Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– La clausura simbólica del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) no ocurrió ayer como había planeado Teresa Ulloa Ziaúrriz, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés). Como una sombra, el nombre de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre se hizo presente, cuando un grupo de unas 200 personas –en el que predominaban mujeres– impidió con palos que el grupo de activistas tuviera acceso a las puertas del edificio, ubicado en la calle Rancho Huizaches de Tlalpan.
El 25 de agosto pasado, el Consejo General del IEDF resolvió absolver a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre con una votación abrumadora –seis de sus siete integrantes– de las acusaciones de desvío de recursos públicos para sostener una red de prostitución en las oficinas que ocupó en la calle Puente de Alvarado cuando fue dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal.
La consejera presidenta, Diana Talavera Flores, fue la única que emitió un voto en contra, con la consideración de que la investigación realizada por la Unidad Técnica Especializada de Fiscalización del IEDF no fue exhaustiva, pero ello le valió la crítica de los otros consejeros de que en realidad, buscaba un sitio en el próximo órgano electoral por erigirse en el Distrito Federal de acuerdo con la reforma política.
Lo ocurrido en el IEDF el 25 de agosto motivó una convocatoria por parte de la activista Teresa Ulloa Ziaúrriz, quien es una de las denunciantes en el proceso judicial que se le sigue al ex dirigente en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Desde que dio a conocer que contaba con testimonios y pruebas, , Ulloa empezó a ser víctima de acoso.
De acuerdo con su propia declaración en la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF), las dirigentes del PRI en las delegaciones Azcapotzalco y Cuauhtémoc, Aída Beltrán y Leticia Álvarez, respectivamente, se presentaron en su despacho con identidades falsas para darle a conocer un domicilio donde habría trata de niñas. Pero la visita les habría servido para tenderle una trampa a la activista y la señalaron de obligarlas a declarar en contra de Gutiérrez de la Torre.
El mediodía de ayer, Teresa Ulloa Ziaúrriz caminaba al lado de Laura Itzel Castillo y Cecilia Olivos, y otras activistas de la misma CATWLAC, cuando unas 200 personas las acorralaron y a gritos, les exigieron que se detuvieran en su intento de manifestación. Además, les arrebataron la manta con la que pondrían un sello simbólico al IEDF y en la que se leía: “Ninguna mujer nace para ser puta”. También le pidieron que con la misma enjundia exigiera castigo a los perredistas que han abusado de mujeres. Mencionaron a Rubén Escamilla o David Jiménez. Los siete policías que estaban en el sitio no pudieron hacer nada.
ACTIVISTAS, CADA VEZ MÁS PERSEGUIDOS
Presentado en días pasados, el informe La Defensa de los Derechos Humanos en México: una lucha contra la impunidad expone que las circunstancias actuales de los activistas es peor en estos momentos que en el sexenio pasado, cuando había una batalla declarada en contra del crimen organizado.
Elaborado por la Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada, Acción Urgente para la Defensa de los Derechos Humanos y el Comité Cerezo las acciones en contra de los defensores de los derechos humanos no sólo llegan al acoso; sino a la desaparición forzada. Esta situación se ha incrementado en 60 por ciento en los 21 meses de gobierno de Enrique Peña Nieto.
Lo ocurrido ayer en el IEDF es un signo de las formas típicas de la actuación de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, también conocido como el "Rey de la basura".
En la década pasada, a su poderío mediante la violencia no lo pudo frenar nadie. Ni María de los Ángeles Moreno a quien intentó arrebatarle a sillazos la presidencia del partido en 2005; ni Beatriz Paredes Rangel dirigente nacional entre 2007 y 2011 y testigo de sus acciones a punta de patadas en la Cámara de Diputados y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF); ni el propio Jesús Murillo Karam –hoy Procurador General de la República– secretario general del partido, al lado de Paredes.
Pero, como en el pasado, el PRI-DF se deslindó del grupo denominado de "choque" que ayer apoyó a Gutiérrez de la Torre. En un comunicado, expresó su rechazo a las agresiones en contra de Ulloa Ziaúrriz, tanto físicas como verbales. “Nos deslindamos de los hechos sucedidos esta mañana, de los que nos hemos enterado por la información difundida en los medios de comunicación. Exigimos que las autoridades correspondientes realicen una investigación exhaustiva y, si así lo determinan, se finquen las responsabilidades que en su caso correspondan”, se lee en el comunicado.
EL NOMBRE DE LA IMPUNIDAD
Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre fue juzgado en tres instancias: el IEDF, la PGJDF y el PRI, su partido. La exoneración que le otorgó el instituto electoral sentó los precedentes para que las otras dos también lo absuelvan. De hecho, hay fuentes que indican que el PRI mantiene una negociación con el ex dirigente para no expulsarlo a cambio de que en la dirigencia del PRI en la capital del país se quede un personaje cercano al Presidente Enrique Peña Nieto.
Hasta el 20 de junio, Mauricio López Velázquez –quien sustituyó a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en el PRI-DF– fue coordinador de asesores del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. La Secretaría General del partido la ocupa Tonatiuh González Case, uno de los hombres más cercanos a Gutiérrez de la Torre. El Movimiento Territorial en el que se formaron como políticos tanto Gutiérrez de la Torre como González Case, quedó bajo el cargo de Laura Elena Arellano Gilmore, quien fungió como dirigente interina tras el escándalo de y cuya carrera corresponde por completo a ese grupo.
