LOS OTROS DIAMANTES DE SANGRE

15/09/2014 - 12:00 am

Es la historia del planeta. Las mujeres casaderas en los países ricos quieren diamantes grandes y pesados en sus anillos de compromiso, mientras los pueblos de África se desangran para conseguirlos; las clases alta y media del Primer Mundo desean bambú para sus muebles o en sus cocinas, cuando los bosques de Asia se agotan; hombres y mujeres por igual quieren detalles de piel en sus vestidos de diario, a pesar de que cientos de especies viven encerradas en granjas donde las maltratan y las sacrifican sin remordimiento.

Y millones de personas buscan drogas en la Tierra, sin calcular que, en las naciones donde se producen o se trafican, miles de personas mueren a causa de guerras cada vez más brutales y sangrientas.

A partir de hoy y durante los próximos días, SinEmbargo presenta los mapas de los costos de los cuatro grandes grupos de drogas en la mayoría de los países de todos los continentes. Como casi toda actividad económica presente, la industria de las drogas es un fenómeno global y sus empresarios extienden de manera cada vez más decidida sus intereses a otros delitos.

¿Cómo se precian las gemas de sangre esparcidas por el mundo?

P R I M E R A   P A R T E 

SinEmbargo presenta los mapas de los costos de los cuatro grandes grupos de drogas en la mayoría de los países de todos los continentes. Foto: Cuartoscuro
SinEmbargo presenta los mapas de los costos de los cuatro grandes grupos de drogas en la mayoría de los países de todos los continentes. Foto: Cuartoscuro

Berlín, Alemania, 15 de septiembre (SinEmbargo).– Eike es un joven estudiante de filosofía de la Universidad Humboldt de Berlín, la misma casa en que tomaron clases o impartieron  cátedra los filósofos Friedrich Hegel, Arthur Schopenhauer y Karl Marx. Por estos pasillos Albert Einstein ideó la Teoría General de la Relatividad.

Y sí que el mundo es terriblemente relativo: Eike es un entusiasta convencido de la democracia a quien enfada la miseria de muchos en porciones de África y América Latina y le ocasiona franca rabia la riqueza de unos cuantos.

“Tampoco es que Alemania sea el paraíso”, dice con amabilidad, casi condescendencia. A la menor provocación ensaya airados discursos sobre el empoderamiento de las mujeres y del valor el pensamiento sobre cualquier acto de violencia.

Durante su pasado reciente en América Latina y Estados Unidos, Eike fumó prácticamente todas las variedades de marihuana. Desde la oscura y saturada de semillas hasta las doradas de invernadero californiano. Ácidos, metanfetaminas, heroína, medicamentos psicoactivos de prescripción médica, hongos alucinógenos mexicanos, peyote, inhalables: es curioso que Eike vaya para filósofo y no para químico farmacéutico.

Bastante menos que la marihuana, Eike inhaló –y aún lo hace ocasionalmente– una cocaína que cruza tres continentes: nace y se procesa en América del Sur bajo control de los cárteles colombianos, se exporta a África y cruza el Mediterráneo para internarse a Europa.

Cuando llega a su espejo y se pulveriza bajo el canto de su tarjeta de crédito, el oro blanco de Los Andes posee una pureza de apenas 8 por ciento. En ocasiones especiales, ha comprado un gramo en 83 dólares.

Es curioso cómo empata esa cantidad con el costo de un rifle AK-47 de producción norcoreana en Sudán, uno de los países africanos más involucrados en las nuevas rutas atlánticas de la cocaína, un acuerdo del que se benefician los cárteles colombianos, algunos en connivencia con guerrillas de izquierda o derecha, y las organizaciones criminales mexicanos, que han dejado a su país más de 100 mil muertos en los últimos ocho años.

Y que se han extendido al secuestro, el tráfico y plagio masivo de migrantes, la esclavitud sexual de niñas…

“Es un horror”, dice Eike con un atípico gesto de asco al hablar de los decapitados de Michoacán o de los niños masacrados en San Pedro Sula, Honduras, durante la guerra de los drogas.

LA AVALANCHA

¿Qué piensan los políticos de una sociedad que se entiende y a la que se entiende como una de las más evolucionadas de lo que ocurre al otro lado del mar, en México, por cuyos muertos pasa parte del negocio de la cocaína que inhalan los alemanes?

