Según la información obtenida en el estudio, existe una relación entre inseguridad y preferencias sobre portación de armas de fuego. Los datos indican que los habitantes que viven en municipios más inseguros tienen una menor preferencia por flexibilizar los requisitos para la portación de armas y sus habitantes creen, con mayor frecuencia, que un arma hace más inseguro a un lugar.
Ciudad de México, 11 de marzo (SinEmbargo).- El 70 por ciento de los habitantes de los municipios más violentos del país rechazan la idea de flexibilizar la compra de armas de fuego ante el temor de un incremento en los índices de violencia, revela el estudio “Percepción sobre el tráfico de armas y la violencia comunitaria en México” elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados.
Los resultados, correspondientes a una encuesta que acompaña al estudio, muestran que la mayoría de las personas no está de acuerdo en flexibilizar el acceso a las armas de fuego en el país, consideran que deben estar prohibidas y que su portación sea sancionada.
Además, la mayoría de los encuestados no cree que la legalización de la portación de arma ayude a reducir la violencia. Más del 67 por ciento de las personas consultadas declararon que un hogar es más peligroso cuando se tiene un arma de fuego.
Según la información obtenida en el estudio, existe una relación entre inseguridad y preferencias sobre portación de armas de fuego. Los datos indican que los habitantes que viven en municipios más inseguros tienen una menor preferencia por flexibilizar los requisitos para la portación de armas y sus habitantes creen, con mayor frecuencia, que un arma hace más inseguro a un lugar.
La encuesta, realizada de manera telefónica y a nivel nacional, tiene como objetivo conocer la opinión de las personas sobre las armas de fuego, comprender la percepción de inseguridad relacionada con armas de fuego, saber cómo se percibe que las armas de fuego afectan o no la vida cotidiana de las personas, entender la percepción sobre accesibilidad de armas legales y no legales en sus localidades y, conocer la opinión de los encuestados sobre la posesión de armas de fuego como forma de protegerse en sus entornos cotidianos.
En cuanto a la percepción de seguridad en el país, más de la mitad de los encuestados considera que es negativa. El 54.3 por ciento de las personas encuestadas declaró que su municipio es poco o nada seguro. Las personas mayores a 35 años tienden a tener una peor percepción de seguridad que las personas jóvenes, sin embargo para todas las edades, la mitad de los entrevistados cree que su municipio es poco o nada seguro.
El 60 por ciento de las personas residentes en municipios de centro y occidente del país reportan la peor percepción de seguridad. El 57 por ciento de los residentes de municipios del noreste indican que sus municipios son muy o algo seguros.
A la pregunta: ¿Usted o algún familiar cercano ha presenciado o escuchado de cerca algún tiroteo o balacera en su municipio en los últimos 3 años? El 37.3 por ciento de las personas afirmó haber presenciado o escuchado un tiroteo en los últimos 3 años. Este porcentaje es mayor en personas de 18 a 25 años, 44 por ciento, y habitantes en municipios del centro 45.5 por ciento y occidente 40.6 por ciento. En aquellos municipios catalogados como “más peligrosos” este porcentaje fue del 50.3 por ciento, mientras que en el resto de municipios fue de 30.8 por ciento.
El 80.3 por ciento de los encuestados afirmó no haber sido víctima de violencia con armas de fuego en los últimos tres años. En el caso de los hombres que reportaron ser víctimas directas este porcentaje asciende al 9 por ciento y es especialmente alto en el grupo de entre 26 y 35 años. En el caso de las mujeres el porcentaje fue apenas del 1.7.
Respecto a la frecuencia con la que ocurre la violencia con arma de fuego, el 60 por ciento de las personas que vive en lo municipios más inseguros afirmaron que esta es “muy frecuente” o “algo frecuente”, mientras que en el resto de los municipios solo 34 por ciento de las personas afirmó lo mismo. En tanto el 43.9 por ciento de los entrevistados de otras partes del país indicaron que es “poco frecuente”. En tanto el 11.7 por ciento dijo que es “nada frecuente.
El 51 por ciento de las personas aseguró sentir miedo de que ellas o un familiar cercano o sea víctima de violencia con arma de fuego, mientras que otro 21 por ciento dijo que algo. En el caso de las mujeres, 76.3 por ciento declaró sentir “mucho o algo” de miedo. Por su parte el 69 por ciento de los hombres declaró lo mismo. Es decir, pese a sufrir con menos frecuencia violencia, según sus propias respuestas, las mujeres tienen más miedo de ser víctimas de violencia con armas de fuego.
La encuesta también reveló que las personas más jóvenes, de 18 a 25 años, son también las que sienten más miedo. El 80.1 por ciento de las personas de este grupo respondió sentir mucho miedo. Además, el 80 por ciento de los residentes de los municipios del centro y occidente del país, declararon los mismo. En tanto el 80 por ciento de las personas que viven en los municipios con más inseguridad afirmaron sentir “mucho miedo”, en el resto de los municipios este porcentaje se reduce al 69 por ciento.
En opinión del 56 por ciento de las personas encuestadas, la violencia con arma de fuego afecta “mucho” o “algo” diversos aspectos de la vida social como a las actividades económicas de los municipios. En segundo lugar, con el 48.2 por ciento aparece la salud emocional de los habitantes y en tercer lugar, con el 47.2 por ciento la calidad de vida.
En el caso de las actividades económica, el efecto negativo es más percibido por personas mayores a los 45 años, trabajadores de empresas privadas, hombres y residentes en municipios del centro y 43 occidente del país. En el caso de la salud emocional, más del 55 por ciento de las personas entre 35 y 45 años afirmaron que la violencia les ha afectado mucho su salud emocional.
