Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo/HuffPost).- El cachorro Zeus estaba casi completamente paralizado cuando Lynda Kuether lo llevó a su casa para cuidarlo, poco después de haberlo rescatado de un refugio con un alto índice de matanzas en Oklahoma.
"Estaba terriblemente demacrado y solo era capaz de levantar la cabeza y mover la cola", dice Kuether. "Se le tenía que alimentar y darle agua con una jeringa".
Kuether dijo que el veterinario determinó que la parálisis fue probablemente provocada por un virus, pero se manifestó en contra de las pruebas de diagnóstico porque el tratamiento habría sido el mismo: antibióticos, esteroides y un montón de terapia física, que podrían o no mejorar su movilidad.
"Mi más profunda esperanza era que eventualmente él fuera ‘normal’", dice Kuether, quien vive en Carbondale, Illinois, con su esposa Jennifer LeDuc y un montón de gatos y perros. "Que él pudiera caminar y correr, subir escaleras, subirse y bajarse de los muebles, montarse y bajarse del auto, aprender comandos básicos de obediencia y tener una familia que lo amara por siempre".
Zeus tenía menos de un año cuando fue rescatado en 2012. Kuether, terapeuta física para humanos, comenzó de inmediato a ponerlo a nadar en una piscina cubierta y climatizada, propiedad de un compañero voluntario en la cercana St. Francis Community Animal Rescue & Education.
"Sabía que debíamos proveerle algún medio para que comenzara a mover sus piernas, algo que no requiriera que él cargara el peso de su cuerpo sobre ellas, y pensé que nadar sería una de las mejores maneras de comenzar con él", expresó.
Después de un par de meses, Zeus progresó a moverse en terreno sólido, haciendo lo que Kuether describe como "arrastre tipo ejército". Luego comenzó a gatear sobre sus rodillas.
Para febrero de 2013, Zeus ya andaba paseándose en una silla de ruedas. Y en ese abril, "dio sus primeros tambaleantes pasos", dijo Kuether.
"Fue como la mañana de Navidad cuando tienes 5 años y recibes una bicicleta por la que has estado suplicando todo el año", dijo la mujer. "Quería gritar desde la cima de una montaña, ‘¡Lo hizo! ¡Lo hizo! ¡Zeus caminó!’".
Zeus todavía necesita esteroides y terapia, pero ha aprendido a correr (algo que Kuether ama, a pesar de que sus gatos no sientan lo mismo). Se ha fortalecido lo suficiente como para subirse a los muebles, subirse al auto él solo, y subir las escaleras.
Kuether dice que ella incluso se maravilló por la primera vez en que este perro se paró para hacer pipí y la primera vez en que robó un sándwich de un plato. Una de sus mayores alegrías, ahora, es ver a Zeus pidiendo snacks.
"Se sienta en la sala esperando que alguna de sus mamás se termine su cereal del desayuno para que él pueda tomarse su leche de cereal", dice Kuether. "Luego, generalmente él pide regresarse a su cama". (Y ya ahí, duerme tranquilamente con la lengua colgándole por fuera de la boca).
Cuando el año pasado los medios locales escribieron sobre el progreso de Zeus –el perro se convirtió en una especie de celebridad al sur de Illinois– él seguía disponible para encontrar a la familia correcta que apreciara su determinado, torpe, resistente y amoroso carácter canino.
Pero a principios de este año, finalmente quedó claro que Kuether, LeDuc, y su amplia colección de animales son esa familia.
"Mi esposa y yo lo hemos adoptado oficialmente", dice la mujer. "Nos preocupaba que nunca pudiera caminar. Pero nunca nos preocupó haber cometido un error al haberle dado una segunda oportunidad".
Ése habría sido un lindo final para esta historia. Excepto que ése no es el final. Recientemente, Kuether y LeDuc han traído a casa a un nuevo perro, también a través de St. Francis CARE.
El nombre de esta nueva perra es Athena, y sus piernas traseras también están paralizadas."Por casualidad, la silla de ruedas de Zeus le queda casi a la perfección", dice Kuether. "Ella estará en adopción una vez que le consigamos su propia silla de ruedas".