Ciudad de México, 7 de feb (SinEmbargo).– Ataviada con un ceñido vestido gris de encaje que le llegaba a la rodilla, Angélica Rivera acompañó a su esposo Enrique Peña Nieto la mañana del 1 de diciembre durante su toma de protesta como Presidente de la República en San Lázaro. Lucía “radiante” –dijeron las revistas del corazón y sociales– y feliz, pero eso sí, “sobria”.
Más tarde, en el Patio de Honor de Palacio Nacional, escuchó con atención un mensaje de su marido como Jefe del Ejecutivo y le aplaudió entusiasmada.
A la par de la celebración de Rivera, las protestas contra el nuevo Presidente se agudizaban en las calles. Las piedras volaban por los aires; la policía capitalina detenía con fuerza a decenas de jóvenes y se trasladaba a diversos hospitales a los heridos de la jornada.
Ese día, “La Gaviota” también estuvo presente en la comida de Jefes de Estado, donde tomó del brazo a su esposo para caminar a su lado mientras platicaba con Felipe de Borbón. También compartió la primera fotografía de la familia presidencial en Palacio Nacional. Sin duda, un día de gloria para la actriz.
La famosa protagonista de telenovelas de Televisa dejó atrás los años en que su cabello era de un rubio más intenso, sus vestidos coloridos y se paseaba de la mano de su ahora ex marido “El Güero” Castro. Fue justo el 1 de diciembre cuando se convirtió oficialmente en la Primera Dama de México, “la más bella del mundo”, según el diario alemán Bild.
Se esperaba que diera inicio también un periodo intenso para Rivera, tal como ocurrió en la campaña, en la que ella misma incluso grabó algunos eventos de su pareja. Se le pensaba rodeada de medios, al frente del DIF. Pero nada de eso pasó.
Prácticamente ha desaparecido. Quedó relegada al puesto de Presidenta del Sistema Nacional de Desarrollo Integral de la Familia.
Ni siquiera acompañó al Jefe de Estado en su gira por Latinoamérica en la Cumbre Celac-UE.
Desde el 1 de diciembre, esa mujer que fue figura en la campaña presidencial sólo ha hablado públicamente una vez. Ha participado en dos actos de Presidencia y asistido al Teletón. Ahora nadie sabe con exactitud cuáles serán sus actividades, y todo parece indicar que su papel en Los Pinos será antagónico y sin mucha relevancia.
Una de las últimas apariciones públicas de “La Gaviota” fue el pasado 21 de enero, cuando acompañó a Peña Nieto a Las Margaritas, Chiapas, para la firma de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Subió imágenes del evento a su perfil de Facebook. Y nada más.
Angélica Rivera, quien jugó un papel protagónico y sumó votos para la campaña presidencial –de acuerdo con distintos analistas–, ha desaparecido. Casi.
Como su hubiera participado en una telenovela, el “llamado” –llaman los actores a las sesiones de filmación– parece haber terminado.
EL CUENTO DE HADAS
Para muchas fans románticas del mexiquense y amantes de las telenovelas que jamás se perdieron una actuación de la actriz, la relación de ambos es digna de un cuento de hadas.
“En definitiva, siento que ese destino fue maravilloso para Angélica, ¡Qué maravilla! Está viviendo un cuento de telenovelas hecho realidad”, expresó hace tiempo la actriz y cantante Thalía, feliz por el destino de Angélica Rivera.
La historia de amor dio inicio en 2008. Luego de que Rivera fuera elegida como la imagen de campaña sobre los “Compromisos Cumplidos” del entonces Gobernador del Estado de México, pronto comenzaron a salir y surgió una repentina relación que no tardó en hacerse pública y acaparar los reflectores de las revistas del corazón e incluso de medios tradicionales.
“Ya llevábamos como unos cinco meses saliendo y un día me invitó a cenar a un restaurante. Luego de un rato se me quedó viendo, me abrazó lentamente y me preguntó que si quería ser su novia”, reveló la protagonista de “La Dueña” en una entrevista para la revista Quién publicada en julio de 2012 y en la que también comentó que el mexiquense “le abrió de inmediato su corazón”.
El 27 de noviembre de 2010 contrajeron nupcias en la Catedral de Toluca. Para que esto pudiera ocurrir se tuvo que anular el anterior matrimonio de Rivera con José Alberto “El Güero” Castro, pues la Arquidiócesis Primada de México concluyó que en esa unión no hubo lazo, no hubo anillo y, por si fuera poco, el padre de la Iglesia de Fátima que firmó el acta no tenía permiso para celebrar el sacramento.
