Alexandra Castellanos lo denunció en todas las ventanas a las que tuvo acceso: desde redes sociales hasta las autoridades de Jalisco se enteraron de las amenazas de muerte a las que estuvo expuesta desde que se separó de Alberto Cárdenas Camarena.
Nadie detuvo los ataques que subieron de tono y ya no se frenaron. En víspera de Navidad, el 24 de diciembre de 2017, la mujer fue localizada sin vida en Tlajomulco de Zúñiga.
Ciudad de México, 12 de enero (SinEmbargo).- Alexandra Castellanos Méndez pidió ayuda en redes sociales. Señaló una y otra vez a su ex pareja, Alberto Cárdenas Camarena, de quererle hacer daño. Acudió ante las autoridades de Jalisco, quienes activaron un mecanismo de protección estéril, incapaz de detener las agresiones que concluyeron con dos disparos mortales en la víspera de Navidad del 2017.
Castellanos nació el 30 de junio de 1973. Era madre de dos, Alejandro y Fernanda. Se dedicaba a su hogar. Tenía 44 años. Se manifestó en contra de los feminicidios y, a pesar de las amenazas que sufrió, se mantuvo alegre y optimista, dijo Teresa Castellanos, su hermana, en entrevista con SinEmbargo.
Alexandra estaba casada con Alberto Cárdenas Camarena, pero un día de junio del 2017, y después de soportar la violencia del sujeto por casi 15 años, se separaron. Fue entonces que la pesadilla pegó más fuerte. Primero hubo golpes, gritos y amenazas de muerte; después, impactos de arma de fuego dirigidos a la fachada de la casa de la mujer. Finalmente, el homicidio.
“No dejo de vivir amenazada por una persona a la que le regalé 15 años de mi vida. No deja de estar amenazando con hackeos a mi cuenta e inventando situaciones que hasta a mí misma me dan asco […]. Temo por mi vida y por la vida de mis hijos y solo una persona es culpable de eso y la hago responsable si algo peor llega a pasar. ¡BASTA!”, escribió la víctima el 28 de noviembre.
También replicó la denuncia en contra de Camarena y Catalina Barajas el 23 de diciembre, cuando aún estaban vigentes las medidas de protección implementadas después de que acudiera al Centro de Justicia para la Mujer. Sin embargo, no le salvaron la vida.
TRISTE 24 DE DICIEMBRE
El domingo 24 de diciembre, misma fecha en la que la familia de Alexandra se reuniría para celebrar, la mujer fue hallada sin signos vitales en el cruce de las calles Valle Flor de Tulipanes y Flor de Azucena, en la colonia Jardines del Zapote, en los límites de Tlajomulco de Zúñiga.
“Ella se fue a una fiesta el día 23. Nosotros no la vimos. Le avisó a sus hijos, en mensaje de texto, que iba a una fiesta de 15 años y que regresaba después. A las 5 de la mañana, a su hija empezó extrañarle que no habían tenido contacto. Entonces empezó a marcarle, a mandarle mensajes. Mi mamá nos avisó a todos que Alexandra no contestaba. Era muy raro. Siempre estaba al pendiente de su teléfono’’, relató Teresa.
La Fiscalía inició con la investigación y se comunicó con la familia. Había ocurrido un accidente y tenían que ir a ver qué pasaba, les dijeron. Al llegar les dieron la noticia.
“Era 24 de diciembre. No había gente. Estábamos nosotros solos. Había 2 o 3 investigadores. Inmediatamente nos turnaron a la dirección de homicidios dolosos. Nos entrevistaron y nos dijeron lo que debíamos hacer para reclamar el cadáver”, contó la hermana.
Castellanos viajaba a bordo de un vehículo de la marca Fiat, color gris, cuando fue agredida. Recibió dos impactos de arma de fuego. Heridas en el tórax y en un glúteo terminaron con la vida de la mujer.
Autoridades indicaron, cuatro días después del crimen, que mantenía varias líneas de investigación para lograr capturar a los responsables. El viernes 29 de diciembre, Raúl Sánchez Jiménez, Fiscal General del Estado, informó que cuatro presuntos implicados en el ataque ya habían sido aprehendidos.
Entre los detenidos se hallaban Alberto y Catalina, los mismos que Alexandra señaló como responsables de los hechos violentos en su contra. La lista fue completada por los hermanos Juan N y Enedina N. Les dictaron un año de prisión preventiva y el 4 de enero fueron vinculados a proceso.
