De acuerdo con el poll de polls o encuesta de encuestas que realiza CNN (ponderando o promediando todas las publicadas), Joe Biden está a 11 puntos de Donald Trump, es decir, tiene un 53 por ciento contra 42 por ciento. Ese ejercicio confirma que Trump no va cayendo aunque Biden crezca.
–Con información de Associated Press
Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).– La última encuesta nacional realizada por ABC y The Washington Post confirma que Joe Biden tomó distancia de 12 puntos porcentuales en la carrera presidencial, pero también revela que Donald Trump no está perdiendo votantes, una señal que puede ser preocupante para los demócratas.
La mayoría de las últimas encuestas confirman un repunte de Biden y una distancia promedio de 12 puntos porcentuales con respecto al Presidente. Pero no muestran que ese crecimiento esté basado en los seguidores de Trump, quien parece haberse estacionado en 42 por ciento y de allí no baja.
ABC y The Washington Post
BIDEN: 54 por ciento
TRUMP: 42 por ciento
Pew Reserch Center
BIDEN: 52 por ciento
TRUMP: 42 por ciento
Fox News
BIDEN: 53 por ciento
TRUMP: 43 por ciento
Ipsos Reuters
BIDEN: 52 por ciento
TRUMP: 40 por ciento
El poll de polls o encuesta de encuestas que realiza CNN (ponderando o promediando todas las publicadas) dice que Biden está a 11 puntos de Trump, es decir, tiene un 53 por ciento contra 42 por ciento. Ese ejercicio confirma que Trump no va cayendo aunque Biden crezca.
CAMBIO DE PODERES
Hace una semana, Trump recibió el diagnóstico de que tenía coronavirus, estuvo varios días en tratamiento y evaluación en el Centro Médico Walter Reed y regresó a la Casa Blanca.
Durante este trance, Trump se mantuvo al mando. Optó por no invocar la 25ta Enmienda, la cual detalla cómo puede transferirse el poder presidencial de manera temporal o permanente en caso de que un mandatario tenga incapacidad para desempeñar sus funciones.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, citó el viernes la enmienda cuando presentó una iniciativa para establecer una comisión que ayude a determinar si los futuros presidentes están aptos para mantenerse el mando durante una enfermedad. Pelosi informó que lo importante no es si Trump tenía la capacidad o no, sino que su enfermedad había mostrado la necesidad de fortalecer las “barandillas en la Constitución para garantizar la estabilidad y continuidad del Gobierno en tiempos de crisis”.
A continuación, algunas preguntas y respuestas sobre la 25ta Enmienda:
¿POR QUÉ LA APROBARON?
El impulso a favor de una enmienda que detallara los planes de sucesión presidencial en caso de incapacidad o muerte del mandatario siguió al asesinato del Presidente John F. Kennedy en 1963. En su discurso del Estado de la Unión de 1965, el Presidente Lyndon B. Johnson prometió “proponer leyes que garanticen la continuidad necesaria del liderazgo en caso de incapacidad o muerte del Presidente”. La enmienda fue aprobada por el Congreso ese año y ratificada finalmente en 1967.
¿FUE INVOCADA ANTES PARA TRANSFERIR EL PODER?
Sí, los presidentes han dejado temporalmente el poder, pero no todos invocaron la 25ta Enmienda. Las transferencias previas del mando han sido generalmente breves y han tenido lugar cuando el Presidente se somete a un procedimiento médico.
En 2002, el Presidente George W. Bush fue el primero en recurrir a la Sección 3 de la enmienda para transferirle temporalmente el mando al Vicepresidente Dick Cheney porque lo anestesiarían para hacerle una colonoscopía. Bush transfirió temporalmente el mando en 2007 para hacerse otra colonoscopía.
¿QUÉ HAY DE RONALD REAGAN?
La 25ta Enmienda no fue invocada cuando el Presidente Ronald Reagan fue baleado en 1981. Reagan transfirió temporalmente el poder al Vicepresidente George H.W. Bush cuando se sometió a cirugía para que le extirparan un pólipo en el colon en 1985, aunque informó entonces que no estaba invocando formalmente la 25ta Enmienda. Aunque dijo que estaba “consciente” de ello, no creía “que quienes redactaron esta Enmienda tuvieran la intención de que se aplicara en situaciones como la actual”. Bush fue Presidente interino durante ocho horas, según un libro sobre la enmienda de John D. Feerick.
¿CÓMO FUNCIONA?
Para transferir temporalmente el mando al Vicepresidente, un mandatario envía una carta al presidente de la Cámara de Representantes y al presidente pro témpore del Senado en la que declara que es “incapaz de cumplir con las funciones y deberes de su cargo”. El Vicepresidente entonces se convierte en Presidente interino. Cuando el Presidente esté listo para reasumir el mando envía otra carta. Eso se explica en la Sección 3 de la enmienda.
La siguiente sección de la enmienda, la 4, establece lo que sucede si el Presidente es incapaz de desempeñar sus deberes en caso de que no haya transferido el mando. En ese caso, el Vicepresidente y la mayoría del gabinete pueden declarar la incapacidad del Presidente. Luego envían una carta que señala esa situación al Presidente de la cámara baja y al presidente pro témpore del Senado. Entonces el Vicepresidente se convierte en Presidente interino.
Si el mandatario finalmente está listo para reanudar sus funciones, puede enviar una carta que lo indique, pero si el Vicepresidente y la mayoría del gabinete no están de acuerdo, pueden enviar su propia carta al Congreso en cuatro días. El Congreso tendrá que hacer una votación. El Presidente reanuda sus deberes a menos de que ambas cámaras del Congreso digan lo contrario reuniendo una votación de dos tercios. La sección jamás se ha invocado.
¿QUÉ SE PROPONE AHORA?
La Sección 4 de la enmienda otorga al Congreso la autoridad para establecer un “organismo” que pueda, con apoyo de Vicepresidente, declarar que el mandatario no está en capacidad para cumplir sus funciones. Si están de acuerdo en la incapacidad del Presidente, el Vicepresidente asume la Presidencia. Sin embargo, el Congreso jamás ha establecido el organismo.
El viernes, Pelosi y la representante demócrata Jamie Raskin, de Maryland, exprofesora de Derecho Constitucional, propuso la creación de una comisión que cumpla ese papel. La iniciativa prevé el establecimiento de una comisión bipartidista de 16 miembros escogidos por los líderes de la Cámara de Representantes y del Senado. Incluiría cuatro médicos, cuatro psiquiatras y ocho estadistas retirados, como expresidentes, exvicepresidentes y exsecretarios de Estado. Esos miembros escogerían después a un 17mo miembro para que sea el presidente de la comisión.
Una vez establecida la comisión, el Congreso podría aprobar una resolución que obligue a los miembros a examinar al Presidente, determinar si está incapacitado y presentar un informe. Raskin presentó una iniciativa similar en 2017.