exportación, mientras la situación en México es inversa. No hay que olvidar que en China el Estado tiene un proyecto específico de exportaciones, conectado con el empleo interno y que su política no pierde de vista estos fines”.
La maestra Connelly remata: “Es cuestión de productividad, de costos y también de falta de interés por la diversificación del lado mexicano”.
LAS JUSTIFICACIONES DE LA DEBACLE
Aunque hasta ahora los países latinoamericanos que lograron tratados comerciales con China celebran los logros iniciales y están muy optimistas, los investigadores mexicanos son escépticos de los alcances de los mismos. Rommer Cornejo subraya: “Los tratados de los países latinoamericanos con China están basados fundamentalmente en la exportación de materias primas al país asiático y las inversiones de éste en ese sector”.
Connelly abunda: “Lo que pasa es que países como Brasil, Argentina, Chile, Venezuela entre otros han aprovechado la necesidad de China por materias primas y como son productores de ellas le han vendido una gran cantidad por lo que su balanza comercial está equilibrada. No es el caso de México, país que produce más o menos lo mismo que China y compiten en manufacturas en el comercio exterior”.
¿Son competitivos los productores de México ante el gigante asiático, en cuestión de productividad, precio y calidad, o el déficit es más un asunto de paridad cambiaria y desinterés en la diversificación del comercio internacional mexicano?, se pregunta.
El doctor Cornejo subraya: “La paridad cambiaria –el yuan está muy devaluado frente al dólar– no parece incidir en gran medida y los trabajadores mexicanos pueden ser más competitivos. El problema radica en las condiciones generales, en la no política y en la ausencia de un Estado que con medidas jurídicas, de educación, inversión interna, etcétera, estimule la productividad y la exportación. Desde el punto de vista geográfico, cultural, internacional, institucional… tenemos mejores condiciones que China. Falta voluntad política”.
–¿Qué productos y sectores se han visto más perjudicados?
–Las exportaciones tradicionales: textiles, juguetes, zapatos. El asunto es que un país como México no debe depender de ese tipo de exportaciones. Se trataba de pasar a exportaciones de mayor valor agregado, con tecnologías más sofisticadas. Mantener las tradicionales y agregar las otras con mayor peso.
Otra de las razones por las que desde hace décadas el comercio chino fue ganando terreno en el territorio nacional, fue el contrabando. Sin embargo, este problema, con todas sus agravantes, no es el principal motivo de la debacle para los sectores nacionales más afectados, advierte Cornejo: “El contrabando es un problema, pues está fuera de la ley, no paga impuestos, pero no es ‘el problema’. En todo caso el contrabando es una consecuencia de la corrupción en México, en caso de que se quisiera atacar es allí donde hay que hacerlo”.
La maestra Connelly también exhorta a enfrentar el problema del contrabando: “El gobierno mexicano debe enfrentarlo combatiendo la corrupción”, insiste.
–¿La balanza desfavorable para México es reversible en plazos razonables o persistirá el desinterés del gobierno mexicano?
“Persistirá el desinterés y esa balanza desfavorable no es reversible en el mediano plazo”, responden contundente Cornejo y agrega: “Ha pasado el tiempo, han pasado las oportunidades. Además de China, México debe competir con India, Malasia, Vietnam, Brasil. En esos países hace décadas tomaron medidas en sus sistemas educativos, en su desarrollo específico en ciencia y tecnología vinculada a los productos con los que podían insertarse en el mercado mundial con éxito. En la medida en que pasa el tiempo las condiciones se hacen cada vez más difíciles para México. Por ello la elite política el poder acentúa tanto el asunto de las “reformas estructurales”, pues eso permitiría tener un alivio en el crecimiento económico basado en la exportación de materias primas, un regreso significativo al siglo XIX”.
Connelly expone que todo depende de las medidas que tome el gobierno mexicano: “Mientras en México no haya una política económica que contemple la modernización, sofisticación de la industria para hacerla más competitiva, no se podrán resolver los problemas que enfrenta con la competencia china. Lo importante es fijarse metas y cumplirlas, tal como se hace en China y no dejar todo para después”.
¿HAY OPCIONES PARA MÉXICO?
En esta relación asimétrica las inquietudes apuntan hacia la búsqueda de opciones para mejorar los términos del intercambio. Investigadores y empresarios ven con preocupación el desinterés del gobierno en responder al desafío invasor, que ha sido catastrófico para varios sectores de la industria nacional, en particular para los ramos textil, calzado y juguetes, independientemente de acuerdos comerciales.
Aunque algunos medios de la prensa internacional han comentado las intenciones de México de llegar a un tratado comercial con el gigante asiático, aquí se desconocen iniciativas concretas y si hay avances. La Secretaría de Economía declinó responder a un cuestionario sobre el tema.
¿Se negocia algún acuerdo con China?, se le pregunta a la maestra Connelly: “Hasta este momento no se negocia ningún acuerdo. Se llevó a cabo la Reunión Binacional México–China hace poco, pero no se comentó nada al respecto”.
Los planes de México en ese tema son inexistentes, coincide Cornejo: “México no tiene planes, ante la circunstancia del déficit comercial se han formulado propuestas, en su mayoría irrealizables en las condiciones actuales”.
Consultores Internacionales reporta que la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) ha reclamado que “en México no existen ni política industrial ni un mecanismo arancelario acertado, y la estrategia de eliminación de impuestos que se aplica a los productos de países con que México no tiene firmados tratados comerciales debe ser reconsiderada”.
En el análisis “Terminó el periodo de gracia, China toca la puerta”, del 26 de septiembre de 2011, Consultores Internacionales advertía: “El Gobierno Federal ha rechazado las exigencias de los industriales nacionales de suspender la desgravación de aranceles; el tema cobra aún una mayor relevancia, ya que el volumen de los 200 productos sujetos a las ‘medidas de transición’ que México actualmente importa de China, muy posiblemente se verá incrementado una vez que éstas sean derogadas, pues entrarán de manera legal aquellos productos que actualmente entran por contrabando”.