CÁRDENAS CAMARENA
Alexandra conoció a Alberto Cárdenas cuando estaba cerca de cumplir 30 años. Él la empezó a buscar, a pretender. Salieron, y muy pronto quiso formalizar la relación. Buscó que vivieran juntos y un día lo consiguió. Contrajeron matrimonio en noviembre del 2014 y se separaron en junio del 2017.
Durante casi tres lustros, las actitudes agresivas del sujeto estuvieron presentes y fueron subieron de tono, pero alcanzaron sus picos más altos desde ese junio, el del rompimiento.
Gritos, golpes, amenazas por correo y redes sociales se convirtieron en una constante en la vida de Alexandra, quien acudió ante las autoridades por primera vez el 12 de octubre, fecha en la que se activó una orden de protección.
“Desde que conoció a este hombre, mi hermana se dedicó de lleno al hogar porque él era muy posesivo. Todo el tiempo quería que anduviera con él. No quería que hablara con alguien más o que saliera a trabajar. Tampoco que ganara dinero aparte. Prácticamente la vida de mi hermana fue eso: dedicarse a sus hijos, a su marido.
“Alberto era una persona querida por nosotros. Convivimos muchos años. Pasamos mucho tiempo juntos. Pasamos muchos cumpleaños y muchas navidades juntos…Pero siempre fue una relación tormentosa. Grandes pleitos, grandes enojos…
“Él era muy intenso con sus enojos. Le rompía los teléfonos celulares, le rompía las computadoras. Le rompía su ropa… Un día llegó mi hermana con toda su ropa desgarrada. Se la había roto a tijeretazos. Toda, toda, toda… Llegó un punto en el que Alexandra dejó de decirnos lo que vivía con este hombre”, relató Castellanos.
Cárdenas Camarena, de 57 años, se puso los colores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 2009 y compitió por la Alcaldía de Zapopan. Hijo del ingeniero Alberto Cárdenas Anaya y de la escritora Zoila Camarena Nuñez, y supuesto sobrino nieto del General Lázaro Cárdenas del Río, se mantuvo cerca del poder, o al menos era de lo que él se jactaba:
“Alberto y su familia se ufanan mucho de que son de los Cárdenas, descendientes de Lázaro Cárdenas. Alberto siempre presumió de sus múltiples relaciones con múltiples altos funcionarios de los gobiernos estatales y municipales. Por eso es que mi hermana, en un principio, nunca quiso poner denuncias. Decía: ‘¿para qué voy a denunciar si el Fiscal es amigo de Alberto?’. ‘¿Para qué voy a derechos humanos si el presidente de derechos humanos es amigo de Alberto?’. ‘¿A qué voy a la Fiscalía de la Mujer si ahí también son sus amistades?”’.
Frente a los dichos de Alberto, solicitó la hermana, deben actuar las autoridades. Llevar el proceso limpio. Sin compadrazgos, sin sobornos. Sin complicidades y con un juicio correcto.
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“MI HERMANA TENÍA DOS ÓRDENES DE PROTECCIÓN”
Dos órdenes de protección se implementaron desde que Alexandra acudió ante las autoridades. Una aún estaba vigente aquel 24 de diciembre. ¿Qué pasó entonces?
En los informes que dio la Fiscalía de Jalisco por el caso sí se dejó en clara la situación, sin embargo, no se explicó qué falló.
-¿Cuáles eran las medidas?
-Consistían en que el rondin de la policía municipal. Una patrulla pasaba por afuera de su casa una vez al día, a veces cada tercer día. Tocaban (los policías), le preguntaban que cómo estaba. Le dieron el teléfono celular del comandante y este también le marcaba para ver si necesitaba algo. Nada más…Incluso después de los balazos esas fueron las mismas medidas de protección que siguieron.
La familia de Castellanos interpuso una denuncia ante derechos humanos. No entienden cómo, a pesar de contar con los protocolos de protección, los criminales tuvieron margen para actuar.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó 131 defunciones de mujeres por homicidio en el 2016.
Entre enero y noviembre del 2017, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró mil 189 homicidios dolosos en la entidad gobernada por Jorge Aristóteles Sandoval Díaz. Los datos también destacan 10 mil 387 delitos contra la familia y 3 mil 061 delitos contra la libertad y la seguridad sexual en el mismo periodo.
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