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Gisela Pérez de Acha

11/01/2015 - 12:00 am

Todos contra los musulmanes

Después del atentado contra las oficinas de Charlie Hebdo en París, una discusión paralela surgió en la prensa y en redes sociales: Je ne suis pas Charlie, decía una publicación porque el autor no se identificaba “con la representación degradante y ‘caricaturesca’ que (la revista) hace del mundo islámico, en plena época de la llamada […]

Carlos Latuff
Carlos Latuff

Después del atentado contra las oficinas de Charlie Hebdo en París, una discusión paralela surgió en la prensa y en redes sociales: Je ne suis pas Charlie, decía una publicación porque el autor no se identificaba “con la representación degradante y ‘caricaturesca’ que (la revista) hace del mundo islámico, en plena época de la llamada ‘Guerra contra el Terrorismo’, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva.”

El argumento es un error, una trampa semántica que entiende mal la relación entre raza e Islam. Charlie Hebdo no es racista. Que quede bien claro, así como las ideas no tienen color de piel, las religiones no tienen raza.  Tampoco tienen derechos, ni se les pueden adscribir conceptos de dignidad u honor, pues lo entes metafísicos imaginarios que conforman su base no son seres humanos. Así de sencillo. Que Charlie Hebdo haya criticado al judaísmo y al islam no los hace racistas. Ambas religiones –igual que el catolicismo– merecen ser criticadas por seguir en el dogma de principios medievales que impiden el progreso y perpetúan la desigualdad.

Si la libertad de expresión es la lucha por proteger los discursos que más ofenden a las mayorías en una sociedad, la libertad para blasfemar es esencial para cualquier democracia que pretenda ser mínimamente laica.

Dicho esto, vale la pena analizar nuestros propios racismos y prejuicios cuando hablamos del Islam y los musulmanes. Por “nuestros” me refiero a los estándares perpetuados por una civilización occidental que poco entiende de estas cosas.

Tan solo unos minutos después de la masacre, el diario Le Monde replicó un video en donde se escucha a los asesinos gritar “Allahu Akbar” (Dios es grande), y “On a vengé le prophète Mohammed! On a tué Charlie Hebdo!” (¡Hemos vengado al profeta Mohammed! ¡Matamos a Charlie Hebdo!)

Según el testimonio de Coco, dibujante de Charlie Hebdo que sobrevivió al atentado, uno de los asesinos manifestó que pertenecían a Al Qaeda. Inmediatamente empezaron a circular los comentarios islamofóbicos (esos sí, pues no tenían un dejo de crítica y se basan en asumir de manera generalizada que todo musulmán es violento); varias mezquitas y tiendas de kebab en Francia fueron bombardeadas  y el hashtag #killallmuslims empezó a cobrar fuerza en redes sociales.

No podemos caer en esto. Tan falaz es pensar que las religiones tienen raza, como pensar que todo musulmán es violento y merece la muerte. Los actos de algunos pocos radicales no representan al resto de una comunidad que en 2009 estaba conformada por 1.57 billones de personas en el mundo.

Árabe, musulmán, islamista, Islam y fundamentalismo son conceptos bien distintos; y tampoco tienen que ver con Al-Qaeda. Vamos a las definiciones.

Vía @Sopitas
Vía @Sopitas

Árabe es una persona que nació en un país de habla árabe sin importar su religión o color de piel. Son 22 los países árabes empezando por aquellos que se encuentran al norte de África (de Mauritania a Somalia) y terminando en aquellos que rodean Arabia Saudita (Iraq, Siria, Yemen, etc).

Este mapa y algunas definiciones que replico, las saqué del blog de Herminia Páez Prado. Se los recomiendo mucho.
Este mapa y algunas definiciones que replico, las saqué del blog de Herminia Páez Prado. Se los recomiendo mucho.

Por su parte, musulmán es una persona que cree en la religión de Mahoma. Es decir, en el Islam: una de las tres grandes religiones monoteístas nacida en Arabia en el siglo 632 DC.

