París, 25 nov (EFE).- Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió hoy justicia para los periodistas agredidos durante las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos en el estado mexicano de Guerrero, cuyo número se eleva a 21, según sus cálculos.
La organización condenó "firmemente" esos ataques y exhortó a las autoridades mexicanas "a investigarlos a fondo, incluyendo los abusos cometidos por las fuerzas del orden".
Los hechos se remontan al pasado 26 de septiembre, cuando policías municipales de Iguala atacaron a tiros a estudiantes de magisterio y dejaron seis muertos y 25 heridos, mientras que otros 43 permanecen desaparecidos.
A los siete profesionales de la información heridos con los que se saldaron hace dos semanas las manifestaciones contra lo sucedido, la organización denunció hoy otras catorce agresiones producidas durante las protestas del pasado 20 de noviembre.
Entre las últimas víctimas se encuentra Eduardo Miranda, fotógrafo de la revista Proceso, que fue alcanzado en la plaza del Zócalo por un objeto de metal lanzado por un policía federal contra los manifestantes.
Para la ONG, se trata de uno de los muchos episodios que, protagonizados tanto por los cuerpos policiales como por manifestantes encapuchados, ilustran la "trivialización de la violencia que enfrentan los profesionales de los medios de comunicación cuando cubren manifestaciones".
RSF recordó, asimismo, que el Estado mexicano debe garantizar la seguridad de los periodistas, cuyo trabajo resulta de un "interés general esencial".
México ocupa el lugar 152 de entre 180 países en la última clasificación mundial de la libertad de prensa publicada por la organización.
PERIODISTAS HABLAN DE SUS AGRESIONES
Reporteros sin Fronteras señala que algunos comunicadores fueron agredidos de forma directa y otros más fueron víctimas colaterales. Asimismo, asegura que la violencia proviene tanto de las fuerzas del orden como de manifestantes encapuchados. A continuación rescatamos íntegramente los testimonios de tres víctimas entrevistadas por Reporteros sin Fronteras.
Eduardo Verdugo, fotógrafo de la agencia Associated Press relata: “me encontraba esperando enviar unas fotos al final de la marcha, entonces vi a unos chavos que llegaron, se sentaron frente al Palacio (de Gobierno), la policía los levantó, los seguí por la calle y al llegar a una valla metálica, un civil del Estado Mayor me empujó hacia adentro y elementos de la policía federal, a quienes identifiqué por su uniforme, me metieron a la valla y me exigieron las cámaras. Me identifico como prensa y acreditado por presidencia y aún así me tiran al suelo, uno de ellos tira del casco hasta empezar a ahorcarme, le digo que no puedo respirar, sin que me suelte, pero alcanzo a forzar el seguro del casco, se abre y suelto las cámaras; me ordenan: ‘arrodíllese’, y se llevan las cámaras. En eso se acerca otro oficial de la policía federal con quien me identifico con mi credencial y le digo que me quitaron mi equipo, señalando a quienes se lo habían llevado, sin hacerme caso, se van dejándome solo en el lugar”. El fotógrafo tiene hematomas en el cuerpo y una laceración en el cuello.
Eduardo Miranda, fotógrafo de la revista Proceso cuenta que tomaba fotos del Zócalo al terminar la marcha, “cuando vi que las cosas subían de tono. Nos separaban unas vallas metálicas que pronto desaparecieron, los objetos que lanzaban algunos manifestantes eran devueltos por los policías a la multitud. Empecé a tomar imágenes y vi que un policía federal aventó un objeto de metal grande que venía en el aire, me hice de lado, pero me alcanzó a dar en la pierna derecha y empecé a sangrar, dejé de hacer fotos y busqué alejarme del lugar”. Una colega fotógrafa lo llevó al servicio médico donde le indicaron que era necesaria una intervención quirúrgica.
María Idalia Gómez, coordinadora de asuntos especiales del portal Eje Central narra que “en la inmediaciones de Palacio Nacional tomaba imágenes con mi celular cuando un grupo encapuchados vestidos de civil arremetió contra mí, salí volando”. Al caer quiso proteger su equipo y fue cuando sufrió una fractura en la muñeca izquierda. “Estoy segura de que la agresión fue directa porque se dieron cuenta de que tomaba imágenes en el momento en que iniciaba el enfrentamiento entre elementos federales y capitalinos y los manifestantes”.
Cabe señalar que nuestro país se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.