Stephan Mayer, Diputado y portavoz de Política Interior del grupo parlamentario de la coalición conservadora Unión Demócrata Cristiana [CDU], de tendencia liberal-conservadora y democristiana, y de la Unión Social Cristiana de Baviera, también democristiano. Angela Merkel es a la vez que Jefa del Estado alemán, presidenta de CDU.

“La percepción es que hay una avalancha en México”, habla Mayer en entrevista que otorgó a SinEmbargo en el café berlinés Einstein junto a un grupo representativa de las diferentes fracciones partidarias del Bundestag.

Interviene Marian Wendt, congresista del mismo partido gobernante:

“Recibimos un gran reporte acerca de cómo las personas de la industria no quieren ir a México debido a que hay ciudades donde no hay patrullas, sólo el poder de los cárteles. Nosotros tratamos de incorporarnos con la policía de la República Checa y de la República de Polonia, trabajamos juntos contra el circuito de la droga contra los productores de metanfetamina. Imagino que también el gobierno de los Estados Unidos ha ejercido gran presión para trabajar junto a México para la destrucción de estos cárteles”.

Mayer, quien además tiene interés legislativo con Italia, refiere el empoderamiento de la Ndrangueta en Alemania en sociedad trasatlántica con los cárteles colombianos y mexicanos.

“Mexicanos y colombianos se valen de las estructuras italianas. Los cárteles colombianos y mexicanos no están tan presentes aquí en Alemania. No hay tantos miembros de los cárteles aquí en Alemania, así que necesitan alguien. Vienen de la costa oeste a España o a la costa de Italia y la responsabilidad de los italianos es la distribución, en especial de cocaína, en Alemania. Así que cooperan juntos. La mayoría de la cocaína entra por la costa oeste africana a España o Italia.

–¿Desde cuándo ustedes perciben que la situación funciona de esta manera?

– Ndrangueta ha estado presente en Alemania por varios años ya, un rango de diez años. Las autoridades no están muy bien informadas acerca de las características de Ndrangueta, están más informados sobre la mafia rusa, así que es muy difícil entrar a las estructuras de Ndrangueta porque ellos no pueden hablar de nada y si llegas a alguno de ellos, probablemente no te cuente nada acerca de la estructuras puesto que muy probablemente sería asesinado al salir de prisión

–¿Y de dónde proviene el resto de la mariguana que se fuma en Alemania y el centro de Europa?

–La mayoría de Irlanda o de la República Checa.

–¿Qué hace la mafia rusa en Alemania? ¿Cuál es su negocio?

–Son muy activos en varias ramas del crimen. En todas las ramas puedes hacer dinero y la mafia rusa está involucrada en prostitución, el negocio de la droga, tráfico de personas. Armas ilegales. Después de que cayó la Unión Soviética tomaron todas las armas, como las AK-47 –apunta Mayer.

–¿Las armas con las que puede operar el crimen en Alemania son fabricadas en Alemania o son fabricadas en Rusia?

–Son del ejército soviético. Después de la caída del sistema soviético no hubo control. Las armas fueron recogidas [por el crimen] y vendidas en Siberia sin control del sistema. Alemania está hasta arriba en el poderío económico en Europa, así que se puede hacer dinero en Alemania y las estructuras criminales están buscando.

Por separado, Andreas Beyer, jefe de la Policía Aduanal, apunta que la participación de los cárteles de México aún no es presencial y que únicamente han participado en dos eventos asociados a la intención de mexicanos de internar drogas en Alemania.

A su lado, Stephan Reese, comisario de Investigaciones Criminales de la Policía de Berlín, parece dar en uno de los clavos:

“La sociedad alemana es sumamente competitiva y posee un agudo sentido del trabajo y la eficiencia. Tenemos profesionistas y artistas que cada vez consumen más cocaína con la intención de aumentar su productividad y sin pensar en el sufrimiento que existe en otros lugares, como México”.

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La guerra contra el narcotráfico del ex Presidente Calderón causó miles de muertes. Foto: Cuartoscuro
La guerra contra el narcotráfico del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa causó miles de muertes en México. Foto: Cuartoscuro

En 2012, último año disponible, la Organización de las Naciones Unidas a través de su Oficina Contra las Drogas y el Delito [UNODC, por sus siglas en inglés] informó la ocurrencia de unas 183 mil muertes relacionadas con las drogas en el mundo.

