ENTREVISTA | “No podemos vivir sin recuerdos”, dice Laura Martínez-Belli

12/01/2015 - 12:05 am
La escritora española radicada en México presenta su cuarta novela. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
La escritora española radicada en México presenta su cuarta novela. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 12 de enero (Sin Embargo).- En La última página (Planeta), la nueva novela de la escritora hispano mexicana Laura Martínez-Belli son los recuerdos la materia prima que encarrila toda la historia.

Todo muy a pesar de ciertas corrientes de la new age que propugnan una vida donde el pasado no cumpla ninguna función. Convencida está, por lo contrario, la también autora de Por si no te vuelvo a ver y Las dos vidas de Floria de que “no se puede vivir sin recuerdos”.

Laura Beatriz Martínez-Belli nació en Martorell en 1975, pero a temprana edad se mudó con su familia a Panamá, país donde pasó su infancia.

Volvió a España en 1988 para estudiar Ciencias de la Información e Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. En 1995 se trasladó a México donde continuó sus estudios en la Universidad Iberoamericana y trabajó con el Museo del Palacio de Bellas Artes.

Su entrada en el mundo literario llegó con su primera novela, Por si no te vuelvo a ver. Publicada en 2007, narra la historia de Mercedes, una joven prostituta que se ve forzada a dar a su hijo en adopción y que acaba envuelta en la Revolución Zapatista.

El ladrón de cálices, su siguiente novela, fue un éxito de ventas. Como su obra anterior está relacionada con un momento clave de la historia mexicana, esta vez se trata de la revolución de estudiantes de 1968, y la trama, con tintes detectivescos, se centra en un ladrón de obras de arte.

En Las dos vidas de Floria, Martínez Belli, sobrina de la famosa autora nicaragüense Gioconda Belli, despliega su afición por el realismo mágico, contando la historia fantástica de una mujer mitad humano, mitad planta.

Ahora llega el turno de La última página, donde Laura cuenta la historia de Soledad, una desengañada joven que es contratada para preservar la memoria de un excéntrico personaje en un Banco de Recuerdos.

La paga es buena y el trabajo se vincula con su vocación literaria, incluso el hombre tiene un extraño atractivo; sin embargo, esta actividad aparentemente fácil se va llenando de sorpresas: él tuvo una profesión cuya trayectoria ha sido velada por motivos secretos.

La protagonista irá descifrando las claves de una existencia llena de golpes de timón mientras enfrenta sus propios demonios y se reinventa como una artista; Soledad y Olvido son dos caras de una moneda en el aire.

Un hombre que va olvidando todo merced al Mal de Alzheimer que sufre sin confesárselo a su nueva empleada. Una mujer, Soledad, que no deja de recordar las tristezas y desengaños que la han traído hasta allí, escéptica y cansada de todo.

Una novela sobre la memoria y el olvido. Foto: Especial
Una novela sobre la memoria y el olvido. Foto: Especial

–¿La memoria ha sido un elemento determinante en tu narrativa?

–Siempre somos lo que nos narramos. Los novelistas somos esas personas que contamos historias a los demás y en esa tarea somos sumamente selectivos, vamos eligiendo aquello que queremos contar y lo que no. Y siempre la memoria está ahí, porque cuentas lo que recuerdas. Por eso me interesó mucho este tema de La última página, porque ¿cómo cuentas algo si ya no te acuerdas? Y es un poco también un homenaje a la mentira, porque los novelistas somos grandes contadores de mentiras que parecen verdades.

–¿Te pusiste más en contacto con la enfermedad del Alzheimer?

–Sí, claro, estuve investigando mucho, porque quería honrar no sólo a los pacientes, sino también a los cuidadores. La gente que está alrededor también sufre mucho, porque en la etapa final el enfermo terminal no es consciente de estar padeciendo la enfermedad, al principio sí, pero luego ya no. Así que estuve hablando mucho con los cuidadores, de ese momento en que te encuentras a cargo de una persona totalmente alejada del mundo.

­–¿Qué guardarías en tu banco de recuerdos?

–Creo que guardaría los pequeños detalles y no los grandes momentos de mi vida. Las pequeñas cosas sin importancia son las que te definen. El olor, por ejemplo, es un gran motor para activar la memoria. Siempre que huelo jazmines me acuerdo de los veranos en Murcia y creo que es porque había un pequeño jazmín sembrado en la puerta de la casa de mi abuela. En las crisis, en los momentos cumbre, lo que resaltan son los pequeños detalles. En mi novela, Soledad se acuerda mucho de cómo su madre le secaba el pelo después de que se bañara, por ejemplo. La historia está llena de recuerdos pequeños como ese.

–Hay muchas corrientes new age insisten en enterrar el pasado, ¿qué piensas al respecto?

–Bueno, justamente mi novela va de eso: de la memoria y del olvido. Eduard trata de recordar y Soledad trata de olvidar. Son las dos caras de la misma moneda interrelacionándose. Tanto en lo que quieres olvidar como en lo que deseas recordar está quién eres esencialmente. Cuando te dices que quieres olvidar a una persona es porque en el fondo la recuerdas demasiado. Tanto no se puede olvidar el pasado que si lo haces se convierte en una enfermedad, como el Alzheimer. Estamos hechos de recuerdos.

–¿Cómo sitúas esta novela en el conjunto de tu obra, qué dirías de ella?

–Bueno, creo que es mi mejor novela. Tal vez suene pretencioso decir algo así, pero sin duda se trata del libro de que más orgullosa me siento, porque eché toda la carne al asador y sabía lo que estaba haciendo. Con mis novelas anteriores las cosas eran como una aventura, un juego, como el conejo que sale de la chistera. Con esta, en cambio, sabía muy bien lo que quería poner y cómo tenía que hacerlo. Es más madura y la novela a la que más he entregado.

–¿Por qué La última página?

–Porque es la última página de tu vida. Leí un artículo en El País que trataba de libros de autoayuda y que aludía a un club de lectura que habían formado un hijo y su madre que se moría de cáncer, que estaba en fase terminal. Durante los últimos días de la vida de la mujer se la pasaron hablando de los libros que habían leído. Cuando leí ese artículo no tuve dudas de cómo debía titularse mi novela.

–El libro está vendiendo mucho, ¿crees que hay un conjunto de lectoras que te es fiel?

–También hay muchos lectores. Como la portada es una mujer de espaldas, muchas veces me preguntan en Twitter y Facebook si la novela puede ser leída por hombres, fíjate. Lo cual es curioso, porque afortunadamente tengo muchos lectores varones. Claro, las mujeres son más…

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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