La actriz de Televisa coronó el evento al acercarse -no mucho pero lo hizo- a los fans que detrás de una barrera de seguridad se apostaron a las afueras de la Catedral toluqueña a la espera de los novios. En un acto de simpatía y siempre sonriente, Rivera arrojó el ramo a la multitud.
No se hicieron esperar las especulaciones sobre un romance orquestado, una estrategia de mercadeo para sumarle fuerza a la campaña tricolor gracias a la buena fama que la actriz arrastraba por el éxito del melodrama “Destilando amor”, adaptación de la telenovela colombiana “Café con aroma de mujer”, en la que dio vida a “La Gaviota”, sobrenombre que la ha acompañado durante años. Algunos opositores vieron de manera sospechosa la unión entre un guapo político con miras a la Presidencia y una actriz de larga trayectoria, estrella de los “teleculebrones” con gran rating de Televisa.
Estrategia o no, la relación parece haberle funcionado bien a Peña Nieto, mientras que Angélica Rivera acaparó las miradas de la prensa, las redes sociales y consolidó la simpatía de sus seguidores.
La reportera Vanessa Gutiérrez, de Quién, entrevistó a Rivera cuando el priista aún estaba al frente del Ejecutivo del Estado de México y la cuestionó sobre su relación:
-Algunas personas aseguran que el romance entre Peña Nieto y tú es un montaje para atraerle más popularidad al Gobernador, quien supuestamente pretende ser Presidente de México en el 2012.
- No podemos montar nada en el corazón. No podemos jugar con los sentimientos de nadie y mucho menos de seis seres humanos que lo único que están pidiendo es ver a sus papás felices, tener una familia. No tendríamos escrúpulos en la vida para pensar en un montaje. Lo único que te puedo decir es que de este lado existe una verdad y por eso estoy aquí, para hablar de la verdad- manifestó la actriz.
El 3 diciembre de 2011 el entonces virtual precandidato de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM), Enrique Peña Nieto, asistió a la edición XXV de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara como ponente principal en el “Encuentro Internacional sobre Cultura Democrática”, en la que detalló algunos elementos del libro México la gran esperanza sobre su propuesta política.
A su paso, al lado de su esposa, la gente se arremolinaba, los militantes del PRI lo saludaban y hasta le llevaron mariachi. Pero todo se vino abajo al protagonizar el primero de sus inolvidables gazapos.
Peña no pudo responder cuáles eran los tres libros que lo habían marcado como persona. Luego de que un periodista le preguntara al mexiquense los títulos o autores que más habían influido en su vida, él respondió que La Biblia, La Silla del Águila, que atribuyó al escritor Enrique Krauze cuando es obra de Carlos Fuentes… “Y otro que no recuerdo”, dijo.
Las criticas, memes y burlas a nivel internacional se centraron en el mexiquense que continuó con las pifias. Siguieron “la prole” de su hija Paulina en Twitter y “no soy la señora de la casa”, frase que dijo a Salvador Camarena al ser cuestionado sobre el precio del kilo de tortillas. Todo en un lapso corto de tiempo.
Pese a todo su suerte no peligró. El 15 de marzo de 2012 asistió al Instituto Federal Electoral (IFE), acompañado de Angélica Rivera, a entregar la solicitud como candidato a la Presidencia de la República.
A partir de entonces “La Gaviota” tuvo mucha actividad ante la mirada de los medios, quizás con un poco de expectativa de que la ahora Primera Dama metiera la pata. Esto nunca ocurrió. Ella, con una inmensa y blanca sonrisa, se mantuvo al lado de su marido en casi todo momento, le aplaudió, le tomó fotografías con su smartphone en cuya parte trasera se halla el sticker “I love you EPN”, saludó a la gente humilde y guardó silencio. No hizo una penosa declaración, no se equivocó en sus mensajes de Facebook y cuidó su imagen.
Incluso estuvo en el detrás de cámaras de los spots que el ex Gobernador del Estado de México realizó en Oaxaca durante febrero de 2012.
Hasta fueron a misa. El 25 de marzo pasado la pareja, vestida de manera sobria, viajó a León, Guanajuato, para asistir a la ceremonia oficiada por el Papa Benedicto XVI en el Parque Bicentenario.
Y hubo muchos eventos más, por ejemplo ambos celebraron con un desayuno a las madres de familia el 10 de mayo al lado de Beatriz Paredes y la cantautora Denise de Kalafe.
