“Lo más inexplicable era y sigue siendo cómo pueden salir de su tumba y regresar a ella. La doble vida de los vampiros se mantiene gracias al sueño cotidiano en la tumba. Su monstruosa avidez de sangre de seres vivos les proporciona la energía necesaria para subsistir durante las horas de vigilia”. Sheridan Le Fanu
Ciudad de México, 12 de mayo (SinEmbargo).- En los últimos años los creativos del cine, la literatura y la televisión han despojados a los vampiros de su naturaleza nocturna, dañina y perversa para presentarlos como seres divertidos, benévolos y llegando a la cumbre de lo ridículo: luminosos. Caso por demás triste el de estos portentosos seres, hijos predilectos de la noche, representantes de los más oscuros impulsos que habitan en el interior de los seres humanos, ahora condenados a convertirse en “héroes adolescentes”, despojados casi por completo de su identidad siniestra y atemorizante.
Sin duda, sabemos que la oferta y la demanda son aspectos que han influido en la “inspiración” de muchas personas al momento de escribir para las nuevas generaciones ávidas de romance, héroes modernos y la victoria del bien sobre el mal, pero hay rasgos y aspectos que son tan característicos de determinados personajes que no deberíamos olvidar el origen de su naturaleza ficticia, pues su creación correspondió a una época en la que el contexto social influyó para que, a partir de arquetipos, se plasmara una problemática, forma de pensar o determinados conflictos sociales.
En este artículo enlistamos algunos títulos para que conozcas al vampiro y su maldad original:
“El Vampiro”, de John Polidori
Este cuento escrito por John Polidori en Villa Diodati (Suiza) durante el tormentoso verano de 1816, es una de las primeras irrupciones del vampiro en la literatura. Bajo el nombre de Lord Ruthven (inspirado aparentemente en Byron, de quien Polidori era médico particular), el protagonista de este relato es poseedor del carácter cruel y seductor que lo convertirá en arquetipo del vampiro aristócrata.
“Carmilla”, de Joseph Sheridan Le Fanu
Este relato de 1872, escrito por el irlandés Joseph Sheridan Le Fanu, narra la historia de una bella adolescente que busca asilo en un castillo en medio de una terrible tormenta. La joven recibe auxilio por parte del hombre que habita en la fortaleza, convirtiéndose en la inseparable compañera de su única hija. Sin embargo, conforme los días pasan, resulta evidente que la extraña huésped no es tan inocente como aparenta.
“El huésped de Drácula”, de Bram Stoker
Este relato, pensado inicialmente para ser el preámbulo de la obra cumbre de Bram Stoker, tiene el acierto de sumergirnos, en pocas páginas, en una atmósfera espectral que llenará de pavor a aquellos que se atrevan a leerla.
“El Horla”, de Guy de Maupassant
En este relato, del reconocido escritor francés Guy de Maupassant, un hombre es perseguido por un misterioso ente de características vampíricas que lo atormenta cada noche. Sintiéndose perdido, el infortunado sujeto opta por una salida radical.
“La muerta enamorada”, de Théophile Gautier
En esta narración de Théophile Gautier, un seminarista a punto de convertirse en sacerdote, comienza a dudar de su vocación cuando se enamora de Clarimonda, una mujer tan hermosa como enigmática. El religioso logra rehuir a la tentación, pero pronto comienza a soñar que Clarimonda vive con él y que lo incita a cometer toda clase de excesos y pecados. ¿Aquella criatura de hermosura deslumbrante es humana o la encarnación de un demonio encargado de desviar el alma del religioso?
“Ligeia”, de Edgar Allan Poe
Aunque Edgar Allan Poe nunca menciona explícitamente que Ligeia sea un vampiro, su misterioso origen y la manera tan implacable en que desangra la vida de la inocente Rowena para volver de la muerte, convierten a esta mujer con cabello de alas de cuervo, en uno de los seres más terroríficos en la historia de la literatura.
“El Conde Magnus”, de M.R. James
En esta breve narración de M.R. James, un caballero inglés, el señor Wraxall, se aventura en la campiña sueca, donde se encuentra con el mausoleo del Conde Magnus, un feroz noble escandinavo fallecido muchos años atrás. Apenas quiebra la paz del sepulcro, Wraxall siente la presencia del conde, de cuya sombra no se librará sino hasta el instante de su muerte.
“Vampirismo”, de E.T.A. Hoffmann
Este cuento de E.T.A Hoffmann es uno de los primeros relatos vampíricos. Cuenta el malogrado amor entre Hipólito y Aurelia, quien resulta ser un vampiro que visita por las noches el cementerio con objeto de reunirse con otras criaturas de su clase y alimentarse de la carne putrefacta de los muertos.
“Thanatopía”, de Rubén Darío
Breve relato del célebre Rubén Darío que cuenta la desazón que vive un joven al enterarse que su padre, el célebre doctor Leen, ha vuelto a casarse. Su molestia; sin embargo, se transforma en terror cuando se entera que su madrastra es en realidad un vampiro.
“Vlad”, de Carlos Fuentes
Esta novela de Carlos Fuentes, ambientada en la Ciudad de México, recrea de manera acertada el mito del vampiro, teniendo como protagonista a un personaje astuto, repulsivo y cruel, totalmente opuesto al género rosa del vampiro posmoderno.
Estos personajes míticos y fantásticos son parte de la historia de la literatura y de muchas otras expresiones artísticas, su naturaleza es la maldad y la sed de sangre; a pesar de que sus características han cambiado y evolucionado, es momento de regresar a su origen y retomar su verdadera esencia.