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Carlos Álvarez Acevedo

11/08/2014 - 8:26 am

Todo en venta / La última reunión de Ebrard y Mancera / El Ferrari de Peña Nieto / El libro de Calderón

La promulgación de la Reforma Energética En el Reforma, el politólogo y catedrático, Jesús Silva-Herzog Márquez, escribe que: “Hoy se promulgarán las leyes en materia energética. No hay duda de que se trata del mayor éxito de la administración de Enrique Peña Nieto. Su gobierno parece haberse diseñado para llegar precisamente a este festejo: lograr […]

La promulgación de la Reforma Energética

En el Reforma, el politólogo y catedrático, Jesús Silva-Herzog Márquez, escribe que: “Hoy se promulgarán las leyes en materia energética. No hay duda de que se trata del mayor éxito de la administración de Enrique Peña Nieto. Su gobierno parece haberse diseñado para llegar precisamente a este festejo: lograr la reforma imposible. Así se veía apenas hace unos meses. Un cambio económicamente urgente y políticamente inviable. La reforma más necesaria y la más espinosa. El diagnóstico de las élites era coincidente: la modificación del régimen energético era el gran pendiente del proceso iniciado hace casi treinta años. Transformar el estatuto del petróleo era visto como algo tan decisivo como inviable. Económicamente indispensable, políticamente imposible. Quedan, desde luego, muchos capítulos pendientes para hacer realidad los propósitos del cambio. Lo que conocemos como la “implementación” de la reforma encierra seguramente más retos que el cambio de las reglas constitucionales y legales. Pero el hecho mismo de que se haya podido modificar el marco normativo de la energía en México es un acontecimiento histórico. Podremos diferir al evaluar las bondades, miserias o peligros del cambio pero creo que es imposible negar su profundidad.”

En El Universal, el periodista Ricardo Alemán, escribe que: “hoy Enrique Peña Nieto promulgará la más llamativa de las reformas —la energética—, pero también el día de hoy pasará a la historia porque será el día que terminaron de ser aprobadas por el Congreso y promulgadas por el Ejecutivo todas las grandes reformas. Pero también puede ser un día ominoso; para olvidar. ¿Por qué? Porque también hoy son evidentes las mayores grietas en la corta vida de la reforma educativa. Y es que en el estado de Oaxaca esa reforma no sólo ha fracasado sino que existe un grosero “estado de excepción educativa”; una rebelión contra le cambio en la educación y, ante los ojos del gobierno federal que no se atreven a verlo, se gesta la mayor contrarreforma a la educación en México.”

En el Excélsior, el periodista José Cárdenas, escribe que: “mientras este lunes, justo a mediodía, comienza la otra historia de México —al promulgarse las leyes energéticas—, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) reprueba la Reforma Educativa federal, batalla por imponer la suya… y vuelve a acorralar al gobernador de Oaxaca. Al promulgar las 21 leyes energéticas, inspiradas en los modelos colombiano y brasileño, el Presidente de la República iniciará una revolución que abrirá la puerta a la cohabitación de la inversión privada —nacional y extranjera— con empresas estatales y, por ello, a la transformación más importante del México contemporáneo. ¿Similar —en sus consecuencias— al Tratado de Libre Comercio? La Reforma Energética podría traer a México entre 11 y 15 mil millones de euros, en los próximos tres años, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (AMIPE). Quien prometió cambiar el rumbo del país, llegará al mismo lugar donde hizo la oferta de transformar al país, y empeño la palabra. Los aplausos de los convidados a la ceremonia en el patio central de Palacio Nacional serán un reconocimiento al compromiso cumplido… sin incendiar la pradera.”

En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “hoy, en el evento de promulgación de las leyes secundarias a la reforma constitucional que permitirá y regulará la libre entrada de capital privado nacional y extranjero al sector energético en el país, Beltrones y Gamboa serán aplaudidos como héroes, ahora que desde el liderazgo de los priistas en el Legislativo han sido parte fundamental de lo que ayer decían no querer. En la semana Gamboa tuiteó que con la reforma los legisladores “cumplían su responsabilidad” con sus representados. Ayer Beltrones dijo que la reforma es un “hito” en la historia de México. Acertó el grupo cercano a Peña Nieto —15 años más joven— en confiar en la experiencia de esos dos habilidosos viejos lobos de mar de la política mexicana para navegar las complicadas aguas del Congreso mexicano. Y acertaron Gamboa y Beltrones en entender que su tiempo para habitar Los Pinos había pasado y ponerse al servicio del Presidente y su grupo. Hace 14 años el todopoderoso priismo fue derrotado. Durante tres años fueron la tercera fuerza política en la Cámara Baja y en dos sexenios derrotaron dos reformas energéticas. Hoy terminan un ciclo de reformas que hubieran hecho felices a los panistas de Los Pinos. Las celebrarán y presumirán otros, los mismos que impidieron que sucedieran entonces. Es política. De la que Beltrones y Gamboa les han dado cátedra a sus adversarios.”

