Londres, 25 ago (dpa) - El brutal asesinato del periodista estadounidense James Foley ha desatado de nuevo debate en Reino Unido sobre cómo proceder con los presuntos yihadistas.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, exigió una actuación más dura en un artículo que firma hoy en el diario "Daily Telegraph", en el que exige a su correligionario y jefe de gobierno, David Cameron, que vuelva a introducir las denominadas "Control Orders", una ley por la que se puede limitar considerablemente la libertad de movimientos de presuntos terroristas aun cuando no haya pruebas.
Esa legislación fue aprobada tras los atentados en el transporte público de Londres en julio de 2005, pero en 2011 se suavizó bastante.
Johnson no se limita sólo a eso y propone además retirar la ciudadanía británica a los presuntos yihadistas en el extranjero. Esa misma propuesta ya la hizo también el diputado conservador David Davis.
El Ministerio del Interior en Londres estima que actualmente hay más de 500 personas con pasaporte británico luchando en países como Siria e Irak. La mayoría de ellos vivía antes en Londres.
El asesino de Foley sería al parecer británico. Su identificación podría ser inminente, según el embajador británico en Estados Unidos.
Algunos diarios le han puesto rostro al presunto verdugo: Abdel-Majed Abdel Bary, un joven de 24 años que trabajaba de DJ con el nombre de "L Jinny".
Bary, de origen egipcio, colgó hace meses en Twitter una imagen desde Siria en la que sujeta una cabeza decapitada.
La ministra del Interior, Theresa May, ya anunció que quiere modificar la ley antiterrorista. El gobierno hará lo necesario para llevar ante la justicia a los islamistas que viven en Reino Unido.
Según fuentes gubernamentales, Reino Unido quiere incrementar sus esfuerzos en el convulso norte de Irak y ha nombrado a Simon Mayall como encargado de seguridad para la región kurda.
El alcalde de Londres propuso además que los británicos que viajen a Siria o Irak sin una razón comprobable sean considerados presuntos terroristas y que demuestren que no lo son.
Los puntos de vista del alcalde conservador han generado un controvertido debate en el país.