Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– “A los políticos les gusta que la gente se queje, porque hablan mucho pero no hacen nada; hay mucha diferencia entre hablar y actuar (…) cuando hablamos de generar cambios, no platiquemos de ellos, sino de las acciones que estamos realizando para lograr lo que soñamos”, dijo Waleed Rashed, activista egipcio y uno de los fundadores del movimiento juvenil "6 de abril", posteriormente conocido como Primavera Árabe.
En su visita a México para participar en el Encuentro Empresarial 2014, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el ahora joven emprendedor, compartió su experiencia en el uso de las redes sociales así como su aprendizaje durante la Primavera Árabe.
El movimiento "6 de abril", que agrupó a jóvenes contestatarios al régimen del Presidente Hosni Mubarak, fue creado en Facebook y logró saltar de la realidad virtual a la calle con sus continuos y masivos llamados a protestas.
“Nos dimos cuenta que no sólo se trataba de estar en Facebook y empezamos a utilizar nuevas herramientas para empezar con protestas reales. Tomamos el ejemplo de Túnez que logró abolir la dictadura bajo la que vivía; los egipcios siempre queremos ser mejores que los demás, así que iniciamos una campaña que se llamó "La respuesta es Túnez", para empezar a hacer lo que ellos, así que 15 días después organizamos una protesta y la gente se unió, las protestas comenzaron a ser más recurrentes y ahora el reto era mantener ese apoyo”, dijo el joven empresario.
Ahondó en las protestas que se vivieron en enero de 2011, cuando hubo manifestaciones en Libia, Túnez, Mauritania, Arabia Saudita, Libano, Egipto, Siria, Palestina y Marruecos, eventos en los que obtuvieron una respuesta social positiva, a pesar de que en algunos países, los gobiernos cortaron el acceso a Internet cuando se dieron cuenta que era a través de las redes sociales como se estaban organizando los manifestantes.
“Recuerdo que durante la manifestación del 28 de enero nos bloquearon las señales de Internet y teléfono, supongo que con el objetivo de intentar frenar la invitación a las movilizaciones y que la gente saliera a las calles, pero pasó todo lo contrario, porque al no tener conexión, la gente entendió que algo iba a pasar; 15 días después Mubarak se fue”, recordó.
Esos llamados se conjugaron con los de otros grupos opositores y desembocaron en protestas masivas en varias ciudades de Egipto, el país árabe con mayor número de habitantes (80 millones), gobernado por Mubarak durante tres décadas.
LA REVOLUCIÓN COMO PRODUCTO
Para Rashed, la revolución es como un producto que hay que saber producir y posteriormente vender. Proveniente de una familia adinerada y ahora fundador de Ingez, empresa de mensajería en Egipto, aseguró que hoy en día la única opción es la participación de la gente y que aunque no se puede copiar una revolución, hay que saber crear nuevas versiones.
“Les puedo dar un manual de cómo hacer una revolución: paso uno, hay que pedirle a la gente que se levante; paso dos, ya que tienes a la gente en la calles, pasas a la desobediencia civil, así tienes tu revolución. Uno de los verdaderos problemas es saber cómo la comunicas, ya que a la gente no tienes que hablarle de tu sueño, sino contarles los sueños que ellos tienen”, comentó.
Al ser cuestionado sobre la opinión que le generaba el uso de la violencia en las manifestaciones indicó que como a la gente no le gusta, hay que venderle una versión no violenta, “todo depende de lo que crean los clientes”.
Una de las asistentes proveniente de Venezuela le compartió su testimonio en las recientes movilizaciones que se suscitaron en dicho país, “las manifestaciones cuando son de cientos de personas no hay que tener miedo, ya que la policía no puede encarcelar a todos. El miedo no es malo, el miedo es hambre y sed, hay que tener muy claro que el poder de la gente es más fuerte que el de la gente en el poder”, le respondió.
Otro de los cuestionamientos en los que se insistió durante el evento fue la situación de Egipto posterior a Primavera Árabe. Waleed comentó que era imposible mantener a la gente protestando en las calles y que se tenía que recurrir a la politización. “No se puede tener una revolución todos los días y aunque los movimientos tienen que politizarse, esto representa un enorme reto por el dinero y los medios de comunicación que se requieren”.
El activista también dio consejos a los asistentes para que sean aplicados en la búsqueda de cambios en la sociedad: “para cambiar, la gente tiene que unirse. Dejen de hablar entre ustedes que piensan igual y vayan con la gente que piensa diferente”.