En Milenio, el periodista Ciro Gómez Leyva, escribe que: “a las 11 de la mañana, el presidente Peña Nieto sellará con la promulgación de las leyes de la reforma energética lo que, muy probablemente, será el cénit político de su gobierno. ¿Qué país era México el lunes 11 de agosto de 2014?”

En el Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “a menos que el fantasma de Lázaro Cárdenas se levante de su patrio sepulcro, hoy serán promulgadas las leyes reglamentarias de la reforma energética. LA CEREMONIA será con toda la pompa republicana: encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado por su gabinete legal y ampliado, así como por diputados, senadores, gobernadores y, por supuesto, líderes sindicales. SIN EMBARGO, pese a la trascendencia y el gran simbolismo político del asunto, los que realmente van a estar de fiesta son los técnicos. SÍ, A LOS INGENIEROS de la Comisión Federal de Electricidad ya les urgía que se acabara la grilla, pues resulta que por esperar a que concluyera el debate, hasta los trabajos de mantenimiento ¡se suspendieron! CUENTAN QUE en algunas gerencias regionales ya estaban desesperados porque con eso de que nada podía moverse mientras no se aprobara la reforma, la compra de refacciones sufrió un corto circuito. CONFÍAN en que Enrique Ochoa se dé un ratito para sentarse a firmar las licitaciones que están paradas, en espera de que las autorice desde hace meses.”

En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “el presidente Enrique Peña Nieto promulgará antes de este mediodía las leyes secundarias de la Reforma Energética, aprobadas por el Congreso. Al Palacio Nacional acudirán integrantes del gabinete, los gobernadores, invitados especiales. No es para menos, pues esta declaratoria significa el arranque de México hacia el desarrollo prometido. Estará presente Emilio Lozoya Austin, director del nuevo Pemex. La gran incógnita intentó resolverla este fin de semana Emilio Gamboa, coordinador de los senadores del PRI, quien se dedicó a convencer a Carlos Romero Deschamps, líder sindical petrolero, a que asista a la promulgación de las leyes. Deschamps se ausentó durante toda la discusión en el Senado. Su presencia, o no, será una clara postura ante el gobierno. Apuéstelo. Irá.”

En el Excélsior, su director, el periodista Pascal Beltrán del Río, escribe que: “con la promulgación —esta mañana, en Palacio Nacional— de la legislación reglamentaria de la reforma constitucional en materia energética, concluye la etapa de reformas estructurales que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se propuso a principios de sexenio. Se puede afirmar que, pese al escepticismo que aún generan en buen número de mexicanos dichos cambios legales, el objetivo se cumplió. Y sobradamente, pues no sólo se alcanzaron las metas propuestas sino esto se logró con el apoyo de un porcentaje amplio en el Congreso de la Unión. Sin embargo, lo peor que podría hacer el gobierno federal hoy 11 de agosto de 2014 —617 días después del lanzamiento del Pacto por México— es considerar terminado el trabajo.”

La consulta popular sobre la reforma energética

En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, escribe que: “a partir de ahora sólo quedarán dos caminos para enfrentar la reforma energética (cuya promulgación realizará hoy Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, acompañado por la élite política, legislativa y empresarial del país): las calles, en resistencia contra la aplicación de las nuevas normas y eventualmente en ofensiva contra la llegada de las avanzadas extranjeras, y la consulta popular que, de aprobarse en alguno de los términos buscados por sus principales promotores actuales (PRD y Morena), se realizaría junto con las elecciones federales del próximo julio. El camino de la protesta social masiva en las calles parece poco probable.”

En el Excélsior, el analista y catedrático, Leo Zuckermann, escribe que: “dicen los que están a favor de la consulta popular que ésta se puede ganar. A lo mejor. Pero también se podría perder. Hoy las encuestas son poco claras del apoyo real que tiene la Reforma Energética entre la población. La respuesta varía dependiendo de lo que se pregunte. De aceptar la consulta, Peña convertiría la elección de 2015 en un referéndum sobre la principal reforma de su gobierno. El Presidente tendría que salir a hacer campaña a favor. En el bando opuesto tendría nada menos que a Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. La elección intermedia se personalizaría y polarizaría. El enfrentamiento sería una delicia mediática, pero una pesadilla para el gobierno actual. Con el riesgo de que, si comete algún error comunicativo en el camino, condenaría a la Reforma Energética a la pena capital quedándose, así, el Presidente chiflando en la loma. No veo por qué Peña tendría que aceptar jugarse en un volado su gran logro. La reforma que hoy será promulgada ya es una hazaña histórica. Le ha costado mucho esfuerzo al actual gobierno quien ha accedido a varias cosas en la mesa de negociación y subordinado temas torales para sacarla adelante. Se trata de una reforma que, de implementarse bien, podría convertirse en un cambio estructural del tamaño del Tratado de Libre Comercio de América Latina. Francamente no veo por qué el Presidente y su partido, el PRI, aceptarían el reto de ponerla a consideración en una consulta popular.”

