Hace ya 17 años que el pueblo de Luetzerath había recibido el anuncio de su disolución. El consorcio energético RWE era virtualmente propietario del pueblo y trasladó casi la totalidad de sus 43 mil habitantes a otras ciudades para explotar el carbón bajo su suelo.
Ciudad de México, 11 de enero (SinEmbargo/AP/RFI).– En octubre de 2022, la energética RWE, la empresa que emite más CO2 en Europa y al mismo tiempo la segunda mayor productora de energía en Alemania, alcanzó un acuerdo con el Gobierno de ese país para dejar de usar carbón en 2030, en lugar de en 2038. No obstante, la moneda de cambio fue el pueblo de Luetzerath, que ahora busca resistir a su demolición luego de una jornada en la que activistas fueron desalojados para dar el paso a la maquinaria y la posterior ampliación de una mina a cielo abierto de lignito, la forma más sucia de carbón.
“La guerra en Ucrania y la crisis energética resultante están ejerciendo una gran presión sobre el sistema energético europeo”, afirmó el Ministro de Economía y Clima Robert Habeck precisamente en octubre al presentar el acuerdo como reseña la Deutsche Welle. Una de las “tareas más urgentes de nuestro tiempo” es “conciliar la seguridad energética, la asequibilidad y la sostenibilidad. Tenemos que hacer las cosas bien a corto plazo”.
Para ese entonces la mayoría de los habitantes de Luetzerath ya habían sido relocalizados en otras partes. Su único poblador era un granjero de 58 años, quien recibió el anuncio como un balde de agua helada. “Mi granja fue sacrificada por la eliminación del lignito”, comentó ese mismo octubre al medio agrarheute, Eckhardt Heukamp. “Es una pena porque se podría haber evitado. Los políticos podrían haberlo evitado. Ahora Lützerath será sacrificado”.
A la salida de Eckhardt Heukamp, la lucha en Luetzerath siguió de la mano de activistas de todas partes del país que apuntaron a la enorme contradicción que el acuerdo implicaba, pues ampliar la enorme explotación a cielo abierto va en contra de los compromisos internacionales de Alemania para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Además, citan estudios que sugieren que el carbón que está bajo Luetzerath podría no llegar a necesitarse nunca.
“Bienvenidos a la mina de carbón a cielo abierto Garzweiler II, la mayor emisora de CO2 de Europa”, criticó Johanna, miembro de Luetzerath Lebt, una asociación de activistas medioambientales que luchan a favor de esta pequeña aldea entre Aquisgrán y Colonia desde julio de 2020. “¡Y bajo nuestros pies hay 280 millones de toneladas de lignito que no deben quemarse más! De lo contrario, Alemania no podría cumplir el acuerdo climático de París y el límite de 1.5 grados [de calentamiento respecto a la era preindustrial]”, advirtió la activista, entrevistada por Stefanie Schuller, enviada especial de RFI en Alemania.
Hace ya 17 años que el pueblo de Luetzerath había recibido el anuncio de su disolución. El consorcio energético RWE era virtualmente propietario del pueblo y trasladó casi la totalidad de sus 43 mil habitantes a otras ciudades para explotar el carbón bajo su suelo.
Junto al pueblo se abre un agujero de hasta 200 metros de profundidad que corresponden a la polémica mina de lignito a cielo abierto. Enormes excavadoras extraen de ahí carbón en una superficie de más de 80 kilómetros cuadrados, desde 1983, destruyendo 19 pueblos, granjas y aldeas, además de suelos agrícolas extremadamente fértiles, señala la Deutsche Welle.
La empresa señaló en un comunicado a primera hora del miércoles que empezará a demoler el antiguo asentamiento de Luetzerath. “Pedimos a los intrusos que respeten el Estado de Derecho y pongan fin a la ocupación ilegal de edificios, plantas y lugares pertenecientes a RWE de forma pacífica”, agregó.
CHOCAN ACTIVISTAS Y POLICÍAS
La policía entró el miércoles a Luetzerath para desalojar a los activistas que se habían atrincherado allí para evitar su demolición. Con equipos antimotines, los policías avanzaron sobre la pequeña aldea de Luetzerath y fueron recibidos con algunas piedras.
La policía anunció el inicio de la operación y dijo que la zona quedaría acordonada. En un tuit, explicó que la gente “tiene la posibilidad de abandonar el lugar sin más medidas policiales”.
Alrededor de 100 activistas intentaron bloquear el acceso al poblado.
Los ambientalistas sostienen que demoler la localidad para ampliar la cercana mina de Garzweiler provocaría enormes emisiones de gases de efecto invernadero. El martes, los inconformes se negaron a acatar un fallo judicial que prohibía el acceso al lugar. Algunos cavaron zanjas, levantaron barricadas y se subieron a lo alto de grandes trípodes para tratar de impedir la entrada de la maquinaria pesada a la localidad, antes de que la policía les hiciese retroceder por la fuerza.
Desde el domingo los activistas se congregaron para protestar. Los grupos ecologistas han criticado el acuerdo entre el Gobierno y RWE, afirmando que seguirá dando lugar a la extracción y quema de cientos de millones de toneladas de carbón. Argumentan que esto liberaría enormes cantidades de gases de efecto invernadero y haría imposible que Alemania cumpliera sus compromisos en virtud del acuerdo climático de París de 2015.
#Lützerath évacuation de la ZAD. La police avance à l’entrée du village à l’aide d’équipes spécialisées et de grues. @RFI pic.twitter.com/cCmjtE3xjf
— Stefanie Schüler (@SchulerStefanie) January 11, 2023
(Lucharemos) por cada árbol, por cada casa, por cada metro de este pueblo”, dijo Luka Scott, portavoz de la alianza de grupos que organizan las protestas citado por Associated Press. “Porque quien ataca Luetzerath, ataca nuestro futuro”.
Destacados activistas habían reunido desde el fin de semana apoyo para defender el pueblo de la destrucción, citando el impacto que el cambio climático ya está teniendo en Alemania y más allá.
La lucha por Luetzerath ha abierto una brecha entre los ecologistas y el partido de izquierda Los Verdes, que forma parte del gobierno de Renania del Norte-Westfalia y del nacional.
El copresidente del partido en el estado occidental, Yazgulu Zeybek, instó a los manifestantes a abstenerse de la violencia y permitir que se procediera a la destrucción del pueblo.
En una entrevista concedida al diario Westdeutschen Allgemeinen Zeitung, afirmó que los Verdes “ni deseaban ni elegían” que Luetzerath fuera destruido, pero añadió que la situación legal era clara.
Sectores principalmente juveniles de activistas por el clima se sienten traicionados por el partido que se había comprometido a apoyarlos.
Varios institutos de investigación como el Instituto alemán de Investigaciones Económicas han decretado que la explotación de Luetzerath no contribuirá en lo más mínimo a la seguridad energética del país.