A diferencia del catolicismo, en dicha religión no existe una autoridad central que interprete “los mandamientos de dios”, como lo es el papa. Es por ello que las interpretaciones del Corán (o libro sagrado) tienden a ser personales y por eso dentro de los musulmanes hay más de veinte ramas y sub-ramas distintas. De los Sunni (salafistas, hermanos musulmanes y wahhabistas), a Chiitas, Jariystas y Sufistas hay grandes diferencias teológicas y prácticas. Sin mencionar que también existen musulmanes en el sur de África y países occidentales, por lo que la interpretación del libro sagrado también es un tema cultural.

En el Corán o libro sagrado del Islam está prohibido representar al profeta Mahoma en imágenes. Es por eso que las caricaturas de Charlie Hebdo son interpretadas como un tipo de herejía. Foto vía taringa.net
En el Corán o libro sagrado del Islam está prohibido representar al profeta Mahoma en imágenes. Es por eso que las caricaturas de Charlie Hebdo son interpretadas como un tipo de herejía. Foto vía taringa.net

En resumen: ni todos los árabes son musulmanes, ni todos los musulmanes son árabes. Racismo no es criticar el Islam y el Corán, pero sí es racista equiparar a árabes con musulmanes.

Los islamistas son punto y aparte. Sigo a Javier Gil Pérez en las siguientes definiciones. El islamismo se define como aquella ideología que se basa Corán para tratar de solucionar los problemas de la sociedad “mediante la aplicación de sus fórmulas político-religiosas con el objetivo máximo de instaurar un Estado islámico y aplicar la sharia islámica.” Si bien, no necesariamente tiene connotaciones negativas, se asocia al islamismo con movimientos de imposición violenta.

El Islam es una religión, y el islamismo es una ideología. No son lo mismo. Todos los islamistas son musulmanes, pero no todos los seguidores de la religión musulmana son islamistas. Esto último es muy importante de cara a los ataques de Charlie Hebdo.

Peregrinación anual de musulmanes a La Meca. Foto vía Cuartoscuro
Peregrinación anual de musulmanes a La Meca. Foto vía Cuartoscuro

El fundamentalismo por su parte, es una corriente que puede abarcar cualquier religión y se basa en la literalidad de los textos sagrados como única fuente de inspiración. Aquí caben católicos, protestantes y judíos por igual. Al-Qaeda cabe en esta definición. Según Roger Scruton, Al-Qaeda es un grupo terrorista creado por Osama Bin-Laden y deriva de dos fuerzas políticas pre-existentes: el movimiento Wahhabite en Arabia Saudita y los Hermanos Musulmanes en Egipto.

Precisamente por la importancia de estas diferencias semánticas y conceptuales, surgió después del hashtag #JeSuisAhmed en referencia al policía musulmán que perdió la vida en manos de los fundamentalistas islámicos el día de la matanza de Charlie Hebdo. Fue asesinado por uno de los suyos. El hashtag se inclina a demostrar que nada tienen que ver los musulmanes religiosos con los terroristas supuestamente entrenados por Al-Qaeda que mataron a los caricaturistas.

Foto circulada en redes sociales
Foto circulada en redes sociales

Después de lo sucedido, es verdaderamente preocupante la discriminación y xenofobia que se desatará contra los musulmanes no-blancos en todas partes del mundo. La extrema derecha en el mundo sigue creciendo, y son estos musulmanes quienes pagarán la cuota.

Lo que este atentado provoca es que en nuestra ignorancia occidental, culpemos a los musulmanes o árabes, volcándonos contra ellos por no saber diferenciar los conceptos previamente explicados. Inclusive se ha dicho que  uno de los propósitos de Al-Qaeda era generar este tipo de discriminación social, porque así pueden crear unión y consciencia política de todos los musulmanes que viven en el extranjero.

Si queremos sabotear los intentos de este grupo terrorista debemos empezar por NO discriminar nosotros mismos a cualquier persona que predique la religión musulmana, sin importar su origen o color de piel. Todo empieza por informarnos.

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