A nivel mundial, se estima que entre 162 y 324 millones de personas, es decir del 3.5 por ciento al 7 por ciento de la población de  entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una vez alguna droga ilícita, principalmente sustancias de los grandes grupos cannabis, opioides, cocaína y anfetaminas.

El consumo de drogas problemático −por consumidores habituales y personas que sufren trastornos de consumo o dependencia− se mantiene estable en una cifra situada entre los 16 y los 39 millones de personas. Sin embargo, subsisten deficiencias en la prestación de servicios, y en los años recientes solo uno de cada seis consumidores de drogas problemáticos del mundo ha tenido acceso a tratamiento de la drogodependencia cada año.

Aunque el público en general tal vez considere que el cannabis es la menos dañina de las drogas ilícitas, en el último decenio ha aumentado notoriamente el número de personas que se somete a tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de esa sustancia, especialmente en América, Oceanía y Europa. De cualquier modo, los opiáceos siguieron siendo la principal droga objeto de abuso entre las personas acogidas a tratamiento en Asia y Europa, y la cocaína lo fue en América.

“Hablar de crimen organizado y reducir el tema al asunto de drogas es simplista”, sentencia Antonio Mazzitelli, jefe de la UNODC para México y El Caribe.

Los capos brasileños, asociados con organizaciones peruanas no sólo cruzan el Atlántico cargados de cocaína para participar en el abasto europeo. También envían mujeres en calidad de mercancía para su compra por esas mismas sociedades, las que han logrado el mayor grado de bienestar social y cuya agenda de derechos humanos se achica ante el hecho innegable de que aún albergan la esclavitud.

Las mafyas rusas, también involucradas en la explotación sexual de mujeres de Europa colocadas en sitios tan glamurosos como Las Ramblas de Barcelona, inundan sus propias ciudades y de los países nórdicos de heroína afgana y trafican armas que son utilizadas por grupos extremistas islámicos en África que mantienen la práctica de la ablación de clítoris.

Un gramo de coca peruana en España se puede cotizar en unos 76 dólares, mientras que la venta de una mujer rumana prostituida por alguna organización rusa en el país ibérico, en la Gran Vía de Madrid, por ejemplo, es de 33 dólares.

TODAS LAS MAFIAS LLEVAN A BERLÍN

Entre las diversas actividades ilícitas que se llevan a cabo, el narcotráfico es la más importante con 37 por ciento, apunta el investigador social Falko A. Ernst, especialista en crimen organizado de la Universidad de Essex, Inglaterra.

Predominantemente, la cocaína llega a Alemania en buques de carga a puertos como Hamburgo, Amsterdam y Bremen. Sólo a Hamburgo, llegan más de 9 millones de contenedores anualmente, apunta Ernst, un ciudadano alemán que ha estudiado en campo el narcotráfico en México, particularmente el asociado con Los Caballeros Templarios de Michoacán.

“Admiten, por lo tanto, las autoridades alemanas, que les resulta imposible impedir el flujo de sustancias y otros productos ilícitos. Sin embargo, España –donde Europol destaca la presencia de grupos mexicanos– sigue cobrando cada vez más importancia como puerta de entrada de la cocaína a Europa y Alemania”, anota el sociólogo.

Destaca que en Alemania cerca del 40 por ciento de los sospechosos de cometer delitos asociados con el tráfico de drogas son ciudadanos alemanes mientras que el 60 son extranjeros.

La cifra responde a la composición étnica de las bandas criminales activas en el país.

Hay involucramiento de turcos, lituanos, italianos, polacos, romanos, rusos, búlgaros, albanos y libaneses.

“La sociedad alemana también es multicultural en cuánto el crimen, ya que el 69.2 por ciento de los grupos son étnicamente heterogéneos. A pesar del importante papel que juegan nacionales alemanes en la composición del crimen organizado, su dimensión es fundamentalmente trasnacional. El 84 por ciento de todos los delitos registrados tienen tal característica”.

Ernst subraya que uno de cada 10 delitos tiene involucramiento de bandas de motociclistas como los “Hells Angels” o los “Bandidos”, pandillas originarias de Estados Unidos.