En el cierre de campaña, realizado el 27 de junio en Monterry, Toluca y el Estadio Azteca del DF, los esposos lucieron felices como siempre. Ese día ella vistió un pantalón negro, una blusa blanca y por momentos utilizó un chaleco rojo. Levantó las manos con Peña Nieto en señal de triunfo mientras caían papelitos tricolor sobre su cabello, posó de nueva cuenta para las cámaras que salían por todos lados y con ello culminó gran parte de su labor en favor de la campaña.
“Muchas gracias por acompañarnos estos 90 días”, escribió en su perfil de Facebook.
Durante la campaña presidencial del mexiquense, “La Gaviota” se encargó de grabar día a día las actividades de Peña y compartirlas en las redes sociales.
Bajo el título “Lo que mis ojos ven y mi corazón siente”, Angélica Rivera grabó 23 videos sobre algunos de los eventos en los que estuvo presente al lado de su marido de marzo a junio.
Las grabaciones aún están disponibles en la red y pese a tener comentarios a favor, el rechazo se aprecia. Por ejemplo, en el último clip, del 8 de junio de 2012, hay 106 pulgares arriba y 520 abajo.
Las especulaciones sobre Rivera no podían hacerse esperar, en marzo de 2012 se rumoró que había ingresado al Hospital Ángeles. La versión que se dio fue que se había caído y golpeado diversas partes del cuerpo.
Lo que llamó la atención, destacaron distintos medios, fue que presuntamente se cerró todo un piso para que “nadie la molestara”.
Incluso en los actos de campaña fue sustituida por Paulina Prettelini, la hija mayor de Peña.
Los rumores en torno a este misterio continuaron hasta el 31 de agosto, cuando la actriz acompañó a Enrique Peña Nieto a recibir su constancia de Presidente electo a las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); sin embargo, lo hizo apoyada en una muleta.
Una fotografía capturada por el periódico Reforma en la que se le ve caminando con dificultad comenzó a circular ese día sin conocer con certeza qué fue lo que realmente pasó para que su salud se viera tan afectada.
Luego de los comicios del 1 de julio, Angélica Rivera se mostró feliz por el triunfo de su marido y al siguiente día escribió:
Esta noche, México ganó. No tengo más que palabras de agradecimiento para los millones de mexicanos que este domingo salieron a votar y depositaron su confianza en Enrique Peña Nieto. Mi esposo está listo para escribir, de la mano de todos los mexicanos, una nueva historia para nuestro país, una historia de éxito para todos, y en la que recuperaremos todos los valores que se han perdido. Estoy muy orgullosa de estar a su lado. Servir a los mexicanos será un gran reto, y un gran honor. De todo corazón, gracias. Esta es una de las mejores noches de nuestras vidas.
Durante la primera gira por centro y sudámerica de Peña Nieto, su esposa estuvo presente con una imagen recatada y que, según los expertos en moda, fue adecuada para cada evento.
El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, Brasil, Chile, Argentina y Perú fueron los países que visitó la pareja.
Fue justamente en Chile donde el pasado telenovelero de la ahora Primera Dama salió a relucir en una de las conversaciones diplomáticas. Según el diario La Segunda, el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alfredo Moreno, acompañó a Enrique Peña Nieto a un desayuno con líderes empresariales y le manifestó: “El pueblo chileno se siente estrechamente unido al pueblo mexicano, nos encanta su cultura, nos encanta su música, nos encanta su ranchera e igual que a usted nos encantan las telenovelas mexicanas”.
La segunda gira de carácter internacional del entonces Presidente electo se llevó a cabo en Europa, donde se entrevistó con los líderes de Alemania, España, Francia y Reino Unido.
En España se realizó una reunión en el Palacio de la Zarzuela con el príncipe heredero de la corona española, Felipe de Borbón, y su esposa Letizia Ortiz, con quien, se dijo, Rivera tuvo oportunidad de conversar. De acuerdo con algunos medios, las imágenes de ambas mujeres se omitieron del protocolo para que “su belleza no opacara” el encuentro de Peña Nieto.
Pero el día clave de Angélica Rivera se presentaría hasta el 1 de diciembre, cuando pasó la prueba de fuego ante la cámara de cientos de fotógrafos que se apostaron en el Palacio Legislativo de San Lázaro con motivo de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como Presidente. Fue entonces que comenzó su periodo como Primera Dama de México.
Ese día “La Gaviota” llamó la atención por su gusto sobrio y buen tino para elegir un vestido para la ocasión, dicen los que saben del tema.
