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“La ficción no suple al trabajo histórico, pero sí lo complementa”: Eduardo Sacheri

11/08/2023 - 1:00 am

Eduardo Sacheri platicó con este medio sobre su más reciente novela Nosotros dos en la tormenta, en la que se adentra en la guerrilla que vivió Argentina en 1975.

Ciudad de México, 11 de agosto (SinEmbargo).- Nosotros dos en la tormenta, la más reciente novela del escritor argentino Eduardo Sacheri, da cuenta del día a día de dos jóvenes militantes, así como de sendos grupos guerrillos enfrentados, sus actos de violencia, y como telón de fondo una Argentina en el año de 1975, una antes del comienzo de la dictadura de Jorge Rafael Videla, ante el golpe de Estado al gobierno de María Estela Martínez de Perón.

En entrevista con SinEmbargo, el autor da cuenta de su proceso creativo, así como de su interés en este periodo de la historia de sus país, la cual se parece mucho a las vividas en el resto de Latinoamérica.

A pesar de estar narrada en tercera persona, tu novela es una voz coral, un yo plural de las voces alrededor de la guerrilla en la Argentina, en este año de 1975. Platícame de ello, Eduardo.

Me interesaba que mi narrador no pontificara ni a favor ni en contra de ninguna postura, por eso prefería darle esa cosa coral, con una tercera que va variando el punto de vista de capítulo en capítulo, como para darle más libertad al lector de dónde pone sus convicciones y sentimientos, su historia personal lo hiciera sentirse más cómodo, como para hacerlo del modo más libre, de mi propio modo de pensar como autor.

Sin duda, la propia temática de la novela es bastante conflictiva, por esta cosa política y sus protagonistas por la lucha armada.

Portada del libro “Nosotros en la tormenta”. Foto: Especial

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—Al escribir tu novela, tenías en la mente que se llevara al cine, pues a veces da la sensación de que es una cámara la que guía al lector.

—No lo pensé específicamente para el cine, pero me da la sensación de que, involuntariamente, mi forma de escribir es muy visual. No es algo que busqué, sino al momento de pensar los capítulos y las situaciones yo me las representó visualmente y después trato de escribirlas, entonces me da la impresión de que esa técnica favorece esa aproximación visual.

—¿Qué tan complicado fue para ti hablar de la historia violenta de tu país?

—Toda la década del 70 es muy compleja en mi país. En el 75 aún no hay dictadura en la Argentina, pues aún había un gobierno civil elegido democráticamente en ese año; la dictadura se inicia en el 76, por lo que situarme en el año anterior me permitió poner a mis protagonistas directamente en relación con su gran desafío que es tomar el poder por la vía revolucionaria, y no es que les importe a ellos a quién tienen enfrente, pues para ellos era indiferente si tenía a civiles o a militares cara a cara. Y ese gobierno del 75 de Isabel Perón me resultó tan interesante debido a estar a un paso del abismo de la dictadura.

—Es crucial y determinante la relación entre los protagonistas y sus padres, ¿por qué?

—A mí me interesa en general explorar la humanidad más profunda de mis personajes, y evitar que sean planos, en el sentido de que se limiten a ejecutar acciones que se esperan de ellos, me parece que todas las personas son complejas y profundas, y estos muchachos, quienes tienen por característica más evidente ser guerrilleros, al mismo tiempos eran hijos, hermanos, amigos, novios, y tenían una vida cotidiana plagada de esos sentimientos, que muchas veces entraba en contradicción con esa gran “tarea” que traían entre manos. Necesitaba explorar esa contradicción.

—¿Nosotros dos en la tormenta sólo podía ser contada desde la ficción?

—Yo no creo que la ficción supla al trabajo histórico, pero sí lo complementa. Precisamente porque tiene un margen de libertad e indefinición que al lector le pueden permitir un juego más libre y abierto, como para aproximarse de otra manera a esa época. En un libro de historia uno intenta establecer certezas, en la ficción no hace falta, al contrario, pues una ficción que intenta bajar línea es el peor de los escenarios; la ficción bien entendida es una invitación a reflexionar sobre un periodo.

—¿Cuánto tiempo te llevaste en la investigación y escritura de la novela?

—La escritura, dos años, en promedio; pero previamente hubo otros tres dedicados a la investigación, en paralelo con otros trabajos, pues fui recopilando material académico, sobre todo porque me interesaba construir un contexto histórico sólido para la ficción, y eso requería leer mucho, hacer entrevistas, aproximarme a un periodo que si bien viví, yo en ese momento era un niño de 8 años, y por eso me parecía importante, por respeto a las personas involucradas, tener el mayor conocimiento posible.

—¿Qué diferencias y similitudes hallas entre el periodo de tu novela y el momento actual?

—En los setenta, en muchos países de la región, la opción revolucionaria lucía atractiva, sobre todo para jóvenes que veían en las armas una alternativa de generar una sociedad más justa; actualmente, ante el mismo diagnóstico de sociedad injustas y situaciones pobreza, la opción de la violencia revolucionaria no tiene la popularidad hace 50 años. Hoy en día la opción armada no tiene la buena acogida entre la juventud.

—Mientras escribías, ¿qué autores te acompañaron en el trayecto de Nosotros dos en la tormenta?

—En general, alterno en mis lecturas la cosa más contemporánea y mis clásicos, y cuando digo esto último, me refiero a mis escritores más queridos, que me acompañan siempre, como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, quienes están siempre conmigo, independientemente de los que esté escribiendo puntualmente.

Mario Alberto Medrano
Narrador, poeta y periodista. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y los Diplomados de Creación Literaria en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y en la Escuela Mexicana de Escritores. Fue galardonado en la categoría de poesía en el Concurso Literario sobre la salud y Cultura de la Prevención en 2013, convocado por la Secretaría de Salud. Su poesía formó parte de la antología Después del viento, trece homenajes a Jesús Gardea, orquestada por el Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes, en Chihuahua. Ha sido colaborador en medios impresos y digitales como SinEmbargo, Excélsior, Este País, Nexos, Literal Magazine y Periódico de Poesía de la UNAM. Es autor del libro de poesía Nebde (Ediciones del Lirio, 2019).
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