Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- La Reforma Fiscal, aprobada el año pasado por el Legislativo, no está recaudando los ingresos esperados, lo que obligará a que la próxima administración federal, que deberá iniciar labores en 2018, tenga que realizar cambios en la materia, advirtieron expertos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En su análisis sobre la reforma el Director General del CIEP, Héctor Villareal Páez, afirmó que actualmente se está viendo “un gobierno que quiere pero no puede, ya que no hay los recursos para gastar y que tiene un gasto público inercial que se come los pocos recursos extras que se generan".
Destacó el bajo poder de recaudación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, misma que deriva en que existan demasiadas presiones fiscales que provocarán que a lo largo del sexenio el gobierno tenga poco dinero extra para gastar.
Por lo tanto, añadió, de seguir aumentando las presiones fiscales, la próxima administración federal se verá en la necesidad de proponer una nueva Reforma Fiscal que sea capaz de generar los ingresos suficientes para sostener y costear los objetivos que se establezcan, así como el pago de pensiones y programas de desarrollo social, ya que la actual ejerce demasiada presión a mediano y largo plazo.
Asimismo, dicha nueva propuesta tendrá que contemplar una nueva reducción financiera, de gasto y asignación de presupuesto que tome en cuenta la valoración de los programas de desarrollo que sí reflejen resultados.
El análisis destaca que dentro de la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación 2015 se contempla una deuda de 672 mil 595 millones de pesos, que equivale 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a un año de recaudación de Impuesto al Valor Agregado (IVA) , calculada en 703 mil 848 millones de pesos (MDP).
El análisis destaca que la deuda se ha venido acumulando desde 2009 y podría llegar al 51 por ciento del PIB para finales del sexenio. Un 7 por ciento más de lo estimado hace dos años.