El costo del Tren Maya, obra insignia de Andrés Manuel López Obrador, se acerca a los 150 mil millones de pesos, aunque esta cifra puede aumentar en función de los diferentes trazados. Podría estar concluido en menos de seis años, lo que generaría beneficios a cinco estados del sureste mexicano al disponer de una nueva opción de transporte y una plataforma de desarrollo regional, según varios expertos vinculados al proyecto.
El titular de Planeación Regional y Urbana, Fernando D’Acosta, señaló que el proyecto prevé tres tipos de estaciones, todas ellas “multimodales”, que buscarán satisfacer distintas necesidades acorde a los sitios en los que sean establecidas y que tendrán diversos tamaños.
Por Juan Carlos Gutiérrez
Mérida (México), 11 de noviembre, (EFE).- El Tren Maya se ha convertido en el proyecto de infraestructura más ambicioso para el desarrollo del sureste de México por sus implicaciones económicas y el desarrollo de la región.
Es también el proyecto estrella de infraestructura del nuevo Gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador por sus enormes implicaciones para el desarrollo, y de una u otra forma ha sido planificado desde hace años sin que se haya iniciado.
El costo del proyecto se acerca a los 150 mil millones de pesos (alrededor de 7 mil 500 millones de dólares), aunque esta cifra puede aumentar en función de los diferentes trazados.
El Tren Maya puede estar concluido en menos de seis años, lo que generará beneficios a cinco estados del sureste mexicano al disponer de una nueva opción de transporte y una plataforma de desarrollo regional, según varios expertos vinculados al proyecto.
El coordinador científico del proyecto, Javier Velázquez Moctezuma, calificó el plan como “mayúsculo” por los retos ambientales, tecnológicos y de desarrollo social.
En el trazado previsto por el equipo de López Obrador el recorrido del tren sería de mil 500 kilómetros e iría desde Palenque (Chiapas) a Cancún pasando por Bacalar, Tulum y Playa del Carmen para continuar hacia Valladolid, Merida hasta Xpujil.
Los cinco estados beneficiados serían Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco.
Sobre el desafío ambiental, Velázquez Moctezuma explicó a Efe que cualquier obra implica un impacto en el medioambiente, por lo que están comprometidos con medidas de compensación para que el ecosistema “no solamente no resulte perjudicado, sino que mejore”.
Agregó que los retos energéticos están vinculados con el movimiento del tren. “Estamos pensando en usar hidrógeno en unos tramos, en otros diésel, y ello dependerá de qué oferta, de qué disponibilidad hay de parte de las instituciones”.
Al utilizar en unos tramos diésel y en otros hidrógeno el objetivo es mitigar el impacto que el tren tenga sobre el medioambiente.
“Hay un tramo que pasa por la selva y ahí queremos utilizar lo menos posible factores contaminantes y el hidrógeno es una buena alternativa. No se puede pensar para todo el tramo, porque todavía no hay la disponibilidad de la producción y el almacenamiento. Tenemos que ser cautos y hablar de sólo unos tramos”, añadió.
Velázquez Moctezuma animó a las universidades locales a involucrarse en este proyecto como “una enorme oportunidad” para la comunidad científica de vincularse en la toma de decisiones, lo que tradicionalmente no sucede y en este proyecto, sostiene, está siendo tomado en cuenta desde el principio.
“Queremos verlo funcionar, terminarlo y que eche a andar en este sexenio, queremos dejarlo andando”, indicó Velázquez Moctezuma, quien ha sido profesor Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México.
El titular de Planeación Regional y Urbana, Fernando D’Acosta, señaló a Efe que el proyecto prevé tres tipos de estaciones, todas ellas “multimodales”, que buscarán satisfacer distintas necesidades acorde a los sitios en los que sean establecidas y que tendrán diversos tamaños.
“Las de nivel uno integrarán sistemas de autotransporte, automotores, autobuses, vehículos de renta, todo lo que tenga que ver con carreteras”, indicó.
“Las de tipo dos son estaciones que aunque sí son multimodales, son más pequeñas y dan servicio de una cobertura más inmediata a la estación que las de nivel uno y la terminal tres es una muy pequeña que es de paso, de una parada y lleva los servicios básicos de una estación de tren”, subrayó.
El especialista explicó que esas estaciones son de diferentes tamaños, cada una en cuanto a extensión de terreno que es requerido y en cuanto a construcción, “también están escaladas en esos tres niveles”.
La primera etapa será Cancún-Palenque, y luego se integrarán Palenque, Campeche y Mérida, con las que, dijo, se cierra el círculo completo.
Sobre la disponibilidad de ciudades como Cancún, Mérida y Campeche, abundó que tienen ya varias propuestas de lugares para hacer las estaciones y dependiendo del predio que sea utilizado harán un proyecto de integración vial de la estación a su contexto urbano.