El impacto del meteoro sobre las costas mexicanas dejó muerte, destrucción y a una población entera sorprendida por lo que pasó, pero, desde el ámbito científico, ¿qué pasó?, ¿se pronosticó de manera correcta?, ¿fallaron los modelos?, ¿qué aprendieron los científicos de “Otis”?
Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo).– La madrugada del 25 de octubre pasado, a las 00:54 horas, el ojo del huracán “Otis” tocó tierra cerca del puerto de Acapulco y de Coyuca de Benítez, en el estado de Guerrero. Lo hizo como un catastrófico huracán de categoría 5. es la más alta en la escala Saffir-Simpson.
Hasta el último reporte, y eso puede cambiar en cualquier momento, había al menos 48 personas muertas y 32 personas no localizadas, según las autoridades mexicanas.
Sin embargo, ya se conoce un poco más sobre la devastación de uno de los puertos más icónicos del mundo: edificios reducidos a esqueletos; casas en el mejor de los casos sin techos y sin ventanas, inundadas; caminos destruidos; desesperación, incomunicación, urgencia… y todo lo que conlleva una tragedia como la que hemos visto en estas semanas.
En “GALILEO” hablamos precisamente de qué es lo que pasó ese día, las horas previas y los pronósticos, del cambio climático y del futuro que nos espera: ¿habrá otros huracanes como “Otis”?
¿CUÁLES FUERON LAS PRIMERAS LECCIONES?
The explosive intensification of #Otis from Tropical Storm to Category 5 Hurricane in only a few hours, followed by a devastating landfall near #Acapulco, Mexico. pic.twitter.com/fA3xtRYpGK
— Zoom Earth (@zoom_earth) October 25, 2023
“Nos deja claro que necesitamos mejores sistemas de observación, definitivamente”, explicó en el programa de este viernes el profesor Jorge Luis García Franco, experto en ciclones tropicales de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM. “Los modelos son tan buenos como los datos que uno incluya en la simulación y en México quedó claro que esas carencias en la infraestructura de observación atmosférica pasaron fractura”, completó.
“Y en segundo lugar también nos enseña que necesitamos prepararnos y adaptarnos para huracanes que se intensifiquen muy rápido y que puedan tener impactos sobre las costas tanto del Pacífico como del Atlántico”, explicó. “Era evidente que nadie estaba preparado para un huracán así. El análisis de riesgo y las medidas de adaptación se tienen que repensar y hacer con más cuidado, o simplemente hacer, porque en muchos casos no se ha hecho: pensar en un futuro con huracanes que traerán más lluvia o que sea más factible que se intensifiquen rápido, quizá sea factible que suceda en el futuro algo así”, añadió.
¿HABRÁ MÁS HURACANES COMO “OTIS”?
El experto citó el Fenómeno de El Niño, que normalmente causa huracanes que se intensifican rápidamente. “Este tipo de variabilidad climática sí nos dice en qué años podríamos esperar este tipo de fenómenos con mayor probabilidad. Pero el cambio climático tienen una relación compleja de explicar con los huracanes”, advirtió el experto del Observatorio Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia.
“Los huracanes se forman por condiciones perfectas de tormenta, de temperatura del mar, de la atmósfera, y no es tan tangible la huella del cambio climático. Lo que sí sabemos son dos cosas, importantes de lo que sucedió con “Otis”: esperamos que en el futuro los huracanes lluevan más, es algo de lo que estamos bastante seguros; y la intensificación rápida, un fenómeno relativamente raro y difícil de predecir, se da por condiciones favorables para esta ‘rareza’, y el cambio climático se espera que haga que estas condiciones favorables se vuelvan más frecuentes”, detalló.
¿SE PREDIJO O NO SE PREDIJO CON TIEMPO?
#Otis was one of the most rapidly intensifying tropical cyclones on record and hit #Acapulco, Mexico, at Category 5 strength 25 Oct, causing death and devastation.@CopernicusEMS Rapid Mapping Team image shows extent of the damage.https://t.co/VbtMoOxNnZ#EarlyWarningsForAll pic.twitter.com/t8sO5DcBHE
— World Meteorological Organization (@WMO) October 30, 2023
García Franco recordó que “cuando ‘Otis’ nace, realmente pocos le pusimos atención, porque ‘Norma’ estaba en Baja California, y las expectativas que teníamos es que el primero iba a ser una tormenta débil, que iba a pasar por la costa un poco, pero no había tantas alarmas”.
Incluso entre 36 y 48 horas después de su formación “que esa era la panorámica” del huracán que acabó rompiendo récords. “Los modelos del martes en la mañana decían que no se iba a intensificar, pero a mediodía, con imágenes de satélite, y cómo amaneció, vieron que algo que no esperaban: el ojo del huracán estaba muy bien definido. Tuvieron la fortuna de que un avión caza huracanes lo cruzó y vio que ya estaba en Categoría 3”, relató.
“A 12 horas antes de tocar tierra es que se vio de manera inesperada la intensificación. Era un huracán muy ‘inofensivo’, era una Tormenta Tropical relativamente inofensiva. Entonces esos fueron los factores: la sorpresa de la intensificación rápida y que apenas fuera 12 o 13 horas antes de tocar tierra: no sé si ese es tiempo suficiente para planear algo, no me compete a mí decirlo, pero en otros huracanes similares de Categoría 5 se pueden tener hasta 24-36 horas de antelación la información”, concluyó.
“No se predijo por los modelos sino hasta que fue observado que se vio venir, eso fue un componente importante de lo que sucedió”, agregó.
¿QUÉ SE PUEDE CORREGIR?
De acuerdo con el experto de la UNAM, la limitante para México es que “no se cuenta con una observación idónea para ayudar a los modelos a predecir estos fenómenos. “Se necesitan datos observados para decir cómo está en un momento dado y predecir el futuro; las herramientas por sí solas podrían ser suficientes para proporcionar los datos a los centros de Estados Unidos, pero se necesita tener mejor información para hacer la predicción”, aseveró.
“Los modelos sí pueden predecir los procesos de intensificación rápida, pero México no tiene la infraestructura de radares, no tiene aviones caza huracanes que penetren los ojos del huracán, eso para tener datos a la escala necesaria se necesita un sistema más sofisticado que el usual, aunque sea bastante eficiente por ciento. Son cuatro o cinco horas de aviso previo que pueden ser cruciales para limitar los daños”, finalizó García Franco.