Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).– El Presidente Enrique Peña Nieto presentó ayer la División de la Gendarmería de la Policía Federal, creada para "fortalecer las capacidades institucionales de prevención de delitos", a la par organizaciones y asociaciones civiles expresaron su preocupación por la falta de información pública sobre la conformación de la misma ya que hasta el momento se desconocen sus facultades y atribuciones de esta nueva corporación.
A través de un comunicado, 75 organismos civiles pidieron a la Secretaría de Gobernación (Segob) así como a la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) que se dé información oportuna, veraz y sobre todo que esté disponible para promover el debate público con el fin de que se evite la discrecionalidad en el ejercicio de sus funciones y atribuciones.
Respecto a la conformación de la Gendarmería, pidieron asegurar "la existencia de controles internos efectivos y contrapesos externos que garanticen un adecuado reclutamiento, formación, entrenamiento y supervisión de sus elementos", además exigieron que debe basarse en principios y estándares de derechos humanos y deben "dotarla de un marco normativo que delimite con claridad sus funciones y atribuciones y evitar ejercicios discrecionales en sus funciones".
Al saberse que es la séptima división de la Policía Federal, también consideraron pertinente que los mecanismos de control civil deben estar basados en estándares internacionales. Los analistas aseguraron que la dependencia tiene recomendaciones relacionadas con violaciones a los derechos humanos y esta renuencia persiste, además de que hay una falta de mecanismos efectivos para investigar y sancionar a los responsables.
Desde diciembre de 2012 –cuando Peña Nieto recién comenzaba su mandato–, el Presidente hizo un llamado para el desarrollo de una nueva estrategia de seguridad y anunció la creación de “un cuerpo de control territorial” denominado Gendarmería Nacional.
Al respecto, Miguel Moguel, especialista de la Centro de Análisis e Investigación Fundar, dijo que en ese entonces "la Gendarmeria se propuso como una iniciativa que trata de deslindarse de la política de seguridad que implementó Felipe Calderón [Hinojosa] y que tuvo unos saldos costosísimos de víctimas, de detenciones, en temas de derechos humanos, todo el impacto social grave que tuvo".
El discurso en esa época era serio, pues se hablaba de la "participación de las fuerzas armadas, en algo que estaba fuera de su mandato legal y estaba documentado. Había sentencias de la Corte Interamericana que señalaban que la presencia y participación de militares en políticas de seguridad estaba asociado a la posibilidad de comisión de violaciones graves de derechos humanos".
Y durante los primeros discursos de los funcionarios públicos ya en el sexenio de Peña Nieto hablaban de un Estado fallido, porque "eso pasó, el Estado falló en garantizar y proteger derechos básicos para la vida y la integridad de las personas y entonces la Gendarmería se planteaba como una propuesta frente a esto".
Desde su anuncio, en 2012, el proyecto se retrasó una y otra vez e incluso el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, aseguró que la presentación sería el 13 de julio, pero una vez más cambió de fecha y ayer, en las instalaciones del Centro de Mando de la Policía Federal, Peña Nieto puso en operación la nueva División de Gendarmería Nacional.
De acuerdo con la página de Presidencia, cinco mil personas integran la corporación, mismos que cursaron un programa de formación inicial en el que participaron expertos de México y otros países. Su preparación incluyó un mes de instrucción militar.
El proyecto, que en un inicio se pensaba que lucharía contra el crimen organizado, tarea que destinaron al Ejército en el sexenio pasado, cambió de objetivo y ahora "protegerá las fuentes de empleo de trabajadores agrícolas, mineros, pesqueros, ganaderos, de la industria turística y de producción de bienes y servicios de las posibles amenazas de la delincuencia".
Al respecto, el semanario inglés The Economist aseguró que "en lugar de promover la seguridad ciudadana, se parece más a una fuerza de seguridad empresarial. Su competencia se extiende desde la protección de los productores de limón contra la extorsión hasta asegurarse de que los narcotraficantes no disuadan a los extranjeros de invertir en pozos de petróleo y plantas petroquímicas”.
Por su parte, el especialista Moguel también consideró que la nueva Gendarmería tiene más un estilo de "policía económica o turística, es decir, los bienes que son parte del patrimonio del país, tendrán que cuidarlos, custodiarlos y protegerlos" y por lo tanto, los militares seguirán en la calle.
Aseguró que el reto ahora es plantear una política de seguridad que no sea la misma que la anterior. "Que no pase por encima de los derechos y las libertades de las personas. Ésa es la preocupación".