Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).- Han pasado 65 días desde que José Manuel Mireles Valverde, reconocido como líder de las autodefensas en Michoacán, fue detenido y acusado de presuntamente portar armas de uso exclusivo del Ejército, así como marihuana y cocaína. Han pasado 63 días desde que el médico fue trasladado al Centro Federal de Reinserción Social 11, un penal de máxima seguridad ubicado en Hermosillo, Sonora, donde ha seguido su proceso en reclusión. Sin embargo, aún faltan 17 días para que se venza el plazo que el Tribunal Unitario de Circuito donde se desahoga su caso tiene para resolver la apelación promovida por su defensa, lo que definirá si es liberado o continúa preso, de acuerdo con su defensa.

Es en este contexto, ocurrieron diversas protestas este domingo en varias ciudades de México y de otros países para exigir la liberación de Mireles Valverde, quien fue detenido el pasado 27 de junio, en una fonda en la tenencia de La Ruana, en el municipio de Buenavista, Michoacán, junto con otras 82 personas.

A la convocatoria de la “Protesta Mundial #LiberenaMireles” en la Ciudad de México respondieron unas 150 personas, quienes acudieron a la plaza del Monumento a la Revolución a un evento en el que participaron varios oradores -entre ellos la abogada de Mireles Valverde, el activista Julián Lebarón, el general brigadier en retiro José Francisco Gallardo, y el sacerdote Gregorio López, mejor conocido como “Padre Goyo”- y que concluyó con una cadena humana que le dio la vuelta al paseo que conecta la plaza con la avenida Reforma.

Entre los asistentes había pocos rostros jóvenes; la mayoría eran adultos, ancianos incluso, aunque también se veía a familias, que se resguardaban del potente sol de mediodía bajo amplias sombrillas.

El ejercicio de una protesta simultánea en distintas partes del país y del mundo fue convocado a través de redes sociales por Grillonautas,  que se define como “un grupo de ciudadanos con la responsabilidad moral de difundir la información con un sentido ético, veraz y sin censura”. De acuerdo con la información que dicho grupo publicó durante el domingo en su cuenta de Twitter (@Grillonautas) y su página de Facebook, las manifestaciones para exigir la liberación de Mireles Valverde ocurrieron también en República Dominicana, Bélgica, Taiwán y Japón, así como en las ciudades estadounidenses de Nueva York, Kansas City, Chicago, Los Angeles y Las Vegas. En México se sumaron a la exigencia ciudadanos de Aguascalientes, Jalisco y de los municipios michoacanos de Morelia, Coahuayana y Caleta de Campos.

En la protesta en la capital del país los discursos se hermanaron en su demanda por la excarcelación no únicamente de Mireles Valverde, sino de los demás miembros de los grupos de autodefensas encarcelados y, en general, de todos los considerados presos políticos que hay en el país.

Montados en un amplio templete, que tenía como fondo una pancarta con la leyenda #LiberenaMireles y  una icónica imagen del médico formada por sus característicos sombrero y bigote, los oradores destacaban ante la audiencia. Mas sus palabras, que resonaban a través de un modesto equipo de sonido, no lograron despertar el interés de los adolescentes y jóvenes que patinaban y se refrescaban en las fuentes de la plaza, a pocos metros de donde acontecía la protesta. Las loas, los aplausos y las consignas de apoyo a Mireles Valverde tampoco lo consiguieron.

En sus intervenciones, Lebarón y Gallardo recordaron un tema que se ha ido diluyendo tanto en la opinión pública como en el discurso de las autoridades: las razones que motivaron la creación de grupos de autodefensas en Michoacán.

“¿Por qué surgen las autodefensas? ¿Por qué surge la defensa de los ciudadanos en defensa de su libertad, en defensa de sus vidas? Porque hay una ausencia de gobierno, porque hay una inoperancia de las instituciones para aplicar los programas sociales, porque hay una corrupción que ya rebasó hasta el mismo poder”, expresó el general brigadier en retiro, quien estuvo encarcelado entre 1993 y 2002, acusado de presunto enriquecimiento ilícito, pero a quien la organización Amnistía Internacional consideró “preso de conciencia”.

Por su cuenta, Lebarón, un chihuahuense que se convirtió en activista tras el asesinato de su hermano Benjamín, otros familiares y amigos, señaló que en México no se respeta el derecho de los ciudadanos a defenderse.

“El ciudadano no tiene el medio de defenderse, uno no puede tener el derecho a la vida si no tiene el derecho a los medios de defenderla, y el doctor Mireles está en la cárcel por defender ese principio, y creo que todos los que hemos sido víctimas y los que hemos visto a tantas víctimas de la violencia, tenemos que defender el principio de cada individuo de tener el medio de defenderse, y si su autoridad no le está sirviendo para ese fin, pues tiene el derecho sagrado, que no viene de ninguna institución, de organizarse y buscar los medios para defender eso”, dijo.

Talía Vázquez Alatorre, la abogada del médico, fue la última en hablar. Su intervención había causado expectativa entre los asistentes y, cuando finalmente tomó la palabra, los aplausos y las consignas de apoyo se dirigieron hacia ella. Vestida, como varios de los presentes, con una playera con la imagen de Mireles Valverde y la leyenda #LiberenaMireles, la abogada leyó el más reciente de los seis mensajes que, desde prisión, ha emitido el médico.

Más tarde, Vázquez Alatorre contará que Mireles se encuentra bien y de buen ánimo, a pesar de que desde el pasado 19 de agosto ha estado en el hospital del penal, a causa de problemas con la glucosa y con la presión alta.

El mensaje del médico es una analogía entre el cuerpo humano y el país, en el que el otrora líder de las autodefensas llama a que “nos reconozcamos como parte de un solo cuerpo que requiere urgente atención médica”, y concluye con un exhorto a reivindicar el derecho a la defensa.

“Esta protesta mundial por la libertad de las autodefensas significa mucho más que el hecho de que pudiéramos salir de prisión los de Michoacán. Significa una protesta frente a la que no dejan a una sociedad que en dolores de muerte se tome la medicina que está a su alcance. La medicina se llama paz y justicia; el médico se llama autodefensa; la jeringa es la Constitución”.

El júbilo de los presentes, que al término de cada discurso aplaudían y gritaban consignas como “Libertad, libertad, a Mireles por luchar”, “Vivan las autodefensas” o “¡No están solos; no están solos!”, fue mayor cuando concluyó la lectura del mensaje. De nuevo vinieron los aplausos y las loas a Mireles, a su abogada, a los autodefensas, a los presos políticos en el país…

Los organizadores del evento llamaron entonces a formar una cadena humana; entusiasmados, los asistentes aceptaron y, tomándose de los brazos, uno tras otro lograron avanzar sobre el corredor que une la plaza del Monumento con la avenida Reforma. Sólo entonces un par de policías de tránsito se percató de que cerca de ahí ocurría una reunión pública. “Es pacífica”, informó uno de ellos por su radio.

Al término del evento, Vázquez Alatorre explicó en breve entrevista que las opciones que tiene el tribunal son revocar el auto de formal prisión o rechazar la apelación, en cuyo caso el siguiente paso de la defensa sería presentar un amparo y proseguir con el juicio. Según la abogada, el Poder Judicial “no tiene para donde hacerse”, en referencia a que no tiene elementos para sostener las imputaciones contra Mireles.

Sin embargo, señala que como se trata de un asunto más político que netamente jurídico, “requiere del grito unido de todo México para que el Poder Judicial entienda que lo estamos observando y requiere mostrar independencia del Poder Ejecutivo”.

Mayela Sánchez

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