“Son PYMES criminales”, las define Ernst. Bajo la presencia de un estado “relativamente poco corrupto y fuerte”, esta estructura conlleva la ventaja de mitigar su detectabilidad por parte de las autoridades. Sólo el 3.3 por ciento de las bandas delictivas incluye más de 50 miembros. Sin embargo, existe colaboración entre los grupos mientras y los niveles de violencia se mantienen bajos.

Y sí: una cosa es vender marihuana en Görli Park, “el súper mercado de drogas más grande de Europa”, mientras ocurre un paseo familiar y otra es vender heroína eliminando rivales en una esquina.

“En la Europa contemporánea, Berlín ocupa un lugar especial. Es una ciudad, aún cuarto siglo después de la caída del muro, en plena transformación y ha producido subculturas sui generis que han atraído individuos de todos rumbos del mundo”.

La capital alemana es una ebullición de centros de la contracultura electrónica como clubes de noche y discotecas sin horario. Abren los viernes por la tarde y no cierran sus puertas hasta el amanecer del lunes. Hay quienes permanecen las 60 horas sin parar, lo que es inimaginable sin el apoyo de drogas sintéticas come la MDMA que se consiguen sin problema en tales lugares.

“Alemania resisten tendencias europeas en cuanto al consumo de ciertas drogas ilícitas. En el resto del continente, ha disminuido el consumo de la cocaína.  En la capital alemana, al contrario, nada más en el año 2012 se registró un aumento de 40 por ciento en delitos relacionados al ‘oro blanco’ andino”.

Ahora mismo está de moda la venta de cocaína con servicio a un coste de 60 euros o 1 mil 50 pesos un gramo con una pureza de 10 por ciento o menos. Menor pureza, ausencia de violencia en sitio, pero la guerra nunca deja de estar asociada.

–¿Cómo entra la cocaína a Alemania? –se le pregunta a Ernst en entrevista.

–La ruta más importante es a través de España, sí que existe un flujo muy importante de América del Sur, de Venezuela también por avión, que es la ruta clásica a Holanda, por las colonias holandesas de Aruba y Curazao. La otra ruta es por África del Oeste a través, por ejemplo, de Guyana Ecuatorial. Ocurre una confluencia muy importante de Al Qaeda, que controla la zona por donde pasa la droga de Guyana Ecuatorial, que es vía el Sahara. Las autoridades europeas temen de manera importante el narcoterrorismo o que Al Qaeda fortalezca su financiamiento con drogas también con cocaína.

–¿Han aparecido los cárteles mexicanos?

–Sí. Una de las preocupaciones más grandes de Europol es la colaboración documentada entre la Ndrangueta y los Zetas, aunque esto debió cambiar ahora con el declive de los Zetas. La ‘Ndrangueta es el jugador más importante de la cocaína en Europa y participan con fuerza también en el negocio de la metanfetamina. El país más fuerte en este aspecto es la República Checa, donde la Ndrangueta tiene presencia y capacidad de exportar hasta Australia.

Las metanfetaminas emergen como la gran preocupación para las autoridades. Aún son bajos los índices del consumo, pero en algunas regiones se registran aumentos importantes, particularmente en Baviera que comparte fronteras con la República Checa, la capital de la producción del ice en Europa.

Ahí es donde, en mercados a poca distancia de la frontera, se consigue la droga fácilmente de bandas vietnamitas.

–¿Y las mafias rusas?

–Los rusos, no sé si están muy metidos en las drogas también, creo que a nivel intermediario. Sus negocios ilícitos más fuertes en Europa son cuestiones de trata tráfico de mujeres y niñas de Europa del Este con fines de explotación sexual. En esto también participan muchos grupos de Los Balcanes, en especial los albaneses.

El gran mercado de la marihuana tiene participación desde los marroquíes que la internan a España de donde se propaga hasta Europa Central y más al norte y el oriente. Una vez que llega a Berlín, grupos locales adquieren la droga y la venden con el enorme beneficio y el bajo riesgo del intermedio en el sitio de consumo.

“Creo que hay cierta continuidad, una cadena no interrumpida entre los países de origen africano y la venta local que frece la ventaja de que baja los costos de la desconfianza. Si el negocio se queda dentro de una red, de una etnia, existen menos problemas de comunicación”.

