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Castellanos, Garro y Poniatowska son gigantes de la Literatura mexicana: Strausfeld

11/06/2023 - 2:00 am

M​​ichi Strausfeld, una de las expertas en literatura latinoamericana más reconocidas del mundo, habló con SinEmbargo sobre Mariposas amarillas y los señores dictadores, un recorrido de cinco siglos a través de la Literatura Latinoamericana.

Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).– “Las tres gigantes en cuanto a mujeres son Rosario Castellanos, Elena Garro y Elena Poniatowska”, señaló Michi Strausfeld, una de las expertas en literatura latinoamericana más reconocidas del mundo al hablar sobre las máximas exponentes de la Literatura Mexicana. “Son figuras excelentes, extraordinarias de la novelística en México y yo lo sé, yo las he publicado en Alemania cuando trabajé como editora y luego vienen Ángeles Mastretta, Laura Esquivel y muchas más que son mucho más jóvenes”.

Michi Strausfeld ha publicado Mariposas amarillas y los señores dictadores (Debate), un recorrido de 500 años por la historia del continente latinoamericano que al mismo tiempo se configura como “una invitación sincera, lejos de la mirada eurocéntrica, a reabrir el diálogo entre América Latina y Europa”, el cual la autora lamenta que en los últimos tiempos se haya visto truncado.

“Durante los últimos 40 años Europa no se ha preocupado mucho por América Latina y en cambio han venido los chinos y los rusos, y ahora los europeos tienen que reconquistar terreno, que por favor lo hagan y tengan en cuenta que la cultura es algo que une a Europa con América Latina, aunque la historia de cinco siglos haya sido conflictiva, haya sido injusta, haya pasado por altibajos, pero finalmente compartimos una cultura y una tradición democrática y esto ni los rusos ni los chinos lo pueden ofrecer, a ver si nuestros políticos lo entienden, ojalá”, declaró a SinEmbargo.

Portada de Mariposas amarillas y los señores dictadores. Foto: Especial

En esta nueva obra, Michi Strausfeld analiza las ideas y prejuicios que han atravesado a lo largo de más de quinientos años la historia de Latinoamérica y lo hace a partir de la vida y obra de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Elena Poniatowska, Mario Vargas Llosa, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Augusto Roa Bastos, Domingo F. Sarmiento, Isabel Allende, Alfredo Bryce Echenique,Darcy Ribeiro, Tomás Eloy Martínez, Juan Rulfo, Octavio Paz o Guillermo Cabrera Infante.

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—¿Qué aspecto de la literatura Latinoamericana despertó en ustedes el interés para hacer un recorrido de 500 años a través de sus principales exponentes?

—Fue una coincidencia de varias cosas. Yo tenía una beca para pasar tres meses en el Perú y llegaba sin ningún conocimiento ni de la historia ni de la flora y fauna ni de la literatura de América Latina. Entonces estas impresiones fueron tan fuertes y visitar las ruinas de Machu Picchu o el Amazonas me cambiaron la vida totalmente. En Alemania es claramente una literatura desconocida y yo también la desconocía y entonces, empecé a leer todos estos libros maravillosos y dado que mi primer viaje fue en 1967, el año en el cual salió Cien años de soledad y la gente que conocía en Lima todos me hablaron de que tenía que leer este libro y yo comencé a leerlo con un diccionario porque mi español en aquella época era muy rudimentario, pero aún así quedó la fascinación y al volver a Alemania dije a mis profesores, yo quiero meterme con la Literatura Latinoamericana y la respuesta en Colonia fue excelente idea pero no la podemos examinar porque no la conocemos.

—¿De qué manera contribuye la Literatura Latinoamericana a construir la identidad de cada una de las naciones?

—Me parece que lo dijo Mario Vargas que los novelistas pueden contar la historia de otra manera y descubren facetas que los historiadores profesionales no ven o no pueden escribir porque ellos se tienen que atener a los hechos documentados, mientras que los autores a través de su fantasía, de su manera de indagar en la psique de ciertos personajes, sobre todo en el caso de los dictadores, dan una visión tal vez más profunda de la historia de un país o de una época o de un dictador.

Luego de volver del Perú, del primer viaje, tuve un segundo viaje para estar en Colombia y allí investigue Cien años de soledad y me di cuenta que no solamente es una novela de realismo mágico —la etiqueta que luego se le colgó— sino también ahonda en la historia de Colombia, desde los principios hasta las guerras civiles y todo está en este libro. Es decir que también es un libro que explica mucho de la historia de Colombia y García Márquez no se cansó de repetir: ‘mi libro es real, no es realismo mágico’.

García Márquez no se cansó de repetir: ‘mi libro es real, no es realismo mágico’.Foto: Cuartoscuro

—Usted señala que no hay una novela canónica sobre los conquistadores, ¿a qué podríamos atribuir esta cuestión?

—No puedo contestar esta pregunta. La pongo para que ustedes se lo pregunten porque hay extraordinarios ensayos, sobre todo aquí en México, sobre Hernán Cortés, gruesos, volúmenes que todo está documentado ¿y por qué nadie ha escrito la gran novela canónica, por así llamarla, sobre Hernán Cortés? Es decir, que yo no tengo explicación. Lo mismo, vale para el Perú, vale para Chile.

—También señala cómo se ha ido minimizando el papel de las mujeres en la Literatura Latinoamericana…

—Siempre se ha dicho, y es correcto, que el famoso boom que catapultó la nueva Literatura Latinoamericana al mundo entero fue un club de señores, porque los cuatro que siempre se nombran: Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez y Fuentes son hombres, pero esto desde luego ha cambiado mucho y yo diría desde el nuevo milenio, la voz de las mujeres cada vez cobra mayor relevancia, pero claro, todo empezó con Isabel Allende que con La casa de los espíritus, en 1982, le dijo a estos señores del boom: ‘Yo soy una mujer y también puedo vender y hasta más que los hombres’.

