Ciento cincuenta y tres legisladores federales fueron convocados, en seis comisiones, para discutir la Reforma Energética. De esos 153, 114 la aprobaron antes de pasarla al pleno, pero 52 de ellos fueron elegidos de forma plurinominal (menos de la mitad), es decir, fueron designados por sus partidos por una ley de representación que el Presidente Peña Nieto prometió eliminar, junto con muchas otras cosas, cuando era candidato.
Esto significa que sólo 62 legisladores, apenas un puñado, llevaban la representación legítima de los ciudadanos cuando dieron forma al cuerpo de leyes antes de llevarlo al pleno.
Los otros 52, que fueron un designio de los partidos, tuvieron un peso definitivo: cada Senador (fueron seis) representó “la voz” de 28 millones de mexicanos y cada Diputado (46), casi 4 millones, con la base de que somos un total de 112 millones 336 mil 538 mexicanos...
Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).– Nadie votó por ellos el primero de julio de 2012, pero su voto en comisiones fue determinante para completar el proceso legislativo de la Reforma Energética, la reforma estructural más importante del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. Son los diputados y senadores plurinominales, legisladores que ocupan una curul o un escaño gracias a las bondades del sistema político electoral mexicano.
En su mayoría fueron designados por la dirigencia de sus partidos políticos. Son las cúpulas de los partidos políticos quienes palomean las listas y deciden en qué orden van a integrar esa lista, que someterán a votación en cada una de las cinco circunscripciones que tiene el país.
Durante su campaña electoral, el Presidente Enrique Peña Nieto prometió que buscaría la reducción de 100 diputados federales. En sus spots de campaña, el entonces candidato afirmó que la reducción de representantes en el Congreso significaría, no sólo ahorrar dinero, dijo, sino permitiría hacer más eficiente al Parlamento, y tener una democracia con mejores resultados.
En 2009, el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa presentó también una propuesta para reducir 100 diputados y 32 senadores plurinominales. El entonces mandatario presentó 10 puntos en su reforma política electoral.
Iniciativas similares han sido presentadas decenas de veces por legisladores de los principales partidos políticos. El argumento siempre es el mismo: menos plurinominales es igual a más ahorro para el erario.
No obstante, ninguna de estas propuestas ha prosperado. Por el contrario la figura de representación proporcional se ha fortalecido desde su creación en 1977.
Este año, legisladores plurinominales jugaron un papel fundamental en la aprobación en comisiones de la legislación secundaria en materia energética, la joya de la corona del sexenio de Peña Nieto.
Por ejemplo, los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) Juan Bueno Torio y Rubén Camarillo Ortega, junto con el Senador Vega Casillas, tres actores principales en la redacción y posterior negociación de las leyes, son parlamentarios gracias al principio de representación proporcional. Uno más, el Senador panista Jorge Luis Lavalle Maury, fue electo bajo el principio de primera minoría.
También plurinominal, el Senador Carlos Romero Deschamps del Partido Revolucionario Institucional (PRI), líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), estuvo en primera línea de la dictaminación de las iniciativas. Aunque nunca subió a tribuna, el líder gremial expresó que la reforma significará “lo mejor para México y para los trabajadores”.
Otro legislador plurinominal de primer nivel en la aprobación de las reformas energéticas fue el priista Marco Antonio Bernal Gutiérrez, presidente de la Comisión de Energía y secretario de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
Cabe mencionar que el priista Ricardo Aldana Prieto, secretario de la Comisión de Energía y tesorero del sindicato petrolero, también accedió a su curul gracias al principio de representación proporcional.
El Diputado Aldana Prieto todavía tiene tras de sí la sospecha del desvío de mil 500 millones de pesos del Sindicato Petrolero a la campaña presidencial del priista Francisco Labastida Ochoa, en el año 2000.
LOS PLURIS EN COMISIONES
En las comisiones dictaminadoras de la legislación secundaria en materia energética en la Cámara Alta participaron seis senadores plurinominales de 35 integrantes de las comisiones de Energía, Estudios Legislativo Primera y Hacienda, de los cuales sólo dos votaron en sentido negativo la legislación secundaria.
