El “Mexican Moment” nunca se creyó en casa, la violencia no podía ocultarse: The Guardian

03/11/2014 - 9:43 pm
Marcha por la desaparición de normalistas. Foto: Cuartoscuro
Marcha por la desaparición de normalistas. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).– La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa ha expuesto la mezcla entre la política local y el crimen organizado que prevalece en varias partes de México, afirma The Guardian. El influyente diario plantea que el fracaso para encontrar a los normalistas ha evidenciado “cómo el crimen organizado sigue dominando la política local, y el contraste entre la retórica y la realidad a la que México está expuesto”.

El periódico inglés publica una investigación de la periodista Jo Tuckman, su corresponsal en la Ciudad de México, donde establece que el gobierno federal no ha podido evitar ser el centro de atención por “su incapacidad para actuar”, pese a que tiene nuevos niveles de coordinación e inteligencia para la estrategia de seguridad.

El Presidente, plantea el reporte, comenzó su gobierno con un programa de reformas con velocidad y amplitud –desde la educación hasta la energía– que convencieron a muchos entre la comunidad internacional de que Peña Nieto "no era sólo una cara bonita, respaldado por la formidable maquinaria de relaciones públicas del históricamente semi-autoritario Partido Revolucionario Institucional que había gobernado el país de 1929 a 2000”.

Se pensaba que México, añade el autor, estaba entonces en una nueva pista, con visión de futuro hacia la modernización económica. “La idea del llamado ‘Mexican Moment’, sin embargo, nunca tuvo el mismo arrastre en casa”, destaca.

“Los índices de aprobación de Peña Nieto cayeron como languideció la economía. Y aunque las cifras oficiales de homicidios han caído, las evidentes averías en la gobernabilidad en varios estados han hecho que los problemas de seguridad no puedan barrerse por completo debajo de la alfombra”, expone.

Luego, Tuckman se refiere al caso de los normalistas de Ayotzinapa, quienes el pasado 26 de septiembre fueron atacados en Iguala, Guerrero, por elementos de la policía y miembros locales de un cártel de las drogas, y donde seis personas murieron y 43 están hasta hoy desaparecidas.

También expone a sus lectores que el Procurador mexicano, Jesús Murillo Karam, ha alegado que el ex Alcalde de Iguala, quien ahora está prófugo, ordenó a los ataques y que la esposa del ex Edil está vinculada con un grupo criminal denominado Guerreros Unidos.

Sin embargo, The Guardian plantea: “El mayor problema que enfrenta Peña Nieto hoy es justificar el fracaso de su gobierno para encontrar los estudiantes, todos ellos procedentes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, que tiene una larga historia de activismo radical y que ha sido reprimida en el pasado. Durante el mes pasado las autoridades han retirado decenas de cadáveres de fosas comunes en la zona de Iguala, pero ninguno ha sido identificado como alguno de los estudiantes, para quienes convertirse en maestros rurales suele ser su única opción para salir adelante.

“Algunos argumentan que las autoridades deben saber dónde están –dada la detención de 56 personas presuntamente implicadas en los hechos– pero están protegiendo a alguna persona o institución que consideran intocable”, afirma el prestigiado diario londinense y uno de los más vetustos del mundo.

DE LA REVISTA TIME A AYOTZINAPA

En febrero pasado, recuerda el periódico, la revista Time dedicó una portada al Presidente Enrique Peña Nieto con el titular “Salvando a México”. Luego, en septiembre, volvió a casa de Nueva York con un premio que lo nombra como “Estadista Mundial en 2014”.

Pero sólo un par de semanas después, el portavoz de la Casa Blanca, el Parlamento Europeo y el Alto Comisionado de la Organización Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos salieron casi al unísono para expresar su preocupación por la situación en México. Con las noticias del país dominadas por la desaparición de los 43 estudiantes después de que fueron arrestados por la policía de Iguala, incluso el Papa Francisco dirigió recientemente, en una reunión en El Vaticano, una plegaria por lo que sufre ahora el pueblo mexicano.

“Peña Nieto no ha conseguido un ojo morado, sino dos”, le dijo al diario George Grayson, experto en México del College of William & Mary en Virginia. La desaparición de los estudiantes ha provocado marchas grandes y pacíficas, así como bombas incendiarias en los edificios del gobierno: “Hay algunas cosas que no se pueden explicar a distancia”, dijo Grayson.

Peña Nieto, explica The Guardian, asumió el cargo en diciembre de 2012 y de inmediato lanzó un ambicioso programa de reformas diseñado para enterrar a las guerras de la droga que habían dominado las noticias durante la administración de su predecesor, Felipe Calderón, “cuya ofensiva militar dirigida contra la delincuencia organizada había fracasado de manera espectacular”.

Durante todo este tiempo defendió el cambio de política en el país. Incluso, cita el periódico, una semana antes de los ataques a los estudiantes, que se realizaron a pocos minutos de una base del Ejército y de la sede local de la Policía Federal (PF), Peña Nieto le dijo a The Washington Post: “Los gobiernos federales y locales ya no están compitiendo uno contra el otro, ahora están trabajando en conjunto para combatir el crimen”.

Sin embargo, destaca la periodista Jo Tuckman, “durante una semana, el gobierno dejó la responsabilidad de la investigación en manos de las autoridades notoriamente corruptas de Guerrero, que por casualidad provenían de otro partido político: el de la Revolución Democrática (PRD)”.

Entrevistado por Tuckman, Alejandro Hope, experto en seguridad y ex funcionario de la agencia de inteligencia de México, sugirió que los detenidos pueden ser chivos expiatorios, y que el gobierno está realmente en la oscuridad. Esto, subrayó, sería el peor escenario posible para el gobierno.

“Ellos podrían capear el temporal de la búsqueda de los cuerpos, pero esta imagen de incompetencia es devastadora para ellos”, dijo. “La imagen de Peña Nieto se construyó alrededor de la idea de ser eficaz y en la idea de un gobierno que sabe cómo hacer las cosas”.

Mientras tanto, añade el diario, los esfuerzos para mantener al Presidente por encima de la refriega también se han roto.

“Con sus declaraciones diarias prometiendo justicia su futuro se está agotando, Peña Nieto finalmente se reunió con los padres de los desaparecidos la semana pasada. Pero la reunión se convirtió en un maratón de cinco horas y los padres, en una conferencia de prensa llena de frustración reclamaron que no ha hecho lo suficiente para encontrar a sus hijos”.

“Estoy lleno de enojo porque pensé que este gobierno se suponía que era efectivo”, menciona el periódico a Emiliano Navarrete, uno de los padres de los 43 desaparecidos. “Yo no he venido aquí para pedir un favor. He venido aquí para exigir resultados como un ciudadano mexicano que exige que su gobierno no actué de esta manera”, añade en la cita.

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