Panteón de Juárez da cuenta del horror en México: cientos de cuerpos, sin identificar

02/11/2014 - 6:15 pm
De las exclusiones da cuenta un anexo incluido en el mismo informe, signado por las académicas investigadoras Yessica Ivet Cienfuegos Martínez, Cynthia Galicia Mendoza y Rosalba Vázquez Valenzuela. Foto: Cuartoscuro.
Es en la llamada ‘fosa común’ del panteón municipal, ubicado a la entrada de la ciudad en el kilómetro 29 de la carretera federal Juárez-México, donde reposan las personas que, tras su muerte, nadie identificó, nadie reclamó o nadie reconoció. Foto: Cuartoscuro.

Por Luz del Carmen Sosa, especial

Ciudad Juárez, 2 de noviembre (El Diario/SinEmbargo).– Panteón San Rafael. Entre oxidadas placas metálicas inscritas con números y colocadas en filas sobre montículos de tierra, destaca el color naranja de una flor de cempasúchil que nació de la nada. Parece una ofrenda de la naturaleza a todos los sepultados sin nombre que yacen aquí.

Es en la llamada ‘fosa común’ del panteón municipal, ubicado a la entrada de la ciudad en el kilómetro 29 de la carretera federal Juárez-México, donde reposan las personas que, tras su muerte, nadie identificó, nadie reclamó o nadie reconoció.

Esos restos humanos son conocidos como “los no identificados” y es aquí donde crece la solitaria flor. Chihuahua, uno de los estados de la República más afectados por la violencia que azota al país, cuenta con un total de mil 730 muertos sin identificar, inhumados en fosas individualizadas de cementerios diseminados en las cuatro zonas (centro, norte, sur y occidente) en las que está dividida la entidad.

Los restos humanos, frescos o esqueletados, fueron recuperados en la vía pública, en predios ubicados en zonas desérticas o en fosas clandestinas, revela un informe de la Fiscalía General del Estado (FGE).

No todos los casos son por muertes violentas, existen muchas personas que sufrían enfermedades mentales, personas con problemas de adicción, óbitos por abortos clandestinos, dice Daniel Ricardo Jaramillo Vela, director estatal de los Servicios Periciales y Ciencias Forense.

El funcionario, quien actualizó estos datos, dice que solo de enero a octubre del año en curso fueron inhumados 130 cuerpos no identificados.

“Nos ocupa mucho el tema de los cuerpos no identificados, nunca hemos negado tener un problema. Tenemos que trabajar con la consigna de que un cuerpo inerte es una persona y merece un trato digno; que debemos de generar las condiciones y hacer lo posible para que un día un familiar pueda identificar a esa persona. Con uno que identifiquen podemos decir que valió la pena el esfuerzo”, dice el especialista.

Foto: El Diario de Juárez
Foto: El Diario de Juárez

LOS SERVICIOS FORENSES

La Fiscalía General del Estado cuenta con cinco Servicios Médicos Forenses (Semefo) o salas de necrocirugía en todo Chihuahua y trabajan conforme a lo establecido en la Guía Metodológica emitida por la PGR, dice el informe obtenido a través de la Unidad de Información.

El Semefo de Ciudad Juárez es el más grande en todo el estado, ya que tiene 380 locaciones para restos humanos frescos o esqueletizados; mientras que Chihuahua tiene 200, Cuauhtémoc 30, Parral 10 y Guerrero dos.

En algunas comunidades rurales y municipios lejanos cuando se realiza un hallazgo o levantamiento de cuerpos, de así requerirse, las autopsias son realizadas en salas facilitadas por funerarias locales, menciona el documento.

Cada SEMEFO ofrece servicios muy precisos que inician el levantamiento y traslado de cadáveres o restos óseos del lugar del hallazgo hacia las instalaciones oficiales, labor que realizan camilleros.

Anteriormente, en los casos de hallazgos de osamentas acudía el equipo de arqueólogos y antropólogos forenses, pero la FGE ya no cuenta con este personal especializado, por lo que fueron capacitados peritos locales para realizar esta labor.

El equipo lo completan los prodisectadores, los médicos y odontólogos forenses.

Las instalaciones de cada Semefo están dotadas de un sistema de red fría para la preservación de cadáveres y una Osteoteca para el resguardo de los restos óseos.
La admisión de cada cuerpo sin vida y osamenta es registrada en el Sistema de Información Integrado en red estatal del ingreso y egreso de cadáveres. A este sistema tiene acceso el Ministerio Público, particularmente la Unidad de Atención a Víctimas, para fines de identificación de víctimas.

Esto evita que los familiares sean expuestos al cadáver y únicamente observan fotografías. El impacto es menos brutal, a decir de parientes afectados, particularmente en los casos de muertes violentas.

Sólo los Semefos de Juárez y Chihuahua cuentan con equipo de rayos X.

