Salvar el mundo y reconstruir viviendas después de una catástrofe podría estar en manos de una compañía italiana llamada Wasp, la cual ha sido capaz de crear una vivienda de adobe con un coste de 35 euros gracias al potencial de su gigantesca impresora 3D.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
ÇCiudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo/TICbeat).- ¿Cómo reconstruir un pueblo o enclave asolado por un desastre natural? ¿Cuál es la fórmula para realojar a sus habitantes durante el proceso de reconstrucción? La startup italiana Wasp parece haber dado con la clave del éxito, aprovechando las infinitas posibilidades que hoy en día nos brinda la tecnología de impresión 3D -un mercado que ya mueve 5.000 millones de dólares– y sus múltiples aplicaciones.
Para llevar a cabo su ambicioso proyeco, la compañía mediterránea cuenta con una enorme impresora de 12 metros de largo y 7 de ancho capaz de generar con barro y adobe viviendas con estructuras circulares de 6 metros de diámetro y 4 de alto. Estas tienen un precio de producción irrisorio si lo comparamos con su resultado, ya que este es de tan solo 35 euros. ¡E incluye la gasolina!
Por ahora sus creadores ya han construido una de estas viviendas, ubicada en su sede de Massa Lombarda, pero han confirmado que ya tienen pedidos procedentes de varios lugares del mundo como Taiwán, Siria o Sudamérica, e incluso tienen en mente edificar un pueblo completo.
En unas dclaraciones a la agencia Efe, Gianluca Pugliese, uno de los socios de Wasp ha apuntado la importancia de esta tecnología 3D para realojar a la población que ha perdido su hogar. “En Italia, conozco a personas que llevan muchos años metidas en carpas. Con esta tecnología se pueden construir casas mejores”, destacaba.
PROCESO PARA EDIFICAR CASAS CON IMPRESORA 3D
La única materia prima que requiere la startup consiste en elementos tan comunes como el barro y la paja. En cuanto al capital humano, solamente son precisas cuatro personas para montar la máquina en dos días, y alimentarla del material para el proceso de construcción.
A un ritmo de unos 50 centímetros diarios, la impresora 3D levanta la estructura principal de la casa en una semana. El resultado definitivo es una estructura circular hueca en su interior y carente de techo, ya que el tejado debe añadirse según los requisitos urbanísticos del enclave geográfico. Una vez hecha la casa podrían abrirse elementos como puertas y ventanas, simplemente con cortar el adobe.
La impresora también hace unos salientes distribuidos por toda la superficie exterior de la casa. “En ellos se pueden poner plantas, que secan el barro, o una huerta vertical para obtener comida”, según indicaba su socio.
El pack completo del proyecto incluye una impresora madre y dos hijas, ya que una de 3 metros es la encargada de crear los muebles mediante material plástico, y una todavía más pequeña, la vajilla para comer. Todas ellas caben de forma simultánea en un contenedor de transporte estándar que puede ser llevado a cualquier lugar del mundo.
Desde la compañía italiana se muestran ambiciosos y trabajan en mejorar la altura y la capacidad de las casas de adobe, que podrían llegar a medir 9 metros. También desean que sus impresoras 3D se puedan mover gracias a la energía solar o eólica para reducir, todavía más si cabe, los costes de producción.