Susan Crowley
11/11/2023 - 12:04 am
Razones para coleccionar arte
«¿Cuáles son las razones para coleccionar? ¿un instinto de conservación? ¿ganas de permanecer más allá de la vida? ¿dejar objetos que hablarán de quienes fuimos?»
Ahí depositó veinte millones de euros, por absurdo que parezca. Noche a noche, dice el artículo, harto de las fiestas, seguramente de la gente y de su vida de famoso, el magnate se refugiaba en su habitación y, a solas, pujaba por los cuadros que se mostraban. Nada que ver con obras trascendentes, menos con artistas consolidados, vaya, ni siquiera jóvenes emergentes que prometían y a los que habría que apostar como una inversión futura.
La sorprendente colección carece de firmas, la autoría es de la más baja calidad, son obras por encargo sin posibilidad siquiera de registro de procedencia. Dos mil quinientos cuadros con marcos dorados de imitación antigua. ¿Las imágenes? Son para llorar, pero no porque nos cuenten un drama de la pobreza en los suburbios de las grandes urbes de finales del siglo XIX, como podrían hacerlo los artistas del realismo francés o ruso. Ninguna abstracción a la manera futurista que denote la mente sagaz del artista. Vamos, no hay un solo autor que pudiera ser artista del movimiento povera, ni si quiera piedras o tierra a la manera de Kounellis o alguno de su grupo, eso podría dignificar la colección. No hay un rastro en los metros y metros de obras de una emoción o alguna imagen cuya belleza nos robe el alma.
Se trata de paisajes, pequeñas callejuelas, una que otra iglesia, parques y plazas, especialmente de París. Berlusconi guardaba un recuerdo romántico de esa ciudad en la que vivió algún tiempo cuando era joven. Esos pasajes de su vida los vio sublimados por los mediocres pintorcillos a destajo. Lo más increíble es que el insaciable coleccionista fue tan obstinado en su ambición que se acabó los almacenes del programa. Llegó un momento en que los productores tuvieron que acudir a manufactureros anónimos de cuadros para satisfacer la estratosférica demanda. Así llegó a esa absurda suma de cuadros. ¿Qué hacer con tanta, hay que decirlo, basura? Se trata de cuadros cuyo valor no les permite entrar a mercados secundarios, ser exhibidos en algún museo, o simplemente ser apreciados por quienes los heredaron.
Todas estas obras hechas para esas ventas nocturnas en las que seguramente los contrincantes de Berlusconi eran ancianos desvelados dispuesto a gastar sus últimos ahorros, ¿quién más podría entrar a una subasta de este tipo? Pues Silvio lo hizo. Los asesores de arte enterados de esta proeza claman viendo al cielo por no haber podido presionar al millonario y convencerlo de tomarse un tafil, apagar el televisor e ir a alguna de las ferias de arte del mundo. Pues no, se quedaron con las ganas, la champaña y las alfombras rojas. Y peor aún los herederos. Imaginemos a sus hijos y nietos, que se miran pasmados.
¿Cuáles son las razones para coleccionar? ¿un instinto de conservación? ¿ganas de permanecer más allá de la vida? ¿dejar objetos que hablarán de quienes fuimos?
Creo que una razón maravillosa, para mí la más encomiable, es garantizar por unos años la carrera de un joven artista. Invertir en él, verlo crecer y desarrollar sus proyectos. A eso se dedica SOMA un centro de estudios para jóvenes artistas. Pues bien, cada año SOMA realiza una subasta para recaudar fondos. Como lo dice el catálogo, la intención de SOMA es generar comunidad, no sólo entre los participantes de sus programas, sino con otros públicos interesados en el arte joven.
Participar en la subasta de SOMA nos vuelve parte de esa comunidad y ayuda a que siga creciendo. En un contexto donde los apoyos a cultura y educación se han visto reducidos y donde se vuelven cada vez más necesarios los lugares de encuentro, de diálogo y de crítica como el que se ofrece en SOMA y me atrevo a agregar donde un Berlusconi bien intencionado y preocupado por los demás sería un mecenas ideal. Eso no ocurre a menudo, lo que sí pasa es que ser coleccionista también puede ser aprender a mirar al otro, a los otros. Agrego la liga del sitio de Soma para que puedan consultarla y que así conozcan el proyecto.
@Suscrowley
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