Los pobladores de San Felipe del Ocote, en Guerrero, huyeron de su hogar después de sufrir el ataque de un grupo de hombres armados, que llegaron “echando balazos a la gente”.
En total son 415 personas las que han sido afectadas por la violencia. De acuerdo con un censo elaborado por el municipio, 335 de ellas permanecen albergadas en el municipio de Apaxtla.
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Por Isabel Reviejo
Apaxtla (México), 12 ene (EFE).- Cientos de habitantes de la comunidad San Felipe del Ocote, en Guerrero, fueron desplazados por culpa de la violencia de su comunidad, a la que no quieren regresar por miedo a los ataques.
Los pobladores huyeron de su hogar después de sufrir el ataque de un grupo de hombres armados, que llegaron “echando balazos a la gente”, relata Efe Juvenal Moreno, uno de los habitantes.
En ocasiones anteriores, los criminales habían estado en esta comunidad del sur del país, pero “nunca” los habían agredido. “Por ese motivo estábamos aguantando” y hasta el momento no habían acudido a las autoridades a presentar una denuncia, explica.
Ahora los habitantes permanecen en Apaxtla, cabecera del municipio homónimo, a la espera de que las autoridades les digan dónde pueden reubicarse.
En total son 415 personas las que han sido afectadas por la violencia. De acuerdo con un censo elaborado por el municipio, 335 de ellas permanecen albergadas en Apaxtla.
Por otra parte, otros 80 habitantes se han quedado en San Felipe, con protección oficial, recolectando las pertenencias del pueblo y desgranando el maíz cultivado por los campesinos, para tener un sustento.
Moreno, quien dejó abandonados su casa y sus terrenos, señala que ya no “pueden regresar”, porque “al que regrese no lo van a encontrar vivo”.
Dice que espera poder sacar sus pertenencias de la comunidad “si es que se puede, y si no, ahí se va a quedar todo”. “Primero está la vida, después lo material”, sentencia.
Más adelante, espera que les proporcionen ayuda para encontrar un nuevo hogar.
“No tengo coraje, simplemente miedo”, reconoce Juvenal, quien menciona que la situación de violencia en el lugar se extiende desde hace aproximadamente siete años.
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Los desplazados permanecen en un albergue en el que pueden dormir y alimentarse, así como realizar actividades diurnas.
Esau Martínez, presidente del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Apaxtla, asegura que el ayuntamiento se mantiene en comunicación con los otros niveles de Gobierno para “llevar a cabo el protocolo” y que los habitantes tengan “total seguridad”.
“La mayoría no quiere regresar; lo dejaron todo, dejaron las raíces, toda una vida”, afirma.
Martínez agrega que los campesinos están “preocupados porque dejaron sus cosechas”.
“Tenían sus animalitos, vacas, pollos, puercos, y lo han dejado todo”, añade.
El portavoz de Seguridad de Guerrero, Roberto Álvarez, aseguró que desde el estado se está brindando “todo el apoyo solidario” a las familias.
El Gobierno estatal -mencionó- ha enviado helicópteros con ropa, alimentos y agua embotellada, así como con material de limpieza para el mantenimiento del albergue.
Guerrero es considerado como uno de los estados más violentos de México. A falta de que se conozcan los datos de diciembre, la región acumuló durante 2017 unos 2 mil 100 homicidios y 62 secuestros, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. EFE