¿Por qué, literalmente, se apagan partes de nuestro cerebro durante el clímax? Puede ser que de ese modo realmente podemos hacer a un lado nuestras inhibiciones, dicen investigadores holandeses que han estudiado los escáneres cerebrales de parejas jóvenes en el preciso momento que llegan al orgasmo
Un área del cerebro llamada corteza orbitofrontal, o COF, tiene que ver con mantener las cosas tranquilas y controladas. Así que tiene sentido que se apague para que podamos... bueno... perder todo el control durante el clímax.
Según la investigación, aplica tanto para hombres como para mujeres. Y aunque sus cerebros tengan la misma apariencia durante el sexo, hay algunas diferencias importantes, según comentó el experto Dr. Serge Stoleru a Hablemos de Sexo y Amor en el Congreso Mundial de Salud Sexual.
Fingiéndolo
Los investigadores holandeses encontraron que en las mujeres, durante un orgasmo, también se apagan partes del cerebro ligadas al miedo y la ansiedad. Toda mujer sabe cuán importante es sentirse cómoda y relajada, algo que los científicos realmente pueden ver en el cerebro.
Pero cuando las mujeres en el estudio fingieron un orgasmo, sus cerebros no se apagaron por completo. Por el contrario, las áreas que ayudan a controlar el movimiento se activaron. Así que aunque la mujer sea muy buena fingiendo el clímax, algo totalmente diferente sucede en su cerebro.
Excitándose
La corteza orbitofrontal -la misma zona que se apaga durante un orgasmo- es también muy importante al momento de evaluar a alguien, y excitarse cuando debemos, dice el Dr. Stoleru. Se acelera por la testosterona en los hombres y por el estrógeno en las mujeres.
Durante el ciclo menstrual los niveles de estrógeno están al máximo antes de la ovulación. Esto podría explicar por qué la mujer se siente más excitada y dispuesta al sexo en ese momento, al estar su COF más activa de lo normal.
¿Amor salvaje?
Si empezamos a salir con alguien que nos gusta, es casi imposible quitarle los ojos de encima. Esa atención extrema que le damos a nuestro amorcito es gracias a la corteza parietal, una parte del cerebro que nos ayuda a enfocarnos en lo que nos rodea, en especial lo que deseamos.
Con el tiempo, si nos enamoramos, basta con ver la cara de nuestra pareja para activar una zona profunda de nuestro cerebro llamada el área tegmental ventral. Todos los vertebrados, incluso los peces, tenemos esta parte del cerebro en común, dijo el Dr. Stoleru a Hablemos de Sexo y Amor. Así que, aunque creamos que el amor romántico es exclusivo de los humanos, quién sabe, tal vez es algo que compartimos con otros en el reino animal.