“Nuestros datos proporcionan pruebas convincentes de que la potencia y la amplitud -reconocimiento de variantes- de la neutralización aumentan aún más después de un refuerzo de la vacuna, y este efecto es aún mayor si el receptor ha tenido una infección previa por el SARS-CoV-2”, dicen los autores.
Redacción Ciencia, 11 ago (EFE).- Dos dosis de las vacunas COVID mejoran la respuesta de anticuerpos en individuos con infección previa por SARS-CoV-2, según un estudio que sugiere que las inyecciones de refuerzo pueden ayudar a mantener y ampliar los efectos protectores de estos preparados.
Las conclusiones de este trabajo, publicado en la revista Science Traslational Medicine, se han obtenido después de un análisis de muestras de 45 personas que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech, y, de acuerdo con sus autores, la infección por SARS-CoV-2 antes de la vacunación puede potenciar la respuesta de los anticuerpos contra las variantes del virus.
Esto -añaden- sugiere que las inyecciones de refuerzo adicionales pueden ayudar a mantener y ampliar los efectos protectores de las vacunas, incluso contra las variantes más transmisibles que “son motivo de preocupación y que muestran evidencias de escape inmunológico”.
Así, señala el estudio, los refuerzos adicionales podrían ser beneficiosos para mejorar las respuestas inmunitarias contra las futuras variantes del SARS-CoV-2 de interés.
Two doses of the SARS-CoV-2 BNT162b2 vaccine enhances antibody responses to variants in individuals with prior SARS-CoV-2 infection | Science Translational Medicine https://t.co/fgWUfa21dB
— Prof. Dr. Sanjeev Bagai (@BagaiDr) August 10, 2021
No obstante, afirman sus autores, se necesita más investigación para determinar si un refuerzo seguiría funcionando contra esas variantes.
La vacuna de Pfizer-BioNTech y otros preparados han logrado reducir las tasas de infección en muchas regiones y pueden proteger a las personas de la hospitalización y la muerte, recuerda la revista.
Sin embargo, nuevas variantes como la Delta (India) y la Beta (Sudáfrica) albergan mutaciones en las secuencias de la proteína S del virus, lo que puede permitir que las variantes evadan parcialmente la inmunidad de la vacuna.
La proteína S o de la espícula es la que el virus utiliza para entrar en la célula humana y las vacunas actuales están basadas en diferentes estrategias que la tienen como blanco común.
Estudios anteriores habían demostrado que una vacuna de dosis única puede mejorar los títulos de anticuerpos y la potencia neutralizadora en sujetos previamente infectados.
En el que ahora se publica, se exploran los efectos de la infección previa en la inmunidad tras un esquema completo de dos dosis de la vacuna, con la administración de la primera y la segunda separadas por 10 semanas.
Por lo tanto, los resultados “captan el efecto de una dosis de refuerzo en la neutralización después de que los títulos de anticuerpos hayan empezado a disminuir (alrededor del 30 por ciento, suponiendo que alcancen su punto máximo a las dos semanas y tengan una vida media de 108 días)”, explica el artículo.
“Nuestros datos proporcionan pruebas convincentes de que la potencia y la amplitud -reconocimiento de variantes- de la neutralización aumentan aún más después de un refuerzo de la vacuna, y este efecto es aún mayor si el receptor ha tenido una infección previa por el SARS-CoV-2”, agregan los autores.
Esto, manifiestan, indica que la exposición antigénica repetida mejora la inmunidad.
En concreto, Richard Urbanowicz, de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), y sus colegas estudiaron muestras de suero de 45 trabajadores sanitarios con dos dosis de la vacuna.
Les hicieron un seguimiento a partir de abril de 2020, y el grupo incluía 20 individuos que habían sido infectados previamente con SARS-CoV-2 y 25 que no.
Es importante destacar -dicen los autores- que las muestras de suero de los trabajadores con infección previa por SARS-CoV-2 neutralizaron la variante Beta del virus con mayor eficacia, a pesar de que el refuerzo contenía la proteína S del virus en su versión original, la 2019.
“Esto apoya la idea de que la eficacia de la vacuna, incluso contra variantes emergentes resistentes a la neutralización, puede mejorar tras un refuerzo adicional”, subraya Urbanowicz.
Los investigadores apuntan que el resto de vacunas aprobadas tendrían un rendimiento similar.