Es decir, ella abrió la puerta a generaciones nuevas y yo diría que hoy estamos por suerte en una especie de equilibrio, hay tantas novelas excelentes escritas por hombres como por mujeres y quizás las mujeres han introducido una temática nueva que es efectivamente el feminicidio, aunque Roberto Bolaño también lo toca en 2066, y la violencia de género. Y dado que estadísticamente las mujeres leen más y compran más novelas, entonces la editoriales también están más atentas cuando reciben manuscritos escritos por mujeres de leerlos con atención, así que esto ha cambiado por suerte y por fin para mejor.

Las tres gigantes en cuanto a mujeres son Rosario Castellanos, Elena Garro y Elena Poniatowska. Foto: Gabriela Pérez Montiel, Cuartoscuro.

—En el caso de México también tenemos a dos exponentes gigantescos: Rosario Castellanos y Elena Garro que para muchos es considerada la mejor escritora que ha tenido nuestro país…

—Son figuras excelentes, extraordinarios, de la novelística en México y yo lo sé, yo las he publicado en Alemania en cuando trabajé editora como también he publicado a Elena Poniatowska que es la tercera que siempre hay que nombrar de esta generación y luego vienen Ángeles Mastretta, Laura Esquivel y muchas más que son mucho más jóvenes, pero las tres gigantes en cuanto a mujeres son Rosario Castellanos, Elena Garro y Elena Poniatowska.

—¿Qué sucede después del boom?

—Bueno, yo diría que los escritores del boom son hoy los clásicos y este ha sido un fenómeno atípico que sucede en algunas literaturas alguna vez. Después de la Segunda Guerra Mundial en Francia salieron ​​Albert Camus y muchos otros en Estados Unidos (Ernest) Hemingway (William) Faulkner, etcétera. Eran momentos muy especiales que la Literatura de un país de repente salía con voces absolutamente sobresalientes, lo mismo pasó en América Latina y nadie lo esperaba porque América Latina no se había dado a conocer a través de su literatura y entonces fue en los años 60 que tanto en México como en Argentina como en Cuba como en el Perú salieron estas novelas sobresalientes.

¿Por qué esta coincidencia? No lo sé, pero la hubo y fue bueno que haya tenido lugar porque gracias a esto, la Literatura Latinoamericana ahora es conocida y admirada en el mundo entero. Que después de estas figuras sobresalientes hayan salido nuevos escritores que no son tan famosos, que lo tienen más difícil para darse a conocer, esto también pasa en Francia, en Alemania, en Italia en todas partes.

Es decir que una ola de tal envergadura o de tal fuerza no se encuentra regularmente, ha sido excepcional, y yo creo que como tal hay que aceptarlo. Ahora que escriben los jóvenes, yo creo que hay muchísimo talento, hay mucha variedad y algunos autores y autoras, sí se traducen se siguen traduciendo, pero no en este fenómeno masivo de los años 60 en el cual también, influía, por supuesto, la situación política. Estaba la Revolución Cubana que en los años 60 todavía despertaba mucho interés y admiración, estaba la muerte del Che (Ernesto Guevara), estaba un Premio Nobel por primera vez a un autor latinoamericano, Miguel Ángel Asturias (de Guatemala). Es decir, ahí había fenómenos políticos sociales, que también influyeron que América Latina despertaba mucho interés.

Entre tanto y después de que también la revolución de Nicaragua fracasara, entonces la política tiene menos eco en los medios y América Latina ha quedado un poco relegada porque la atención mundial después de la caída del muro en el 89 tenía muchos otros temas: Los países del Este, nosotros en Alemania somos vecinos de todos ellos y los conocíamos poco. Luego, el atentado del 2001 y de repente el mundo árabe y toda la cuestión terrorista. Después los refugiados que vienen de África a Europa. Así que la atención desgraciadamente fue repartiéndose por el mundo entero por algo estamos en un mundo globalizado.

Espero ahora que con el cambio de época como dice el Canciller alemán Olaf Scholz la América Latina vuelva a cobrar un interés mayor, pero hay que decir la verdad durante los últimos 40 años Europa no se ha preocupado mucho para América Latina y en cambio han venido los chinos y los rusos y ahora los europeos tienen que reconquistar terreno, que por favor lo hagan y tengan en cuenta que la cultura es algo que une Europa con América Latina, aunque la historia de cinco siglos haya sido conflictiva, haya sido injusta, haya pasado por altibajos, pero finalmente compartimos una cultura y una tradición democrática y esto ni los rusos ni los chinos lo pueden ofrecer, a ver si nuestros políticos lo entienden, ojalá.

—Hay otro aspecto que también llega a tocar: la situación de la violencia por el narcotráfico ¿Esto se está haciendo visible cada vez más en la literatura latinoamericana?

—Cuando era el momento terrible del narcotráfico en Colombia salieron muchas novelas y había toda una literatura narco. Cuando menguó el problema un poco en Colombia y se trasladó con fuerza a México, entonces aquí han salido muchas novelas sobre este problema, tanto novela negra como novela exclusivamente literaria como la de Yuri Herrera, Trabajos del reino. Es decir que salen puntualmente nuevos géneros, si se quiere o nuevas temáticas que se tratan por todos los géneros literarios, eso sería quizás más correcto.

Y la violencia contra las mujeres sería ahora otro tema que está cobrando vigor, visiblemente y claro se entiende cuando uno lee las estadística de la violencia de género, es escalofriante, es lógico que surjan novelas hablando de ello.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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