Asimismo, a través de su cuenta de Facebook, Rivera de Peña invitó a los mexicanos a “rescatar el orgullo y la dignidad de ser mexicanos” y redactó:
Hoy es un día muy importante para nuestro país. Estoy convencida que el honor que representa para mi esposo servir a todos los mexicanos, dará resultados positivos.Compartir mi vida con él me ha dado la oportunidad de conocerlo como ser humano, como padre y como profesionista, y tengo la certeza que los próximos seis años viviremos en un México mejor.
Mientras hace años los Presidentes recorrían en automóvil algunas arterias capitalinas, la toma de posesión de Peña Nieto sobresalió por las protestas en su contra, los abusos de autoridad y las detenciones de las fuerzas del orden, mientras que la Cámara de Diputados permanecía como búnker para resguardar al mandatario.
Más tarde, en tanto los heridos de la gresca eran trasladados a hospitales y las manifestaciones se apoderaban del Centro Histórico, Angélica Rivera posteaba la primera foto familiar en Palacio Nacional.
A los dos días, aún con la sombra de los hechos del 1 de diciembre, con lesionados en el hospital, decenas de detenidos y pérdidas económicas cuantiosas en negocios céntricos, el Presidente y la Primera Dama estuvieron en uno de los pocos eventos públicos que han tenido juntos desde el inicio del sexenio.
Ambos presenciaron la entrega de la presea a la Mujer del Año 2012 a la magistrada María del Carmen Alanís en el Museo de Antropología.
Por la tarde, Peña Nieto, Angélica Rivera y tres de sus hijos acudieron a las instalaciones de Televisa San Ángel para hacer su donativo al Teletón. En la emisión los recibió Lucero con beso y abrazo.
Esa noche y en los foros que la lanzaron a la fama, Rivera realizó su primer discurso -y único desde entonces-. Con la voz un poco entrecortada y leyendo a ratos una hoja que llevaba en la mano, la actriz contó la historia de su hermana “Carito”, quien padece Síndrome de Turner:
Mi hermana Carito nos ha enseñado el valor más importante que todos los seres humanos podemos tener, que es el valor de la generosidad. También nos ha enseñado el valor de la vida, todos los días despierta pidiendo un día más de vida”.
Pasarían cinco días para que “La Gaviota” volviera a aparecer. Lo hizo en Mérida, Yucatán, al acompañar a su marido durante su visita por la entidad.
Poco a poco su presencia comenzó a hacerse menos notoria, menos indispensable. Ya no necesita ponerse las playeras rosas de “Las Gaviotas”, su club de fans, grabar los eventos de su marido, ganar simpatías.
La última vez que se supo de ella, que se le vio en un evento fue el 21 de enero, cuando estuvo presente en las Margaritas, Chiapas, lugar donde Peña Nieto lanzó su Cruzada Nacional contra el Hambre y anunció que se establecerán prioridades en beneficio de 7.4 millones de mexicanos que padecen pobreza extrema y carencia alimentaria severa.
Ya no acaparó las miradas, sólo algunas de las fotografías en las que aparece llegaron a las agencias y unas más ella misma las publicó en Facebook.
Además de brillar por su ausencia, ni siquiera se le nombró directora del DIF, como es tradición en México y como muchos ya esperaban. Para los críticos más severos estos se debió a las dudas que genera la formación de Rivera, quien pasó de ser una famosa actriz de los dramas con más rating de la televisora de San Ángel a esposa del Presidente de la República, mientras los datos de sus estudios son poco claros en distintas biografías consultadas, incluso en la página de Presidencia no se habla de ninguna institución educativa, pero se le califica como una “mujer aguerrida, tenaz y amorosa”.
El 8 de enero Laura Vargas de Osorio, esposa del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, asumió el cargo de directora del Sistema Nacional de Desarrollo Integral de la Familia, relegando a Angélica Rivera a la presidencia del Consejo Consultivo Ciudadano del DIF, según la agencia Efe. Pero no se le ha visto.
Tras la agitada agenda que tuvo el 1 de diciembre Angélica Rivera podría haber dejado su elegante vestido gris -admirado en revistas y programas de televisión- en el guardarropa, al tiempo que elegía los outfits para los eventos del 3 de diciembre, los pocos en los que ha participado.
Además, tenía que alistarse para la posada del colegio de su hija menor. Había que comprarle el gorrito de Santa Claus y ayudarla con sus pasos de baile, pues participó con una coreografía. En ese evento, como a los muchos a los que acudió en campaña le pidieron fotos del recuerdo, quizá fueron de las últimas que se tomó con sus seguidores antes de desaparecer del ojo público.