En México todo está en venta

En el Reforma, la politóloga y catedrática, Denise Dresser, escribe que: “mediante la presente columna anuncio mi intención de renunciar a la crítica independiente si alguien me llega al precio. Hago pública mi decisión de unirme al grupo cada vez más grande de aquellos que se venden a la Presidencia para aprobar las reformas estructurales, o a la Secretaría de Hacienda, para obtener algún moche vía el fondo de pavimentación a los estados, a algún monopolio para lograr que evite la regulación asimétrica, a alguna televisora para asegurar cobertura favorable en la pantalla en la siguiente elección. Anuncio que quisiera formar parte del frente de aquellos que recortan su conciencia para ajustarla al tamaño de un premio económico. Aquellos dispuestos a aceptar lo que el Congreso anunció: “se autoriza por única ocasión, una subvención extraordinaria para los grupos parlamentarios”. Un bono a cambio de leyes; un soborno a cambio de votos; una venta del trabajo legislativo a quien lo financia y muy bien. Porque a quienes actúan así en México les pagan más y trabajan menos. Como los diputados que aceptaron bonos millonarios por hacer su trabajo. Como los legisladores que aceptaron sin chistar los montos depositados en tres fechas distintas. Como los miembros de la fracción de Movimiento Ciudadano que -en medio del debate energético- recibieron un depósito por 3 millones de pesos.”

La última reunión de Ebrard y Mancera

En El Universal, el periodista y escritor, Héctor de Mauleón, escribe que: “desde aquel 25 de febrero ambos quedarían cobijados por esa tradición no escrita que, desde tiempos de López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas, envuelve a los jefes de Gobierno capitalinos: convertirse en adversarios, mantenerse distanciados. El 6 de marzo Ebrard declaró que el Distrito Federal debía ser un contrapeso al gobierno del PRI, y aseguró que “ahora esa postura se ha desdibujado en la capital del país”. Al día siguiente Mancera reviró: “Él (Ebrard) está haciendo política y ahora no es el jefe de Gobierno; yo soy el jefe de Gobierno y tengo que estar concentrado en mi trabajo diario”. Cinco días después, antes de abordar un avión, Ebrard halló en el aeropuerto un encabezado que decía “Se ‘descarrila’ Línea 12”. Era el quiebre de su proyecto dorado, el más importante de su gobierno. El proyecto del que había sido promotor y responsable. Tres días antes de que apareciera ese encabezado, perredistas capitalinos se habían reunido con Cuauhtémoc Cárdenas para ofrecerle la candidatura de unidad a la presidencia del partido. Reventó la bomba y Miguel Ángel Mancera ofreció su propia versión: durante aquella reunión “simplemente platicamos de algunos detalles sobre la Línea 12”, dijo. “Eso es prácticamente lo que ocupó la reunión. Fue un intercambio de información, nada más”. Entre los cercanos al jefe de Gobierno cundió la versión de que aquella noche Mancera “le corrió a Ebrard la cortesía de informarle que iba a cerrar parcialmente la Línea 12, por malhecha e insegura”. Las solicitaciones del futuro, catorce kilómetros de desgaste ondulatorio, lo que sea: Mancera y Ebrard no han vuelto a reunirse desde entonces.”

FCH publicará un libro sobre su sexenio

En el Excélsior, el periodista Jorge Fernández Menéndez, escribe que: “lo único que no dijeron en esa ola de rumores fue que se lanzaría esta semana un libro, titulado Los retos que enfrentamos, publicado por el sello Debate, y que podría ser un texto más sobre el convulso periodo 2006-2012, si no fuera porque su autor es el expresidente Calderón. Está saliendo de imprenta en estos días y en unas 300 páginas intenta, como dice su introducción, “presentar en un esquema general los principales desafíos que viví como Presidente de la República y las políticas públicas, es decir, las acciones, los programas y la normatividad, que permitieron enfrentarlos y resolverlos bajo la perspectiva del Desarrollo Humano Sustentable”. No es un libro que recupere sus memorias (dice que eso será más adelante) ni mucho menos que haga ajustes de cuentas con el presente (lo que está fuera de su intencionalidad y, diría yo, del espacio que un expresidente le debe dar a su sucesor).”

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