De las cuatro principales líneas de productos que México exporta a China –explica Consultores Internacionales– “según información de nuestro Centro de desarrollo PyME, son minerales metálicos, combustibles minerales y aceites, vehículos y equipo eléctrico y electrónico, mientras que la medida de eliminación arancelaria afectará a 16 ramas productivas entre las que están: calzado, acero, juguetes, hule, cosméticos, manufacturas eléctricas, textiles y la industria de la transformación”.
Para atender la urgencia, Consultores Internacionales propuso, de manera adicional al impuesto de salvaguardas anunciado, “adoptar medidas como la aplicación de un arancel remedial alineado con las normas de la OMC, y buscar ejercerlo en forma oportuna por parte de las aduanas, lo cual permitirá al país incrementar el umbral del comercio justo”.
Otra forma de abordar esta problemática –destaca el análisis– “respetando los acuerdos, sin desproteger y por el contrario fomentar el mercado interno, es mediante el establecimiento de una tasa de protección efectiva, lo cual implica imponer una tasa arancelaria menor a la importación del insumo, que a la importación de la mercancía terminada. En este caso se beneficia tanto al productor como al consumidor, pues en tanto que el precio de la mercancía es igual al precio final de la mercancía menos el costo de los insumos importados, el costo final del producto es más accesible para el consumidor y más rentable para el productor”.
Consultores Internacionales precisa que frente a la competencia de artículos importados, se debe alentar al procesamiento doméstico de la mercancía y a los productores nacionales, disminuyendo sus costos de producción, y aumentando la tasa de protección efectiva ofrecida, por encima de un arancel nominal sobre la mercancía final, impulsando en consecuencia, el empleo y el mercado interno.
En este sentido, el empresario Julio Millán recomienda que México debe aprender de los BRICS y poner velocidad a ajustes estructurales de política interna para obtener altas tasas de crecimiento. “El mercado mexicano debe mejorar en términos de competitividad y productividad en todos los elementos que abastecen el mercado interno, como la electricidad, la energía, la industria de telecomunicaciones. Debemos cubrirnos de los efectos adversos producto de la crisis europea; la estabilidad de las tasas de interés y la inflación, así como un mayor acceso al crédito, son elementos indispensables para dar certidumbre en las operaciones de largo plazo y así reactivar el mercado interno”.
China y México establecieron relaciones diplomáticas desde el 14 de febrero de 1972 y a partir de entonces se han multiplicado las reuniones de alto nivel, las cartas de intención, los foros, las declaraciones, las visitas de altos dignatarios, los convenios de intercambio cultural y educativo, pero prácticamente para México los avances han sido mínimos. El presidente Felipe Calderón visitó China en julio de 2008 y acordó con su homólogo chino Hu Jintao la celebración de Diálogo Estratégico entre ambos países. En agosto de 2009, el vicecanciller chino Li Jinzhang visitó México y realizó con su contraparte mexicana Lourdes Aranda, subsecretaria de Relaciones Exteriores, la primera reunión del Diálogo Estratégico.
Otras visitas del más alto nivel que antecedieron a la de Calderón fueron, por la parte mexicana, las de Luis Echeverría Álvarez, en abril de 1973; José López Portillo, en octubre de 1978; Miguel de la Madrid Hurtado, en diciembre de 1986; Carlos Salinas de Gortari, en noviembre de 1993; Ernesto Zedillo Ponce de León, en noviembre de 1996, y Vicente Fox Quesada, en junio de 2001.
En su visita a China, promoviendo su candidatura al FMI, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, afirmó en Beijing que para 2012, “China va a ser el tercer país con mayor participación en el FMI, por lo que juega un papel fundamental en la reforma de los mercados financieros internacionales, y también en el análisis de políticas económicas, la influencia que tiene ese país asiático sobre el resto del mundo es muy importante”.
Carlos Guzmán Bofill, director de ProMéxico, dijo el 14 de enero de 2011 que la relación entre China y México debe fundamentarse en atraer inversiones mutuas y fortalecer su intercambio comercial: “La llave para impulsar una integración económica en los dos países está en la inversión; hasta ahora, el comercio ha sido el eje de nuestros pactos económicos”, dijo Guzmán al presentar la Feria de Cantón y el Foro de Inversiones México-China 2011 en un hotel de la Ciudad de México. Señaló que México cuenta con la estabilidad macroeconómica necesaria para garantizar las inversiones extranjeras.
El entonces embajador de México en China, Sergio Ley López, afirmó desde 2005 que, ante las disputas textiles México-China, una alianza estratégica compuesta por empresas mexicanas y chinas sería la solución más adecuada entre ambos países en este sector. “Podemos cooperar juntos e intensificar los esfuerzos por lograr conquistar el mercado de EU y hasta el de todo el mundo”, subrayó el diplomático, quien confiaba en que los tratados de libre comercio firmado por México con Estados Unidos y la Unión Europea, así como la relación geográfica de México con respecto de la potencia global y la enorme productividad de China constituirían considerables ventajas competitivas en el ámbito internacional.
El embajador chino en México, Zeng Gang, al participar en un reciente programa especial producido por el Canal del Congreso de México –con motivo del 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y México–, propuso que ambas partes “aprovechen la celebración del 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas para fortalecer el intercambio de visitas mutuas de alto nivel, expandir aún más la cooperación práctica bilateral, ampliar los intercambios culturales y reforzar su comunicación y consulta en los escenarios multilaterales, de modo que la asociación estratégica China-México alcance un nivel más alto”.