El documento detalla que el uso de la bicicleta se está fomentado en ciudades de todo el mundo como una forma de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el tráfico. Sin embargo, menciona, millones de persona en el planeta no tienen las habilidades necesarias para utilizar este medio de transporte.
Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).- En un futuro no muy lejano, el hablar más de un idioma o las habilidades digitales podrían no ser suficiente para adaptarse de mejor manera a un planeta que se encuentra en constante cambio, algunas habilidades físicas como el saber andar en bicicleta podrían ser de gran utilidad para las personas, esto a pesar de que solo 6 de cada 10 personas en el mundo saben utilizar este medio de transporte, afirma el informe Perspectivas de Habilidades de la OCDE 2023: Habilidades para una transición verde y digital resiliente.
El informe señala que a medida de que el cambio climático siga provocando fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes las personas necesitarán adquirir nuevas habilidades y conocimientos para adaptarse. Como ejemplo, los planes de estudio de educación física, menciona el documento, podrían incorporar programas de educación ciclista.
“Al aprender estas habilidades, las personas pueden reducir el uso de automóviles que emiten CO2 y evitar los peligros de caminar en condiciones de calor extremo”.
El documento detalla que el uso de la bicicleta se está fomentado en ciudades de todo el mundo como una forma de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el tráfico. Sin embargo, menciona, millones de persona en el planeta no tienen las habilidades necesarias para utilizar este medio de transporte.
Entre el 25 de marzo y el 8 de abril de 2022, Ipsos realizó una encuestas en línea Cyclin Across the Word en 28 países de todo el mundo, en la cual participaron 20 mil 057 adultos.
De acuerdo con los datos de la encuesta realizada por Ipsos, países de Europa como Polonia, Hungría y Suecia encabezan el listado de naciones con mayor cantidad de personas que saben usar una bicicleta. En el caso de México, alrededor del 65 por ciento de la población afirmó saber andar en este medio de transporte.
“Para desarrollar políticas efectivas para la adaptación al cambio climático es esencial comprender los patrones de movilidad humana e identificar las habilidades necesarias para que las poblaciones respondan eficazmente a los desastres naturales y a las condiciones ambientales cambiantes”.
El andar en bicicleta, menciona la OCDE en su reporte, no solo ayuda a reducir el número de automóviles en las calles y las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también se podría convertir en la principal alternativa para que las personas realicen viajes de mediana duración y no tengan que caminar largas distancias bajo los rayos del sol. Esta opción, menciona el informe, sería adecuada para las personas que no tienen la posibilidad de comprar un automóvil.
La encuesta también señala que en la mayoría de los países encuestados, más de cada una de dos personas entrevistadas afirmó que las bicicletas deberían de ser prioridad sobre los automóviles en la construcción de nuevas carreteras y elaboración de proyectos e infraestructura de tráfico. En México, más del 80 por ciento de los entrevistados apoyó la moción.
“Caminara, andar en bicicleta y otras soluciones de movilidad activa pueden beneficiar a las ciudades y los entornos urbanos y agregar resilencia a los sistemas de transporte urbano. Además de los posibles beneficios positivos para la salud de los viajes activos, estos modos y la facilitación de su uso pueden ser palancas valiosas para mejorar la habitabilidad y la calidad ambiental de las ciudades.
La OCDE recordó que alentar a las personas a caminar y andar en bicicleta y garantizar que puedan hacerlo de manera segura y placentera va más allá de la simple provisión de infraestructura, pues se deben incluir componentes más allá del sistema de transporte. Existe amplia evidencia de personas que caminan y andan en bicicleta a pesar de una infraestructura deficiente o inexistente.
“Es necesario pasar de un paradigma de movilidad centrado en la hipermovilidad motorizada y el rendimiento vehicular a uno que priorice la accesibilidad y la seguridad”.
LA BICICLETA EN MÉXICO
A pesar de su popularidad y practicidad, por décadas la bicicleta fue relegada a un segundo plano por parte de las autoridades quienes daban prioridad al desarrollo de programas de movilidad enfocado en los sistemas motorizados de transporte.
Fue hasta 2007 que el Gobierno del entonces Distrito Federal adoptó el uso de la bicicleta como sistema de movilidad sustentable y accesible para la ciudad tomando como ejemplo el sistema de préstamo de bicicletas, el cual surgió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2004 con el Bicipuma.
Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía, señaló en entrevista con Gaceta UNAM, que en aquel entonces era descabellada la idea de crear un sistema de movilidad ciclista en la capital del país pues se decía que la Ciudad de México “no se parecía a las urbes europeas, había mucho tráfico y era insegura”.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente, el 50 por ciento del total de los traslados diarios en la capital del país era igual o menor a ocho kilómetros y podía realizarse en alrededor de 20 o 30 minutos, por este motivo se implementó el Plan de Movilidad Ciclista para Ciudad de México (Plan Bici CDMX). Para poner bicicletas al alcance de la población, el 16 de febrero de 2010 se puso en marcha el Sistema de Bicicletas Públicas (SBP) de Ciudad de México, Ecobici, que fue el primero automatizado en América Latina.
En 2020, a raíz de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 los gobiernos de varias ciudades del país realizaron campañas para promover el uso de la bicicleta como principal medio de transporte pues permitía mantener la sana distancia recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ofrecía una opción de traslado eficiente, resiliente y limpia.
De acuerdo con Ecobici, la pandemia fue la oportunidad para la bicicleta de cautivar a nuevos usuarios, pues pasó de seis mil registros en 2020 a 14 mil registros de viajes en 2021.
Según datos de la UNAM, actualmente, la Ciudad de México se encuentra entre los estados con más kilómetros de infraestructura ciclista habilitada, seguida de Guadalajara, León, Morelia y Zapopan con 322, 303, 188, 77.3 y 67.1 kilómetros respectivamente.
EL RIESGO DE ANDAR EN BICI
Pese a que en México la gran mayoría de las personas considera que las bicicletas son un medio de transporte amigable con el medio ambiente y un elemento importante para reducir el tráfico, el 68 por ciento de la población también opina que andar en bicicleta de un lugar a otro en nuestro país es demasiado peligroso.
De acuerdo con el estudio de Ipsos “Ciclismo en Todo el Mundo”, n promedio, poco más de la mitad de los ciudadanos de 28 países, el 52 por ciento, opinó que andar en bicicleta en su país puede resultar demasiado peligroso. El uso de la bicicleta para ir al trabajo es más alto en países donde se percibe como un medio de transporte seguro, como China, Japón y los Países Bajos.
En la relación entre ciclistas y comunidad, aún se refleja un área de oportunidad, pues el 70 por ciento de los encuestados en México consideró que los ciclistas, con frecuencia, no respetan las reglas y regulaciones de tráfico.
En la mayoría de los países encuestados, una sólida mayoría de los ciudadanos está a favor de dar prioridad a las bicicletas sobre los automóviles en los nuevos proyectos de infraestructura. El 82 por ciento de los mexicanos opinaron que se deben priorizar las bicicletas sobre los automóviles.
El el 23 por ciento de los mexicanos encuestados dijo utilizar la bicicleta para ejercitarse, solo el 9 por ciento utiliza este medio de transporte para trasladarse a su lugar de trabajo o escuela regularmente. En tanto, el 29 de los entrevistados respondieron que utilizan una bicicleta por lo menos una vez por semana y más de la mitad, el 68 por ciento, prefiere este medio de transporte sobre los autos.