La alerta en el informe sobre la diversificación del mercado de drogas se da en un contexto de una oleada de muertes por sobredosis en Estados Unidos, que superaron los 100 mil decesos entre abril de 2020 y el mismo mes de 2021.
Por Scott Mistler-Ferguson
Ciudad de México, 11 de marzo (InsightCrime).– El Informe de 2021 sobre Drogas en Estados Unidos alertó sobre el crecimiento continuado de las drogas sintéticas, y alertó sobre una sobreabundancia de precursores químicos, e incluso pre-precursores, del fentanilo procedentes de China e India.
El informe sobre estrategia internacional para el control de narcóticos (International Narcotics Control Strategy, INCSR), que publica anualmente el Departamento de Estado estadounidense, ofrece a los legisladores un balance de las tendencias globales en el tráfico de narcóticos y su relación con Estados Unidos.
ICYMI: The 2022 edition of the International Narcotics Control Strategy Report is available. It assesses governments’ efforts to reduce illicit drug production, trafficking & use, as well as their work to counter drug trafficking-related money laundering. https://t.co/otUTLxpBZW pic.twitter.com/1sf7AwnLzK
— U.S. Asia Pacific Media Hub (@eAsiaMediaHub) March 4, 2022
La alerta en el informe sobre la diversificación del mercado de drogas se da en un contexto de una oleada de muertes por sobredosis en Estados Unidos, que superaron los 100 mil decesos entre abril de 2020 y el mismo mes de 2021. Esa cifra desató una gran preocupación de que las campañas en Estados Unidos, México y el resto del mundo sean insuficientes para cortar el ingreso de sustancias ilícitas por sus fronteras.
“Al contrario de los estupefacientes derivados de plantas, las drogas sintéticas no dependen del clima y no requieren grandes extensiones de tierra fuera del alcance de las autoridades estatales”, explicó el informe para demostrar por qué esos opioides son más económicos y fáciles de producir que la cocaína, la marihuana y la heroína.
A continuación, InSight Crime explica tres conclusiones fundamentales de la publicación.
–Análogos, drogas de diseño y nuevos psicoactivos
Es abrumadora la variedad de fórmulas químicas para las drogas sintéticas. Al momento de la publicación del informe, la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) había identificado más de mil nuevas sustancias psicoactivas (NPS, por sus siglas en inglés), mientras que los posibles análogos del fentanilo podían “calcularse en miles”.
Una NPS es una droga sintética diseñada por lo general para simular los efectos de narcóticos tradicionales, como la marihuana y la cocaína. En la producción de NPS se usan sustancias que aún no son objeto de controles por parte de las Convenciones sobre Drogas de la ONU de 1961 o 1971, de ahí los sobrenombres, “viajes legales” o “químicos experimentales”.
El informe pintó un sombrío panorama de los esfuerzos por detener la proliferación de NPS. En todo el globo, los traficantes están introduciendo nuevas variaciones de NPS a una velocidad alarmante “que ronda las más de 80 nuevas sustancias por año desde 2010”.
Ajustando la composición química del producto para acomodarse a la demanda del consumidor, los expendedores se sumergen cada vez más en las NPS que simulen estimulantes y el cannabis, según datos recientes de la ONUDD.
–Diversidad de precursores químicos
La producción de drogas sintéticas ilícitas requiere que las organizaciones criminales manejen grandes volúmenes de químicos precursores.
La comunidad global antinarcóticos ha impuesto mayores restricciones sobre el comercio de un número cada vez más amplio de químicos, pero parece en un juego interminable del gato y el ratón, pues los traficantes “ajustan los métodos de producción, para incluir el uso de químicos alternativos accesibles a un público más amplio para fines comerciales y fuera del control del sistema de la ONU”.
Por tradición, los traficantes dependían de 4-anilino-N-fenetilpiperidina (ANPP) and N-fenetil-4-piperidona (NPP) para crear fentanilo. El informe, sin embargo, destacó un cambio hacia los “pre-precursores” y precursores “de diseño”.
Químicos como el bencilfentanilo están sujetos a reacciones simples para producir norfentanilo que luego se procesa en el codiciado fentanilo. En esencia, un paso hacia atrás en la cadena de producción mantiene a los traficantes un paso adelante de la ley.
La gran mayoría de estos precursores se han desviado históricamente desde China, en especial desde que ese país prohibió la venta de fentanilo en sí en 2019. Este se produce cada vez más en México, muchas veces por grandes organizaciones criminales como el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con el envío de químicos desde plantas chinas. Pero al convertirse en pilar de las economías criminales, la producción y el tráfico de fentanilo también ha llamado la atención de grupos más pequeños.
Y al reforzar China los controles para combatir el desvío de precursores, los traficantes comenzaron a recurrir cada vez más a India para cubrir la necesidad. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (Center for Strategic and International Studies, CSIS), la deficiente regulación india sobre el fentanilo y sus precursores brinda una oportunidad dorada a los grupos criminales.
Innovaciones en metanfetaminas
Aunque el fentanilo se ha disparado en los últimos años, el informe detalló un sustituto similar de “precursores tradicionales” de pre-precursores hacia una sustancia más tradicional, la metanfetamina. Estados Unidos tampoco ha logrado implementar una estrategia efectiva para atacar esto.
Aunque las efedrinas y seudoefedrinas solían ser las sustancias preferidas para la producción de metanfetaminas, pre-precursores como el benzaldehído y el nitroetano se han vuelto comunes, especialmente en México, en la producción de fenil-2 propanona (P-2-P), el popular componente básico para la metanfetamina.
Esa remodelación ha permitido a los traficantes mexicanos mantener el flujo creciente de metanfetaminas ilegales hacia su vecino del norte.
Específicamente, en la frontera sur de Estados Unidos, se observó un récord en los volúmenes decomisados año a año entre 2017 y 2021, según datos del organismo de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).