Los egresados del IPN señalaron que tienen el objetivo de validar pruebas electrónicas superiores a los 11 kilómetros de altura y construir cohetes con tecnología 100 por ciento mexicana.
México, 11 marzo (Xinhua).- Ingenieros del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la segunda universidad más importante de México, han desarrollado cohetes tipo sonda con los que se pueden enviar cargas electrónicas a la atmósfera.
En un comunicado, el IPN informó el sábado de que el proyectil transporta cargas electrónicas a alturas de entre cinco y diez kilómetros, para validar pruebas de motor, aerodinámica, sistema de navegación y propulsión.
Los ingenieros Jonathan Rodríguez Castillo, Ramón Córdova Muñoz, David Gómez Herrera y Rafael Sánchez Zamora explicaron que el fuselaje es de fibra de vidrio o de cartón, utiliza aluminio para los motores y cuenta con un sistema de liberación del paracaídas para la recuperación de la carga útil.
El sistema electrónico tiene que ser aerodinámico, ya que si la estructura no es suficientemente rígida se puede desintegrar.
De acuerdo con los expertos, los artefactos pasan por un proceso de ingeniería de diseño a partir de programas de CAD (diseño asistido por computadoras) sobre los cuales moldean y construyen prototipos con impresoras 3D, en donde se hacen las aletas, pero con fuselaje de cartón.
Posteriormente, prueban la efectividad del cohete cuando lo introducen en los túneles de viento de la ESIME Ticomán, una de las cuatro unidades de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, con quien mantienen un convenio de colaboración, así como con la Unidad Mixta Internacional del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) para el desarrollo de tecnología en la materia.
Los egresados del IPN señalaron que tienen el objetivo de validar pruebas electrónicas superiores a los 11 kilómetros de altura (entre 20 y 30 kilómetros) y construir cohetes más robustos y grandes con tecnología 100 por ciento mexicana y con medidas de seguridad adecuadas.
México carece de normatividad en materia de seguridad para regular este tipo de lanzamiento (se basan en la legislación estadounidense en la materia), por lo que los ingenieros trabajan con la Agencia Espacial Mexicana para que en un máximo de cinco años se cuente con ello.