Los cinco edificios tienen un Sistema de Dactiloscopia y Fotografía Forense y un sistema electrónico de recepción y respuesta de solicitudes de informes periciales.

Además, incluye un sistema para el manejo integral con inactivación de residuos peligrosos biológicos infecciosos líquidos y almacenamiento de los residuos sólidos.

Los Semefos en Chihuahua cuentan con áreas especializadas para el procesamiento de evidencias que, posteriormente, se remiten a las áreas auxiliares de investigación técnico-científicas: balística, Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Digitales (AFIS, por sus siglas en inglés), Química y Genética, que son manejadas por especialistas en la materia.

Foto: El Diario de Juárez
Foto: El Diario de Juárez

PASO A PASO

Después del hallazgo de una persona sin vida que realizan los primeros respondientes, regularmente son policías municipales, los peritos especializados en la escena del crimen acuden hasta el lugar y, tras hacer el levantamiento de las evidencias, ordenan el traslado del cadáver al Semefo.

Ahí la información del cuerpo sin vida es capturada a través del SIEC, los datos incluyen la toma de huellas dactilares, una serie fotográfica que incluye las pertenencias de la víctima (sí existen) y la descripción de señas físicas particulares (como tatuajes).

Se realiza la toma de muestras biológica para la determinación del perfil genético, que incluye fluidos biológicos como sangre, orina y saliva, así como restos anatómicos, dientes y huesos, y se anexa la causa de muerte una vez realizada la autopsia, explica Jaramillo Vela.

De ser necesario, en caso de cuerpos ‘acartonados’, se realiza la técnica de rehidratación de tejidos que innovó.

Luego, los cuerpos son enviados a las unidades de refrigeración donde son preservados mínimo 90 días, periodo que legalmente debe permanecer el cuerpo en el Semefo en espera de que los familiares acudan a reclamar el cadáver, que identifican mediante la exhibición de las series fotográficas.

En las instalaciones de los Semefos en Chihuahua, los cuerpos no son expuestos a las familias, sino que los reconocen por medio de series fotográficas y en caso de dudas razonables, se opta por realizar el AND para corroborar científicamente el lazo consanguíneo.

En el caso de las pertenencias, estas son almacenadas en bolsas al vacío para preservarlas en un área especial del Semefo y que se pueden entregar a las familias después de identificada la persona y de así desearlo.

Una vez que pasa el tiempo, mínimo tres meses, se ordena la inhumación de los cuerpos o restos que son colocados en una bolsa especial -no degradable- luego en una caja de aserrín prensado y enviado a fosas individualizadas al panteón municipal, que en Ciudad Juárez es el San Rafael.

Todos los restos, dice el especialista, van con una placa con folio único para cada cuerpo con los datos recabados en el SIEC, y se procede a la inhumación que cumple con los protocolos estatales e internacionales.

Estos protocolos involucran a otras autoridades del ámbito municipal y estatal. El Artículo 350 Bis 5 de la Ley General de Salud y el Artículo 7, del Reglamento de la Ley General de Salud, regula en materia de control sanitario la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos. Además, se debe notificar a la Dirección de Aseo Urbano el número de fosas individualizadas para que el personal del panteón municipal proceda a su apretura.

El Registro Civil proporciona cada una de las actas de defunción que menciona la causa de muerte y la fecha estimada del deceso, mientras que la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS) es la autoridad que finalmente la autorización para la inhumación.

En la oficina del cementerio existe un libro que contiene el registro de datos y que permite la ubicación en cada fosa.

Foto: El Diario de Juárez
Foto: El Diario de Juárez

LOS IDENTIFICADOS, LOS RECLAMADOS

Daniel Ricardo Jaramillo Vela, Daniel Ricardo Jaramillo Vela, director estatal de los Servicios Periciales y Ciencias Forense, recuerda el antecedente de lo que antes se denominaban ‘fosas comunes”.

A partir del 2007 se inició con los trabajos para hacer una depuración de estas fosas, fueron exhumados cientos de cuerpos no identificados por antropólogos y arqueólogos forenses y luego de ser realizado el nuevo registro en el SIEC, fueron inhumados pero ahora en fosas individualizadas.

“Ahora, todo cuerpo cuyo estatus es de ‘no identificado’ se direcciona hacia la inhumación controlada del estado en una forma individualizada que está en el panteón municipal San Rafael. Esto nos permite establecer el criterio nacional con fines de identificación porque todos los cuerpos que son inhumados con este estatus como ‘No Identificado’ o No Reclamado’, todos van con un registro”, dice Jaramillo Vela.

Menciona que en el estado existe una gran migración, por ser paso obligado para ingresar a los Estados Unidos y existe mucha población flotante, por eso este fenómeno hace que tengamos una incidencia con ingresos de cuerpos que nadie reclama.

“No todos son homicidios, muchas son muertes naturales o no violentas de personas que fallecen en tránsito, en la vía pública, en baldíos o despoblado, también gente de la tercera edad de las cuales tenemos su identidad, nombre y apellido y sucede que están en total abandono social y nadie los reclama”, plantea.