–¿Hay participación de las triadas chinas en Alemania o en esta región de Europa?

–Ya son menos fuertes. Las tríadas eran bastante poderosas en los 80 y fueron una preocupación muy grande para el Estado alemán, pero esto ya disminuyó y se entiende que en relación con la apertura al Este lo que favoreció el crecimiento de los rusos.

En el negocio de las drogas concurren, además, los turcos, la etnia más numerosa en Alemania y con una fuerte presencia comercial en calle con tiendas de abarrotes y los restaurantitos rápidos de kebab.

Los libaneses juegan en el contrabando y existen miles de africanos provenientes del sur del Sahara dedicados a la venta callejera, la menos lucrativa.

Los vietnamitas participan en el enorme mercado negro del tabaco, legal y barato en algunas partes de Europa, como Polonia, legal y sumamente caro en países como Alemania o Reino Unido que fijan altas tasas impositivas al producto en su afán de mitigar el consumo y costear los altos costos que implica a la salud pública.

Aún entre los países más ricos de Europa ocurre el contrabando. Una cajetilla cuesta en una tienda berlinesa cinco euros o unos 75 pesos mexicanos; el mismo producto se expende al doble en un establecimiento londinense. En Varsovia el paquete cuesta dos o tres euros, más barato en algunos casos que en México.

–¿No hay conflictos entre las organizaciones criminales? ¿Aquí esta efectivamente organizado el crimen organizado a diferencia de México?

–Sí hay conflictos, pero la violencia está bastante limitada. Si alguien aplica la violencia abierta, las autoridades alemanas sí se meterán bien duro porque esto es inaceptable para la imagen que tiene Alemania como un país civilizado. Si los traficantes se mantienen en un nivel clandestino sirve bastante a todos.

LOS PERMANENTE POBREZA DE LOS MINEROS

México, América Central y los países andinos integran la porción del planeta más conflagrada por las drogas. Con excepción de los opioides, es la zona de mayor producción y tráfico de sustancias clasificadas como ilegales, a la vez que el consumo aumenta de manera significativa en todos los grupos de edad.

Durante décadas, los científicos sociales han debatido la relación entre pobreza, crimen y violencia. Con respecto de las drogas, no todos los sitios de producción y tránsito son baños públicos de sangre –al menos no en asociación con el narcotráfico, porque en Afganistán, primerísimo productor mundial de heroína, la violencia es rutinaria–.

El consenso es que las regiones disputadas por organizaciones criminales con fines monopolistas, con grave debilidad institucional y alta corrupción, drogas y nulidad de los derechos humanos son moneda corriente.

Esto ocurre con México, América Central –los estudios sobre crimen suelen incluir aquél país en esta región–, excepto Costa Rica; El Caribe, Colombia y en menor medida Perú y Bolivia.

El anterior conjunto de naciones está fuertemente imbricado en abastecer Estados Unidos, primer mercado de drogas del mundo y gobierno desde el que se resuelven las políticas antidrogas en el planeta, pero de manera más particular al sur de su frontera, donde el fuego está fuera de control desde hace años.

El cultivo de hoja de coca se restringe a una zona ocupada por tres países sudamericanos: Bolivia, Perú y Colombia.

Este último país alcanzó una producción potencial de hasta 377 toneladas de cocaína con una pureza al 100 por ciento.

En Alemania, un kilo con precio de mayoreo y pureza de 79.3, calidad estándar en ese nivel de venta, por ciento se cotizó en 2012 en un  precio promedio 49 mil 982 dólares. Un kilo de pureza sin corte alguno en Bolivia se adquiere en uno 1 mil 200 dólares.

Es por esto que en Alemania algunos especialistas en el tema de drogas se refieren a la cocaína como el oro blanco de Los Andes.

De acuerdo con datos de Naciones Unidas, la superficie cultivada de hoja de coca en 2012 era de 133 mil 700 hectáreas, una reducción de 14 por ciento con respecto al año anterior y, a la vez, la menor área desde que se realiza la estimación, iniciada en 1990.

Durante los últimos años, Perú ha desplazado a Colombia como el mayor productor mundial a pesar de lo cual también muestra tendencias a la baja.

