El neorrealismo sucio y frenético de los hermanos Safdie es algo completamente diferente. Aquí, Sandler da vida a Howard Ratner, un comerciante de piedras preciosas y apostador compulsivo cuya amplia red de deudas, traiciones y conspiraciones hacen de su vida un caos.
Por Jake Coyle
TORONTO, 11 diciembre (AP).— Adam Sandler aguardaba antes de ser arrojado a una fuente del centro de Manhattan en la Sexta Avenida para una escena de Uncut Gems, cuando vio un rostro familiar en la acera.
A los directores del filme, Josh y Benny Safdie, les gusta capturar la energía de Nueva York de la manera más auténtica y con frecuencia plantan cámaras al otro lado de la calle para escenas como la que Sandler estaba a punto de filmar. Así que el actor estaba escondido en un auto estacionado, tratando de no llamar la atención, cuando convocó al transeúnte.
“Dije, ‘¡Lorne!’ Él me vio, se subió al auto y me habló por un minuto”, recordó Sandler en referencia a su antiguo jefe en Saturday Night Live, Lorne Michaels. “Le dije, ‘estoy haciendo esta película —te voy a poner al día sobre los jóvenes de moda— con los hermanos Safdie’”.
“Me dijo, ‘Yo conozco a los hermanos Safdie. Crecieron en mi edificio’”, contó Sandler entre risas imitando la voz de Michaels. “Nunca puedo superar en nada a Lorne. Pensé que tenía algo genial con esto”.
El escenario central de Uncut Gems —el distrito diamantero en la calle 47— queda a apenas unos pasos de los estudios de NBC en el número 30 de Rockefeller Center donde Sandler se dio a conocer a principios de los 90 en el programa de comedia Saturday Night Live. Así de lejos como ha llegado desde entonces, la salvaje, caótica y volátil Uncut Gems se siente cercana a sus inicios.
No es que Sandler no haya demostrado su considerable rango dramático. En Punch-Drunk Love (Embriagado de amor) de Paul Thomas Anderson reveló la sensibilidad bajo el genio infantil de sus comedias. Y mientras Sandler nunca ha dejado de hacer stand-up comedy ni el tipo de comedias que actualmente produce para Netflix, ha incursionado consistentemente en el género de drama, con títulos que incluyen la comedia romántica Spanglish de 2004, de James L. Brooks; la metacomedia de Judd Apatow Funny People (Siempre hay tiempo para reír) de 2009 y el drama familiar de Noah Baumbach The Meyerowitz Stories de 2017.
Pero el neorrealismo sucio y frenético de los hermanos Safdie es algo completamente diferente. Aquí, Sandler da vida a Howard Ratner, un comerciante de piedras preciosas y apostador compulsivo cuya amplia red de deudas, traiciones y conspiraciones hacen de su vida un caos. Su caída está perpetua y desgarradoramente cerca.
Los Safdie originalmente le enviaron el guion al actor en el 2012.
“Seguía oyendo de los hermanos Safdie y que ellos querían hablar conmigo sobre una película”, dijo Sandler. “No conocía su trabajo, así que empecé por Good Time (la película previa de los Safdie protagonizada por Robert Pattinson como un estafador de poca monta). Las vi todas y me encantaron. Hablamos por teléfono y entonces nos conocimos. Nos volvimos muy cercanos. Hablamos todo el día, toda la noche, de todo. Amo a estos tipos”.
“Cuando estaba haciendo la película, confié 100 por ciento en ellos. Simplemente sentí que quería estar en su mundo”, agregó.
Durante años, incluso décadas, Sandler ha declinado dar entrevistas a medios impresos. Pero la mañana después del estreno de Uncut Gems en el Festival Internacional de Cine de Toronto, el actor de 53 años se sentó con The Associated Press para una entrevista con Josh y Benny. Habían salido a celebrar hasta tarde en la víspera y Sandler se lamentaba por no haber comido después de la premiere. “Gran error”, dijo mientras los Safdies reían.
Momentos antes de la proyección de Uncut Gems, un miembro de la audiencia gritó “¡Un Óscar para el Sandman!” Para el final de la película, la mayoría de los asistentes estaban de acuerdo. La actuación de Sandler ha sido una de las más aclamadas de su carrera.
Con un ambiente ruidoso y frenético que se mantiene a lo largo del filme, Uncut Gems es una experiencia especialmente intensa. Para los Safdie, esto ha sido una obsesión. Howard se basó vagamente en un jefe del jefe de su padre. Aunque Pattinson pidió una vez que le dieran el papel y Jonah Hill estuvo momentáneamente vinculado, los directores sintieron que Sandler era el apropiado para este proyecto.
“Queríamos que Howard fuera querible. Simpático es una cosa, pero encantador es algo real”, dijo Josh. “Crecimos idolatrándolo. Los discos, las películas. Hace poco le dije a Sandler que lloré cuando vi The Wedding Singer (La mejor de mis bodas) en un avión. Y uno puede sentirlo en los actores que trabajan con él. La gente siente que está involucrada en algo indescrpitible”.
Aunque los separan casi dos décadas en edad, Sandler, nacido en Brooklyn, y los hermanos Safdies, de Queens, han forjado una buena amistad a base de baloncesto (los tres son hinchas de los Knicks), sentido del humor y una falta de pretensión neoyorquina.
“Desde que acordamos trabajar juntos, que fue bastante rápido luego que nos conocimos, hemos estado sin parar con Uncut Gems”, dijo Sandler. “Mañana, tarde, noche”.
“No quiero que se acabe”, agregó Josh.
Meterse de lleno en el mundo cinemático de los Safdies llevó a Sandler a lugares poco probables para un astro cuyas cintas han recaudado más de 2 mil millones de dólares, no sólo a esa fuente en la Sexta Avenida. Hay otra escena memorable en la que Howard termina desnudo en el maletero de un auto y un desagradable tropiezo en un club nocturno con el músico Abel Tesfaye, más conocido como The Weeknd.
“Able fue muy amable y gentil conmigo. Sólo quería ser bueno como ser humano, no tirarme al piso”, dijo Sandler. “Nosotros queríamos que Able básicamente me escupiera en la cara”.
“El modo en que abordamos la violencia en todas nuestras películas, cuando ves violencia desarrollada de una manera desorganizada, es realmente desordenado”, dijo Josh. “Una vez recibí un puño bien fuerte en la cara. Me desmayé. Lo único que recuerdo de ese momento es que caí al suelo y vi a una niñita con su mamá voltearse y gritar. Uno quiere llegar a ese sentimiento con la violencia”.
Los Safdie imaginaron a Howard como una figura insaciable y exuberante, estilo el editor porno Al Goldstein o el comediante Rodney Dangerfield. Pero también dijeron que con el tiempo el personaje cambió y se convirtió en una especie de documento vivo al que alimentaron con detalles de sus propias vidas.
“Al final, es una persona híper romántica. Es un apostador. Todos los apostadores son personas realmente románticas”, dijo Josh. “Uno quiere abofetearlos. El romance se vuelve casi asqueroso a esas alturas. Él es un tipo místico. Cree en cosas”.
Sandler se prendió más que nada a esa idea.
“Me encantó cuando los chicos me dijeron que él era un soñador”, dijo. “Es el caso del tipo que ve a otras personas y, no importa a dónde vaya, la casa que vea, se pregunta: ¿Cómo estos tipos consiguieron esto? Tienen todo resuelto en esa casa’. Creo que él piensa que todo el mundo tiene la vida resuelta y dice: Yo también quiero mi vida resuelta”.