Tras meses de precios altos de gasolina en Estados Unidos, parece que los precios al productor en dicho país han bajado después de más de dos años y podría ser un indicio de mejora económica.
Nueva York/Ciudad de México, 11 de agosto (AP/SinEmbargo).– Los aumentos de tasas que sufre el mundo –y de los que, por supuesto, no se salvan México y Estados Unidos– son dolorosos en muchos sentidos. Pegan a las empresas y le pegan a la gente en la calle. Aplastan el crecimiento y socavan el empleo. Son la medicina amarga de un mal mayor: la inflación.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0.74 por ciento en julio de 2022 respecto al mes inmediato anterior. Con este resultado, la inflación anual general se ubicó en 8.15 por ciento, es decir, su mayor nivel desde diciembre de 2000. Y los precios al consumidor en Estados Unidos aumentaron en 8.5 por ciento en julio, lo que es un descenso comparado con el aumento anual de 9.1 por ciento registrado en junio. De mes a mes los precios no variaron, la alteración más pequeña en más de dos años.
Sin embargo, una luz se ha asomado aunque habría que ver si es el final del túnel. Los precios al productor en Estados Unidos bajaron en julio, la primera caída mensual en más de dos años. Esto puede ser una señal de que algunas de las presiones inflacionarias de la economía se enfriaron. Un segundo dato alentador, también de Estados Unidos: el precio de la gasolina en bajó de los 4 dólares por galón por primera vez en más de cinco meses, una buena noticia porque los combustibles altos casi siempre se traducen en el alza de muchos otros productos básicos.
La media nacional para la gasolina regular alcanzó los 3.99 dólares por galón, es decir, por 3.78 litros. Los precios bajaron 15 centavos en la última semana y un total de 68 centavos en el último mes. La baja del precio de los combustibles, de los boletos de avión y de la ropa es un alivio, aunque la inflación sigue rozando su récord de cuatro décadas.
Los precios al productor miden la inflación antes de que llegue a los consumidores. La baja de 0.5 por ciento en julio es la primera caída mensual desde abril de 2020 y estuvo por debajo de un aumento de 1 por ciento de mayo a junio. La relajación de la inflación mayorista sugiere que los consumidores podrían obtener algún alivio en los precios en los próximos meses. El miércoles se dio a conocer que la inflación al consumidor se mantuvo sin cambios de junio a julio, la primera cifra plana después de 25 meses consecutivos de aumentos.
Sin embargo, los economistas advierten que aún es demasiado pronto para decir que la inflación se dirige a un descenso constante.
La gasolina comenzó a subir a mediados de 2020 mientras las economías se recuperaban del impacto inicial de la pandemia del coronavirus. Experimentaron un nuevo incremento cuando Estados Unidos y sus aliados anunciaron sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. Los conductores en California y Hawaii siguen pagando el galón a más de 5 dólares, mientras que otros estados del oeste rondan esa cifra. El combustible más barato está en Texas y en otros estados del sur y en el centro-norte del país.
Hace un año, el precio medio en todo en el conjunto del país era de 3.20 dólares por galón.
“La desaceleración de julio… es un movimiento en la dirección correcta”, dijo Rubeela Farooqi, economista de High Frequency Economics. “Pero los costos de producción continúan aumentando a un ritmo rápido, muy por encima del objetivo”. Los precios de los alimentos al por mayor aumentaron 1 por ciento de junio a julio, una señal de que este rubro probablemente seguirá subiendo en los próximos meses.
Sin embargo, los costos de transporte por carretera bajaron 0.3 por ciento en Estados Unidos, lo que demuestra que algunos problemas de la cadena de suministro se están aliviando. La inflación mayorista anual fue de 9.8 por ciento en julio en comparación con el año anterior, lo que sugiere que la inflación se mantendrá en niveles dolorosos durante los próximos meses.
El Banco de México (Banxico) siguió los pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos y optó por elevar en 75 puntos base su tasa de interés de referencia por segunda vez consecutiva. Con esta acción, la tasa de interés se ubica en 8.50 por ciento, su máximo histórico hasta el momento, desde que el país comenzó su política monetaria en 2008.