Ciudad de México, 11 de feb (SinEmbargo).- La comodidad de posar a la lente en escenarios techados bajo condiciones habitables no la detuvo en su sueño por dominar un coche a 200 kilómetros por hora en caminos repletos de nieve.
Pese a ser una playmate europea en 2011, Inessa Tushkanova prefiere esta última forma de ganarse la vida (y sin cheques tan bondadosos como el de modelo de Playboy). Manejar coches de rallys es lo que quiere en su vida, según portales como shootthecenterfold.com, y ewrc-results.com.
El amor por la velocidad y los motores no es reciente para Inessa, pues desde pequeña mostró que sabía meter el tacón a fondo, razón por la que sus padres se mudaron a ciudades cada vez más grandes como Dnepro, y posteriormente Kiev, dándole más oportunidades tras el volante.
No obstante fue en la capital ucraniana donde fue descubierta en la industria de la moda, abriéndole las puertas al modelaje que a la postre acabaría como un gran éxito en Ucrania, Rusia y Lituania, países que se deleitaron con el manejo que se le dio a Tushkanova en la revista Playboy.
Fue en el 2010 cuando Inessa obtuvo gran parte del respeto de compañeros de profesión y mundo motor luego de terminar sexta en el Rally de Ucrania, sorprendiendo a más de uno, y de paso callando a quienes argumentaban que estaba tras el volante para que el equipo pudiera conseguir más dinero en patrocinios.
“Inessa es una loca y destacada mujer que también tiene velocidad en su sangre. Desde la primera prueba, vi que su velocidad sería una gran sorpresa para otros competidores”, señaló el ex fórmula 1 Kimi Räikkönen.
Es en su octavo año de competencia que la también playmate espera detonar su carrera junto al copiloto Duncan McNiven, pues ingresaron al Rally de Finlandia que es considerado por expertos como uno de los más complicados del circuito europeo.
“Finlandia es un país tradicional de rallys donde la alta velocidad y la técnica usada en las difíciles sedes desarrollan al piloto más rápido que en ninguna otra parte del mundo. Pero los rallys de invierno son duras para mis suaves manos”, detalló la ucraniana al diario The Sun.
Sin embargo, el aprendizaje fue severo para la ucraniana, pues perdió el control de su Mitsubishi tras un salto y acabó con el coche volteado fuera de la pista tras chocar con la nieve acumulada alrededor del camino.
El accidente del Mitsubishi Lancer Evo IX no evitó ni disminuyó las posibilidades de que Tushkanova se mantenga presentable para su profesión alterna, aunque sí la limitó a saber si podría seguir en pruebas de la competición por falta de fondos.
El caso de esta ucraniana hace recordar un poco lo vivido por Danica Patrick, piloto estadounidense que desde 2005 maniobra en las carreras Nascar de Estados Unidos, una competición completamente distinta por correrse en circuito cerrado, pero con la peculiaridad de tener muy poco incidencia femenina. Está por ver si después de casos como éstos, la presencia de mujeres aumenta al ritmo de las revoluciones motores.