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Gisela Pérez de Acha

12/01/2014 - 12:00 am

El argumento político de la desnudez

En los últimos meses hemos visto que en México las protestas al desnudo y topless han aumentado. Cómo olvidar al diputado perredista que se encueró en pleno curul, o a las chavas de Morena protestando contra la reforma energética con un body paint espectacular y lentes de sol. ¿Cuál es la situación que ha llevado […]

En los últimos meses hemos visto que en México las protestas al desnudo y topless han aumentado. Cómo olvidar al diputado perredista que se encueró en pleno curul, o a las chavas de Morena protestando contra la reforma energética con un body paint espectacular y lentes de sol.

¿Cuál es la situación que ha llevado a varios mexicanos a quitarse la ropa en contextos políticos? ¿Qué argumento político sobre el cuerpo hay detrás?

Esto viene a cuento por una convocatoria interesante que llegó hace poco a mi timeline de Twitter: #ToplessXMéxico. El argumento es sencillo, convoca a hombres y mujeres a desnudarse por el país el próximo 18 de enero en cuatro ciudades: el Distrito Federal, Morelia, Guadalajara y Puebla.

Antes de seguir, permítanme ser muy clara en algo: protestar encuerados es una forma legítima de expresión política. Ya veo venir al aparato represor de la ley y a los intelectuales moralinos condenar con dedo fulminante la desnudez pública y política. Encuerarse es un tabú, sólo puede hacerse en privado. Pero la realidad es que también es un argumento válido y poderoso contra el ejercicio del poder opresor. La desnudez es un arma para negar la autoridad moral que se considera represora; puede ser el estado, la religión o el machismo.

En este sentido hay tres tipos desnudez política contestataria, cada una con argumentos distintos: la feminista, la ambientalista, y la fisiológica. Es claro que no todas son iguales, pero funcionan como estrategia mediática para que el mensaje se escuche. Sin los medios la protesta no cumple su cometido, ya que los mismos son un ingrediente esencial para el debate y la presión social.

Empecemos con el primer tipo de protesta desnuda: la feminista, donde el ejemplo más conocido -aunque no el único- es FEMEN. La pregunta es la siguiente, ¿por qué los hombres pueden pasearse sin camisa, y la mujer que decide enseñar los pezones “merece” ser arrestada por exhibicionismo sexual o en el peor de los casos ser violada? El argumento de base es la reapropiación del cuerpo y la discriminación por género, es decir, la diferencia de trato legal y social entre los pezones de un hombre y los pezones de una mujer. Mientras el cuerpo del hombre es neutral, el cuerpo de la mujer es esencialmente erótico, sobre todo hablando de las tetas y el simbolismo reproductivo que las mismas tienen. La protesta feminista cuestiona esto en tanto a forma, independientemente del contenido que se le dote.

El segundo tipo de desnudo es el ambientalista, cuyo argumento de fondo es que el ser humano es una parte intrínseca de la naturaleza y del ecosistema mundial que se encuentra en constante peligro. Hay varios ejemplos, como las protestas en contra del calentamiento global, promovidas por Greenpeace y fotografiadas por Spencer Tunick donde más de 600 personas posaron desnudas en un glaciar. También aquí se encuentran las activistas de PETA que promueven el veganismo para salvar a los animales del planeta. Inclusive los ciclistas desnudos entran en esta categoría, argumentando la protección del medio ambiente y la capa de ozono. El desnudo expresa la pertenencia del género humano a la naturaleza, su vulnerabilidad y dependencia de la misma.

Por último, tenemos el tipo de la protesta fisiológica que de manera muy interesante, es la más común en México. En este tipo de protesta quitarse la ropa se utiliza como analogía para vincularlo con el argumento político del “despojo” y tiene que ver con la garantía de seguridad. En la pirámide de Maslow, la seguridad es el segundo escalón. Implica la seguridad física (donde entra la ropa que nos protege del clima) así como la seguridad en el empleo, los recursos, la salud y la propiedad privada. En principio, es función del Estado proveer a los ciudadanos de las mismas, y para eso sirven los impuestos.

Despojar es privar a alguien de lo que goza y tiene; desposeerle de ello con violencia. Cuando hay una percepción de que el Estado no sólo falla en proveer las garantías de seguridad, sino que “despoja” las mismas, los individuos que protestan se sienten desnudos, vulnerables, inseguros, como si les hubieran quitado la ropa. Aquí radica la expresión de disenso.

En esta categoría entra la protesta de los 400 pueblos y la de #ToplessXMéxico del próximo 18 de enero. Los primeros son un grupo de campesinos de Veracruz que empezaron a protestar desnudos contra la represión y el ejercicio desmedido del poder que los “despojó” de sus tierras. Los segundos, un grupo de tuiteros que convoca a hombres y mujeres a desnudarse por México. El comunicado inicial, publicado en el blog de Paloma Escoto escribe que el desnudo es: “en representación de cómo nos están dejando, tras las mentiras más cínicas disfrazadas de reformas, nos quieren dejar en la nada (…) pretenden despojarnos poco a poco.”

A esto se suma la criminalización y represión de la protesta por parte del gobierno de Mancera, las leyes promovidas por el PAN que buscan limitar la expresión disidente, y el PRI que para quedarse otros 70 años promueve un andamiaje moralino para preservar su propio régimen.  Si las marchas como expresión tradicional de la protesta están siendo reprimidas, protestar encuerados se convierte en una expresión radical contra el ejercicio desmedido del poder.

La desnudez será un síntoma del hartazgo y de la invisibilidad. Desnudarse por México será porque con la Reforma Fiscal, la Energética y la Política, algo se le arrancó a los ciudadanos, como si nos hubieran quitado la ropa.  La desnudez es vulnerabilidad, pacifismo y desobediencia en contra del régimen autoritario. Es cuestionar las reglas morales que inyectaron vergüenza al cuerpo sin ropa. La desnudez no tiene nada que esconder, y en ella, todos somos iguales.

¿Qué pasará? ¿Cómo reaccionará el gobierno? ¿Podrá la desnudez reunir los argumentos de los mexicanos? ¿Tendrá éxito esta forma diferente de protesta?

La cita es el 18 de enero a las 13.00pm. En el Distrito Federal, afuera de Bellas Artes; en Morelia en Cerrada de San Agustín; en Guadalajara en el Teatro Degollado y en Puebla enfrente del Palacio Municipal.

Algunos irán por morbo, otros por curiosidad, y otros por apoyo. En todo caso, ¿quién se anima a protestar desnudo?

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