El lobo, su compañera y los cachorros serán trasladados de un refugio en el centro de Nuevo México al racho, donde permanecerán un par de semanas en un corral aislado para que logren aclimatarse a la zona.
Albuquerque, Nuevo México, 11 de mayo (AP).— Un rancho del magnate Ted Turner en Nuevo México será el nuevo hogar de una pareja de lobos grises mexicanos y sus cachorros como consecuencia de los esfuerzos de las autoridades por buscar formas de mejorar la diversidad genética de especies en peligro de extinción.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre se asoció con el Ladder Ranch para este proyecto. El rancho ha participado en otras campañas para promover la reproducción de especies en peligro de extinción, pero esta es la primera vez en que lobos grises mexicanos son trasladados a una propiedad privada.
Mike Phillips, director del Fondo Turner para Especies en Peligro de Extinción, dijo que los lobos fueron invitados hace años y que están muy entusiasmados con la inminente llegada de la familia mexicana. Señaló que los cachorros merecen tener la oportunidad de tratar de sobrevivir por su cuenta.
“Buena parte del mérito de todo esto es del Servicio de Pesca y Vida Silvestre y del estado de Nuevo México, que dieron otro paso positivo e inteligente con miras a la recuperación de los lobos”, declaró Phillips el lunes en una entrevista.
El lobo macho es considerado el más valioso desde un punto de vista genético entre la población silvestre. El lobo, su compañera y sus cachorros serán trasladados pronto de un refugio en el centro de Nuevo México al racho, donde permanecerán un par de semanas en un corral aislado para que se aclimaten a la zona.
Los cachorros son tan pequeños que se espera que los lobos establezcan un nuevo hogar. Su llegada coincidirá con la época en que los alces dan a luz, lo que ofrecerá más comida a la manada.
Además de aportar más diversidad a las reservas genéticas de los animales salvajes, los administradores del proyecto dicen que otro objetivo importante es encontrar un sitio donde se pueda establecer la manada sin conflictos con el ganado.
Desde hace más de dos décadas los esfuerzos por devolver los lobos grises mexicanos a un ambiente natural en el sudoeste de Estados Unidos tropezaron con las quejas de los rancheros, que dicen que tienen que estar alertas constantemente para que no se coman su ganado. Muchos afirman que está en juego su subsistencia y su estilo de vida.
Los ambientalistas afirman que el retorno de los lobos a la naturaleza se ve obstaculizada por la caza ilegal y a la decisión del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de tratar de satisfacer a los ganaderos de la zona.
Brady McGee, el coordinador del programa de recuperación del lobo mexicano, dijo que su equipo trabajó con el Departamento de Pesca y Caza de Nuevo México y analizaron las opciones por delante en base a una serie de factores, desde la proximidad a las casas y las pasturas hasta la distancia del antiguo territorio de los lobos y la disponibilidad de presas.
“El Ladder Ranch es considerado el mejor destino por su tamaño, porque hay una manada de alces y por su distancia de las pasturas del Gila National Forest”, dijo McGee en un email que envió recientemente a los terratenientes y otros.
El sector del Seco Creek (Arroyo Seco), al oeste del rancho, tiene praderas y bosques de pinos al pie de la Sierra del Diablo (Black Range, en inglés). Se encuentra a unos ocho kilómetros (cinco millas) de los pastizales más cercanos de bosques nacionales.
El Ladder Ranch tiene más de 630 kilómetros cuadrados (243 millas cuadradas) y colabora desde hace años con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, ofreciendo refugio a lobos en cautiverio y otras especies en peligro de extinción a través del Fondo Turner para Especies en Peligro de Extinción (Turner Endangered Species Fund). Hay todo tipo de iniciativas en el rancho, desde la reproducción de tortugas Bolson hasta un hábitat para el halcón aplomado, ranas chiricahua, hurones de pie negro y lobos grises.
El lobo gris mexicano es considerado una especie en peligro de extinción desde 1976. Siete lobos grises que se cree eran los últimos que quedaban fueron capturados entre 1960 y 1980, tras lo cual se inició un programa de reproducción en cautiverio.
Los lobos empezaron a ser liberados a fines de los años 90. Se cree que su población se duplicó en los últimos cinco años. El último censo anual contó 186 lobos mexicanos silvestres en Nuevo México y Arizona.
Las autoridades federales tenían hasta la semana que viene para reformular las leyes asociadas con esta especie. A pesar de las objeciones de los ambientalistas, un juez federal decidió ampliar el plazo hasta julio del 2022.