El Gobierno guatemalteco ha dicho que espera que México resarza a las familias de las víctimas y que haya justicia. Localmente se ha iniciado una investigación de oficio en la Fiscalía para ubicar a redes de tráfico de migrantes que habrían ayudado a los fallecidos a emprender su viaje.
Por Sonia Pérez D.
CIUDAD DE GUATEMALA (AP).— Los cuerpos de 17 guatemaltecos que murieron bajo custodia de las autoridades mexicanas durante un incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez eran repatriados el martes a Guatemala.
Un avión de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) trasladaba los féretros de los migrantes fallecidos. El Canciller guatemalteco Mario Búcaro viajó a México para acompañar la repatriación.
A su llegada a Guatemala, los fallecidos serán trasladados a sus comunidades de al menos nueve departamentos distintos en las regiones norte y occidente del país. El viernes el Gobierno mexicano había empezado a repatriar a otros migrantes originarios de El Salvador.
Entre los fallecidos está Bacilio Sutuj, un migrante de 51 años originario de San Martín Jilotepeque -en el departamento de Chimaltenango- que no le contó a su familia que su intención era migrar hasta dos días antes del incendio, cuando les dijo que había sido detenido por la migración mexicana.
Un video difundido en las redes sociales mostró cómo al iniciar el incendio un grupo de agentes de seguridad que resguardaba el centro de detención salieron sin abrir la puerta a los migrantes, que murieron sofocados y quemados.
Según la Cancillería guatemalteca, 19 de los 40 fallecidos eran de origen guatemalteco. Sin embargo, dos de los fallecidos que se cree son guatemaltecos no serán repatriados pues no se ha podido establecer plenamente su identidad debido a que uno no tenía documento de identificación y el otro tenía quemaduras en las manos que impidieron tomar sus huellas dactilares. Las autoridades guatemaltecas realizarán pruebas de ADN para reconocerlos.
Otros 11 guatemaltecos resultaron heridos en el incendio.