Tan solo de enero a octubre del 2014 fueron inhumadas 47 cuerpos en zona norte, 11 cuerpos en zona suur, 21 en la zona centro y 51 en zona occidente para dar un total de 130, los cuales se suman a los ingresos registrados que corresponden del periodo del 2004 a marzo del 2013. El dato oficial contempla los cuerpos sin identificar, los identificados pero no reclamados y depositados en el SEMEFO de los estados por abandono social.

Así, se establece que en la zona centro fueron registrados 384 cuerpos de personas desconocidas u osamentas; mil 48 en la zona norte; 106 en la zona sur y 192 en la zona occidente, para dar un total de mil 730 inhumaciones.

El registro de cada ingreso refiere la fecha y lugar del hallazgo, personal operativo participante en el proceso de levantamiento y necropsia de los cadáveres o restos óseos, registro fotográfico, evidencias asociadas, causa de muerte, número de certificado de defunción y las muestras biológicas recabadas.

Sin embargo, la Base de Datos Genéticos del Estado, integrada por perfiles genéticos de cadáveres sin identificar y cadáveres identificados no reclamados, registra dos mil 60, entre femeninos y masculinos.

Foto: El Diario de Juárez
Foto: El Diario de Juárez

LOS IDENTIFICADOS

En el panteón San Rafael se observa en el tercer cuadrante un área denominada ‘fosa común”. Aquí se encuentran al menos 11 lápidas y cruces de personas que luego de permanecer como “No Identificados”, fueron reclamados por sus seres queridos.

Debido a que el Estado ofrece como opción dejar el cuerpo en ese sitio, las familias celebran una breve ceremonia y adquieren una tumba para así honrar la memoria de su ser querido.

“Es un descanso saber que finalmente se encuentra a tu familiar, porque fueron meses y años de angustia, sin saber dónde estaba, esperando día y noche tener noticias de él y eso no es vida”, dice Teresa, hermana de Luis Ricardo García Castillo, un policía municipal que desapareció en mayo del 2008 y fue tres años y medio después que encontraron el cuerpo, el cual ingresó pocos días después de su muerte.

El motociclista murió junto a dos hombres más en el interior de un auto. Los agresores los maniataron y a dos de ellos los dejaron dentro del auto, mientras que a Luis Ricardo lo colocaron en la cajuela. Sus acompañantes murieron calcinados, mientras que él murió a causa de la inhalación del humo y a diferencia de sus acompañantes no sufrió quemaduras.

La familia refiere que en ese mes sufrieron problemas por el cáncer terminal que aquejaba al padre de Luis Ricardo y sus hermanas estaban concentradas en la atención al adulto mayor, que reclamaba la presencia de su hijo.

“Mi hermano desapareció en mayo y su esposa lo reportó como desaparecido, estuvimos buscándolo en hospitales, las cárceles, en Babícora donde él estaba asignado y nadie nos daba respuesta. En ese entonces ya la violencia estaba desatada, pero nadie nos dio razón de él”, recuerda.

El desgaste emocional y económico de la familia hizo crisis con la muerte del padre de familia. Fue en octubre de ese año, recuerdan dos de las hermanas de Ricardo entrevistadas en su hogar, uno de los cuñados de Ricardo observó en el Semefo un cadáver que se parecía al esposo de su hermana, sin embargo, no existía la certeza y la familia no tenía dinero para realizar un examen de ADN.

“Creo que preferimos pensar que estaba vivo, no teníamos las posibilidades de hacer el examen de ADN porque quedamos muy desgastados con el cáncer de mi padre, después, mes con mes íbamos al Semefo, seguíamos preguntando con sus amigos, en la Policía Municipal”, recuerda Tere.

Fue hasta el 2011 que un agente de la Policía Ministerial Investigadora acudió a la casa paterna para realizar preguntar en torno a la desaparición del policía preventivo. Entonces les practicaron la prueba de ADN a uno de sus hijos y una de sus hermanas.

Entonces, descubrieron que el hombre que les mostraron mediante fotografías era su ser querido.
Coincidía un trabajo dental y las pertenencias.

Para la familia, que no ha recibido hasta el momento más información en torno al asesinato del Luis Ricardo, hubo omisión de las autoridades al no practicar desde un inicio mayores pruebas científicas.

“Todos los meses íbamos al Semefo, siempre preguntábamos y al no encontrarlo muerto, nos aferramos a la idea de que estaba vivo, pero no era así”, dicen las hermanas.
Otro factor que las “tranquilizaba”, era el hecho de que el hallazgo de los cuerpos no se hizo público. Hasta el momento no se tienen mayores datos sobre las personas calcinadas dentro de la unidad.

“Lo cierto que es que al saber que estaba muerto, cómo murió, nos surgieron muchas dudas, pero también existe el temor de la familia, por eso no se hizo nada más”, agregan.

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