En Guerrero operan tres cárteles mayores –Caballeros Templarios, Cártel de Jalisco Nueva Generación y los Beltrán Leyva– y 19 células y cárteles menores, entre ellos Los Ardillos, dedicados a la siembra de amapola y que desde el año 2015 mantienen una guerra por el control del territorio. Ayer, un grupo de niños se integró a la policía comunitaria para proteger a la localidad de Ayahualtempa.
Ciudad de México, 11 de abril (SinEmbargo).– Son niños de entre 6 y 15 años que deberían estar ocupando su día entre la escuela y el juego, pero en lugar de eso estos menores portan rifles y palos. Viven en la localidad de Ayahualtempa, una comunidad que pertenece al municipio guerrerense de José Joaquín Herrera y colinda con la cabecera municipal de Hueycantenago, donde se encuentra el grupo de la delincuencia organizada “Los Ardillos”.
La violencia en Guerrero y la ausencia de un Estado que los proteja los orilló a defenderse solos, aseguró la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria, Pueblos Fundadores (CRAC-PC PF), que ayer presentó a más niños como policías comunitarios, por lo que ahora suman 34 menores. En el mes de febrero del año pasado se incorporaron 17.
El coordinador de este grupo de comunitarios, Bernardino Sánchez Luna, declaró que el Gobierno del estado ha incumplido con los acuerdos de brindar seguridad, salud y educación a esta zona de la región de la montaña, por lo que han optado por recibir a más niños en sus filas, asegurando que los menores fueron quienes se ofrecieron para ser comunitarios.
Ayer, los menores marcharon por las calles de la localidad de Ayahualtempa e hicieron una demostración de las capacitaciones que han recibido, haciendo un llamado a las autoridades del ámbito federal y estatal para atender sus peticiones, mismas que ya habían sido pactadas hace 15 meses.
Los “niños comunitarios”, como se les ha conocido a nivel internacional, reciben adiestramiento táctico tipo militar para disparar y saber posicionarse con las armas, pero solamente los que tienen más de 12 años usan armas de verdad, mientras que los más pequeños usan armas de madera o palos que simulan ser Ak-47 (cuernos de chivo) o AR-15.
Sánchez Luna explicó que los menores también hacen recorridos como si fueran policías comunitarios adultos, además de que el grupo ya ha aumentado en número y en los próximos días serán más de 40 debido al interés de otros infantes por formar parte de la CRAC para defender sus pueblos.
“En Ayahualtempa no ha habido nada de apoyo. Hacemos un llamado al Gobierno federal para que apoye a las nueve viudas de esta comunidad, a los 14 huérfanos y a los 34 desplazados”, exigió.
VIOLENCIA Y POBREZA
En Guerrero operan tres cárteles mayores –Caballeros Templarios, Cártel de Jalisco Nueva Generación y los Beltrán Leyva– y 19 células y cárteles menores, entre ellos Los Ardillos, dedicados a la siembra de amapola y que desde el año 2015 mantienen una guerra por el control del territorio.
A Los Ardillos se les atribuye, según Sánchez Luna, el secuestro de 32 habitantes de Chilapa (mayo de 2015), las muertes de 12 personas en la comunidad del Rincón de Chautla (enero de 2019) y la ejecución de 10 integrantes del grupo musical “Sensación”, quienes fueron torturados y calcinados en enero de 2020.
Guerrero es uno de los estados más pobres y violentos de México y en la localidad de Ayahualtempa la marginación es muy alta, los niños sólo asisten al kínder y a la primaria porque la secundaria y preparatoria se encuentran en los territorios del grupo de Los Ardillos.
Los pobladores de esa localidad llevan años denunciando el hostigamiento que viven por parte de ese grupo delincuencial. En 2019 incluso mostraron videos con niños armados realizando tácticas militares y leyendo un comunicado, pero lo único que recibieron por parte del Gobierno fueron despensas y promesas de que iban a resolver los casos.