Ciudad de México, 24 de noviembre (SinEmbargo).–Caza furtiva alcanza número récord por cuarto año consecutivo en el número de asesinatos de rinocerontes en Sudáfrica, según informó el gobierno. A pesar de los múltiples esfuerzos por las autoridades de detener la matanza de estas especie en peligro de extinción, mil 20 ejemplares fueron cazados por el valor de sus cuernos que se venden en el mercado negro principalmente en el país asiático.
El Parque Nacional Kruger situado en Sudáfrica y que tiene aproximadamente el mismo tamaño que Gales, fue el que más bajas de rinocerontes sufrió con 672 en lo que va del año. El año pasado se asesinaron a mil 4 ejemplares de este tipo en todo el país.
Las reservas privadas del país alertaron que los más de 21 mil rinocerontes que habitan en esa región, podrían desaparecer para el año 2020 de no tomar acciones o medidas para su protección y conservación, según cifras de la World Wild Fund (WWF por sus siglas en inglés).
Aunque las cifras del futuro pueden sonar drásticas, en realidad los números actuales son alarmantes: pues en el 2011, 448 rinocerontes fueron abatidos, en 2012 fueron 668 y para el 2013, la cifra aumentó a más de los mil ejemplares.
La ignorancia prevalece cuando del negocio del cuerno del rinoceronte se trata: los consumidores creen que el material del que está hecho esta parte del animal puede curar accidentes cerebrovasculares, convulsiones, resacas, aumentar la potencia sexual en hombres y hasta atraer el éxito profesional o la abundancia.
Sudáfrica, que es el hogar de por lo menos 20 mil rinocerontes, representa el 80 por ciento de la población mundial. Namibia alberga una de las comunidades más grandes de rinocerontes negros que permanecen bajo la constante amenaza de los cazadores ilegales, por lo que el Ministro de Medio Ambiente, Pohamba Shufeta dio a conocer que se llevaría a cabo esta medida.
El gobierno de Namibia justo tomó medidas para que los animales dejaran de ser asesinados cuando lo que querían los cazadores era únicamente sus cuernos, por lo que optó por quitárselos con diferentes procedimientos para que siguieran con vida.
La crisis de la caza furtiva también obligó a diferentes autoridades a mudar a varios ejemplares a otras zonas más "seguras" que estuvieran cerca. También en julio se dio la sentencia de 77 años en prisión a un cazador furtivo, mientras que una docena de personas todavía esperan en juicio una resolución.
Otra medida que se tiene contemplada es la legalización del comercio de rinocerontes, para que, en un acto de esperanza, la demanda y los asesinatos de estos ejemplares disminuya.
En Namibia también se implementó un programa desde 1967 donde las personas que cazaban por necesidad de alimentarse y obtener dinero, fueron remuneradas para convertirse en protectores de los rinocerontes.
Gracias a varias organizaciones para la conservación de animales y el gobierno, se les pagó a varias familias para que mantuvieran el campo donde habitaban con vida, incluyendo las especies que se encontraban ahí.
Sin embargo, todas estas acciones parecen no tener repercusión si la cifra continúa en ascenso, por lo que la campaña legalización de su comercio podría intensificarse en los próximos años, aunque las personas que resguarden estos objetos podrían ponerse en riesgo también por poseer los objetos o almacenarlos.