En cuanto a la calidad de vida, las personas mayores a los 45 años, de escolaridad superior y residentes en municipios del occidente son quienes con mayor frecuencia declaran que la violencia de fuego les afecta. Finalmente, el 50 por ciento de las personas encuestadas declararon que la violencia no les afecta a su ingreso familiar y la percepción de daño es menor al 40 por ciento para todas las edades de personas encuestadas, zonas de residencia y perfil profesional del entrevistado.
Sobre la posibilidad de adquirir armas, los resultados de la encuesta muestran una opinión dividida, a pesar de que el 36 por ciento de las personas no respondieron la pregunta sobre qué tan difícil es comprar un arma sin permiso. Otro 36.3 por ciento afirmó que es “muy” o “algo” fácil, mientras que 27.8 por ciento dijo que es “algo” o “muy” difícil. En los municipios del centro del país es el 43.6 por ciento indica que es “fácil” adquirir armas, mientras que en el sureste y noreste, aproximadamente 36 por ciento declaró que es “poco” o “nada” fácil adquirir armas.
Sobre la adquisición legal de armas, 31.5 por ciento de las personas encuestadas declaró que es muy difícil adquirir armas legalmente en su municipio. Sin embargo, nuevamente, un alto porcentaje de personas, equivalente al 36 por ciento, no respondió. Entre los jóvenes de 18 a 25 años, 70.2 por ciento considera que es “poco” o “nada difícil” conseguir un arma legalmente. Los trabajadores de empresas privadas, las personas desempleados y los estudiantes también consideran en mayor proporción que es “poco o nada” difícil conseguir un arma legalmente, mientras que los empleados de gobierno y los maestros en mayor proporción consideran que es “algo o muy” difícil conseguir un arma legalmente.
En cuanto a la idea de flexibilizar los requisitos para adquirir legalmente un arma de fuego en México, el 68.8 por ciento respondió que está en contra y el 27.5 por ciento dijo estar a favor. En este rubro, el 63.5 por ciento de los hombres están en contra, mientras que el 74.5 por ciento de las mujeres rechazó esta posibilidad.
De las personas entre 18 y 25 años, el 72.4 por ciento rechazó la idea de flexibilizar la posesión de armas de fuego. El 73.7 por ciento de las personas de 56 años o más dijeron estar en contra.
En los municipios más inseguros, asimismo, 70.8 por ciento de los encuestados rechazó esta posibilidad. En el resto de los municipios, este porcentaje desciende a 68 por ciento. Además, 67 por ciento de las personas considera que tener un arma de fuego en casa lo hace un lugar más peligroso. Para las mujeres, 75.6 por ciento piensa que tener un arma en casa lo hace un lugar más inseguro punto que coincide con el 58 por ciento de los hombres.
Sobre las políticas públicas para reducir la violencia, el 61.2 por ciento dijo estar “muy de acuerdo” o “de acuerdo” en que si el estado prohibiera o sancionara efectivamente la portación de armas de fuego ayudaría a reducir la violencia en el país. Solo 31.4 por ciento dijo estar en desacuerdo.
En contraste, 70 por ciento de las personas entrevistadas afirmaron estar “muy en desacuerdo” o “en desacuerdo” con la frase: “Traer una arma conmigo reduce las posibilidades de ser víctima de violencia”. En el caso de las mujeres es mayor el porcentaje 74 por ciento que están en desacuerdo que para los hombres 66.5 por ciento.
Finalmente, 68.7 por ciento de las personas dijo no estar dispuesto a adquirir un arma de fuego por seguridad. Mientras que 76 por ciento de las mujeres dijo no estar dispuesta a adquirir armas de fuego por seguridad, 61.3 por ciento de los hombres afirmaron lo mismo.
La investigación fue impulsada por la Legisladora Juanita Guerra, Presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana, cuya iniciativa dio origen al estudio realizado en conjunto con el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados.
REGULACIÓN DE ARMAS EN MÉXICO
En México, la posesión de armas se regula, en primera instancia, desde la Constitución la cual establece en el artículo 10 que “los habitantes del país tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa.” Sin embargo, dicho apartado señala que el derecho a la posesión de armas excluye aquellas prohibidas por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos (LFAFyE), así como aquellas armas designadas para uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y los cuerpos de reserva.
La Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos establece ciertos requisitos a la posesión de armas como el registro de cualquier arma de fuego ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para su inscripción en el Registro Federal de Armas. Permite la posesión de pistolas semiautomáticas de calibre menor a 9 milímetros, excepto calibres .38 Super y .38 Comando así como calibres 9 mm Mausser, Luger, Parabellum y Comando y aprueba la posesión de revólveres en calibres menores al .38 Especial, excepto .357 Magnum.
Cualquier ciudadano que desee tener armas en su domicilio deberá manifestarse por escrito ante la Sedena, en un plazo de 30 días. Esta secretaría también autoriza la posesión de colecciones de armas y llevará registro de clubes o asociaciones de deporte de tiro o cacería – esto último junto con la Secretaría de Gobernación.
Si una persona desea obtener una licencia para la portación de una arma de fuego debe cumplir ciertos requisitos como tener un modo honesto de vivir, haber cumplido con servicio nacional militar, no tener impedimento físico o mental para portar armas, no haber sido condenado por delito cometido con empleo de armas, no consumir drogas o enervantes, acreditar necesidad de portar armas por naturaleza de empleo, circunstancias especiales de lugar de residencia o cualquier otro motivo.
Sedena, además, tiene el monopolio del comercio de armas que se realiza a través de su Dirección de Comercialización de Armas y Municiones, la cual atiende a cuerpos de seguridad pública y privada, clubes cinegéticos, y personas físicas que cubran los requisitos establecidos en las leyes y reglamentos.