Científicos revelan la clave que convirtió a los gatos salvajes en mascotas

14/11/2014 - 12:00 am
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Los humanos interfirieron en el cambio de la información genética de los gatos domesticados con recompensas y caricias. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo).– Un equipo internacional de genetistas publicó uno de los estudios más precisos sobre el ADN del gato doméstico. Esta es la primera vez que los científicos buscaron cuidadosamente en el genoma del gato la clave para desentrañar las diferencias sobre la evolución y cambios de los gatos.

Las principales diferencias entre los gatos domésticos durante los últimos 9 mil años, se encuentran en los genes asociados con el crecimiento de las células del cerebro involucradas en la sensación de recompensa y placer.

Los investigadores alegaron que se conoce muy poco sobre los cambios genéticos que distinguen a las poblaciones de los gatos domésticos y de sus progenitores silvestres. El estudio se basó en identificar genes selectivos que enriquecieron a los genes relacionados con el metabolismo de los lípidos que sustentan las adaptaciones a una dieta hipercarnívora.

La investigación sugiere que los seres humanos comenzaron a domesticar a estos animales con golosinas y caricias, pues suelen ser solitarios y, que al parecer así ha sido durante mucho tiempo; los ejemplares que respondían positivamente, eran los que tenían probabilidades más altas de ser criados, por lo que con el paso del tiempo se convirtieron en animales cada vez más dóciles.

También se encontraron señales de selección dentro de los genes que son subyacentes a los procesos sensoriales, más específicamente esos que afectan la visión y el oído en el linaje carnívoro.

Es decir, que entre los genes de los gatos que se vieron más favorecidos por la selección natural están los de la audición y la vista aguda, pues el gen de la vista es muy parecido al de los seres humanos e incluso mejor, ya que desarrollaron una mejor visión nocturna.

Los gatos domésticos parecen tener genes relacionados con la digestión de grasas a diferencias de los carnívoros, lo cual es importante por sus dietas. Además que también cuentan con información genética que les podría ayudar a evitar padecer enfermedades del corazón por sus dietas altas en grasas.

Sin embargo, algunos de los genes fueron influenciados por los humanos; al hacer la comparación de un gato doméstico con cuatro gatos monteses se encontró que las personas pudieron haber intervenido en la modificación de los genes que hacen que el cerebro de los animales responda a las recompensas.

Algunos de los ejemplares que carecen de esta información genética, mostraron actitudes muy pobres cuando se les enseñaba algo con premios.

Los científicos encontraron que los parientes silvestres de los felinos no tienen unos genes que controlan la forma en que sus cerebros se desarrollan cuando son embriones y que también se encuentran en otros animales domesticados como cerdos y caballos o animales de granja.

Esta investigación se basó en la hipótesis del síndrome de domesticación, que sostiene que la mayoría de los animales domésticos tienen un desarrollo de cerebro alterado durante su gestación y los cambios que sufren durante esta fase, son los rasgos que se vinculan con la docilidad, como orejas más pequeñas y diferente coloración.

Este estudio es la continuación desde el esfuerzo de terminar la secuencia del genoma del gato que fue publicado en otra investigación en 2007.

en Sinembargo al Aire

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