Este nuevo enfoque para tratar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) mejora significativamente la protección de los pacientes ante la infección vírica gracias a que activa una parte del sistema inmunológico, una característica clave que no presentan “casi ninguna” de las vacunas en uso actualmente.
Londres, 11 may (EFE).- Científicos en Estados Unidos han desarrollado un tratamiento de vacunación que refuerza y mantiene durante más tiempo en primates la inmunidad contra el VIH, el virus que causa la enfermedad del Sida, según revela un estudio publicado hoy por la revista Nature.
La investigación, liderada por expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, podría facilitar el desarrollo de vacunas para otras enfermedades, como, por ejemplo, para la COVID-19.
Este nuevo enfoque para tratar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) mejora significativamente la protección de los pacientes ante la infección vírica gracias a que activa una parte del sistema inmunológico, una característica clave que no presentan “casi ninguna” de las vacunas en uso actualmente, explica Bali Pulendran, uno de los principales autores del estudio.
“La mayoría de la vacunas buscan estimular la inmunidad sérica aumentado los anticuerpos ante el patógeno invasor. Esta vacuna también reforzó la inmunidad celular, formó un ejército de células inmunes que persiguen células infectadas por el patógeno. Creamos una sinergia entre esos dos tipos de actividad inmunológica”, expone el experto.
Recuerda que, “después de tres décadas de investigaciones”, no existe una “vacuna preventiva del VIH” y aunque los cócteles de “agentes antivirales pueden controlarlo”, aún infecta cada año a 1,7 millones de personas y provoca 770.000 muertes.
Las vacunas, señala, están diseñadas para reactivar el sistema inmunitario adaptativo, que responde generando células y armamento molecular capaces de dirigirse hacia un patógeno en particular, en lugar de “disparar a discreción”.
Asimismo, la respuesta inmune adaptativa consta de dos ramas: la inmunidad sérica y la inmunidad celular.
En la primera, las células B secretan anticuerpos que pueden engullir y neutralizar un patógeno microbiano, mientras que en la segunda, las células T recorren el cuerpo inspeccionando los tejidos en busca de pistas sobre los virus y, al encontrarlos, destruyen las células que los albergan.
Sin embargo, advierte Pulendran, la mayoría de la vacunas obligan al sistema inmunitario adaptativo a combatir las infecciones con solo una de esas ramas.
“Todas las vacunas autorizadas hasta la fecha -indica- funcionan generando anticuerpos que neutralizan el virus. Pero generar y mantener un nivel suficientemente alto de anticuerpos neutralizadores del VIH es una tarea exigente”.
Este nuevo trabajo, destaca, demuestra que “la estimulación de la rama celular” del sistema inmunológico “refuerza la protección contra” el virus, incluso con “niveles más bajos de anticuerpos neutralizadores”.
“Los resultados sugieren que los futuros esfuerzos en vacunas deberían centrarse en estrategias que generen respuesta celular y de anticuerpos neutralizadores, lo que podría proporcionar una protección superior no solo contra el VIH sino también contra otros patógenos como la tuberculosis, la malaria, el virus de la hepatitis C, la gripe y cepas de coronavirus pandémicos”, concluyó.