En Bolivia, cuya Presidente Evo Morales surgió del movimiento cocalero, el valor total de la cosecha de hoja de coca se redujo de 318 millones de dólares a 283 millones de dólares.

A la par, el kilo de hoja de coca en 2013 en Bolivia, que ya era superior al de Colombia y Perú, subió siete por ciento más, de 7.40 dólares a 7.80 dólares por kilo.

También en 2012, último año reportado por la ONU, se incautaron 671 toneladas de cocaína, de las cuales, 418 fueron aseguradas en Sudamérica y 71.2 en Europa Occidental y Central, zonas que comprenden uno de los mayores mercados del mundo del alcaloide.

Si se cruzan los informes Global study on homicide, World drug report 2014 y Human development report, los tres elaborados por la ONU, se observa que América Latina no sólo pone la cocaína sobre la mesa del primer mundo, sino también la sangre sobre sus calles.

Se agrega al cuadro la posición mundial de cada país de acuerdo con su Índice de Desarrollo Humano, un indicador también elaborado por Naciones Unidas que considera diversos factores relativos a la educación, salud e ingreso.

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Como se observa, las mayores tasas de consumo ocurren lejos de las zonas de producción del alcaloide y de sus rutas, en tanto que los países en conflicto por la lucha del monopolio para abastecer las zonas de mayor uso de la sustancia mantienen la mayor mortalidad violenta.

San Salvador, capital de El Salvador, concentra en su área metropolitana 1.8 millones de habitantes. Ahí, en 2011, se registraron 277 asesinatos. Viena, Austria, cuenta con la misma población y, ese mismo año, registró 25 homicidios.

Dicho de otra manera: un gramo de cocaína en Islandia cuesta 130 dólares, equivalentes a casi 20 días de salario mínimo de un trabajador cocalero boliviano.

Un kilo de cocaína se puede cotizar en Canadá hasta en 44 mil 948 dólares, equivalentes a 12 años y medio de salario íntegro de un halcón en Tamaulipas, un vigía del narcotraficante y última labor de la cadena de trasiego y guerra de los cárteles del Golfo y Los Zetas.

¿Cuántos de los más de 100 mil ejecutados durante el conflicto del narcotráfico en México fueron halcones? Difícil saberlo, pero no es ninguna exageración decir que miles.

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Existe otra manera para entender cómo el problema de las drogas no termina con ajustes de cuentas de familias enteras en la sierra veracruzana o yonquis desahuciados en Vancouver.

Mientras países como Canadá mantienen altas inversiones públicas en áreas relativas al desarrollo social, naciones como México deben adecuar sus presupuestos para contener la expansión global de las drogas.

La siguiente tabla muestra la variación porcentual real anual del gasto neto devengado por diferentes secretarías de Estado en México.

Los datos son de la Cámara de Diputados y el período seleccionado, de 2007 a 2012, muestra la panorámica desde el inicio de la supuesta guerra contra las drogas iniciada por Felipe Calderón hasta la conclusión de su gobierno.

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Como se observa, durante la guerra contra las drogas de Calderón, la oficina que mayores crecimientos presupuestarios obtuvo, tanto de las dependencias seleccionadas como del conjunto de secretarías de Estado, fue la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Genaro García Luna, principal responsable político, después del Presidente, de la estrategia antinarcóticos.

García Luna, acusado él y su equipo de diferentes actos de corrupción contrataciones, reiteradas violaciones a los derechos humanos y asociación con el narcotráfico, específicamente con el predominante Cártel de Sinaloa, fue responsable de la administración de un gasto de 40 mil 536 millones de pesos en 2012, casi el doble de lo asignado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ese mismo año [21 mil 872 millones de pesos].

¿Y qué piensa el berlinés Eike?

“Que todo es una mierda”, dice con un poco de enfado.

Tal vez los ríos de drogas y su sean un galimatías propio para mentes como las de Hegel, Schopenhauer o Marx.

O de Einstein, porque sí que el mundo es terriblemente relativo. *

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Nota. La estancia en Alemania del reportero formó parte del programa auspiciado por el Göethe Institute por su obtención del segundo lugar del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter por el trabajo “Pandillas, la táctica del narco mexicano en EU”. Aquí la liga al reportaje: http://www.sinembargo.mx/15-01-2013/488282

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