También participaron ocho legisladores electos bajo el principio de primera minoría, fórmula por la que se otorga un escaño al partido político que, por sí mismo, haya ocupado el segundo lugar en número de votos en cada una de las entidades federativas.
Si tomamos en cuenta la población total de mexicanos, que el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi) contabiliza 112 millones 336 mil 538 personas, eso significaría cada “pluri” que votó a favor de la reforma peñista representó la voluntad de 28 millones 84 mil 134 personas.
Si hacemos este mismo ejercicio sólo para los mexicanos en posibilidad de votar, cifra que el Instituto Nacional Electoral (INE) ubica en 79 millones 933 mil 761 electores, eso significaría cada uno de los que votaron de forma afirmativa representó a 19 millones 983 mil 440 mexicanos.
En la Cámara de Diputados se contabilizaron 46 votos de legisladores plurinominales de 118 integrantes de las comisiones de Energía, Presupuesto y Hacienda. De estos 30 fueron en sentido positivo de la reforma para abrir el sector energético a los capitales privados.
Con el mismo ejercicio, se puede decir que cada Diputado seleccionado de la lista nacional que votó a favor de las leyes secundarias representó la voluntad de 3 millones 744 mil 551 mexicanos. Asimismo, podríamos afirmar que cada “pluri” votó en el nombre de dos millones 664 mil 458 electores.
Solo que nadie votó por ellos.
Estos diputados tampoco rendirán cuentas a los electores, pues no fueron electos en ningún proceso electoral y la rendición de cuentas no aplica de la misma forma que se hace con los elector en las urnas.
“Es una representación distinta de raíz, por ejemplo se dice que los diputados de mayoría representan distritos, mientras que los plurinominales representan a partidos políticos”, detalló el doctor Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Ciudad de México, en entrevista para Sin Embargo.
LOS “PLURIS”
En México, la figura de los diputados plurinominales surgió en 1977. Aparecieron para dar una representación a las fuerzas políticas que no tenían acceso a las cámaras del Congreso, por la vía electoral.
En otras palabras, el principio de mayoría relativa instituido que se constituyó el sistema político moderno impedía que las fuerzas pequeñas pudieran contender contra el PRI y pudieran ganar espacios de representación, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.
Con las reformas electorales de 1997, se fortaleció esta figura, que son fundamentalmente representantes políticos elegidos mediante un principio de listas de partido, que se presentan las cinco circunscripciones en que está dividido el territorio nacional.
“Los ciudadanos no votan directamente por el nombre de un candidato o candidata a diputados o senadores, sino que lo hacen en función de ciertos programas políticos de un partido. Un plurinominal es eso, un representante”, explicó el doctor René Torres-Ruiz, profesor investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.
Este sistema mixto (electos por mayoría relativa y por representación proporcional) ha funcionado desde 1977, con beneficio principalmente para las fuerzas políticas minoritarias.
No obstante, el académico detalló el principal riesgo que conlleva esta figura, según sus críticos. Y es que de alguna manera disminuye el lazo entre un representante y un ciudadano, en tanto de que el ciudadano no vota directamente por ese representante popular.
“Es mucho más fácil que se diluya este vínculo ciudadano-representante o la responsabilidad individual y en todo caso su mayor compromiso o el interés de quedar bien es con la dirigencia de su propio partido porque es está la que lo nominó y decidió que estuviera en la lista que finalmente se votó bajo el principio de representación proporcional”, afirmó el profesor de la Ibero.
¿SON NECESARIOS HOY?
Si los diputados y senadores plurinominales fueron creados en el siglo pasado para un contexto político diferente al que existe en la actualidad, la pregunta es si esta figura es útil en el actual panorama político nacional.
La principal crítica de la ciudadanía es el oneroso costo que representa el Congreso de la Unión.
Según datos de la Cámara de Diputados, cada legislador percibe 74 mil 000 pesos, más un apoyo económico de 45 mil 786 por asistencia legislativa y 28 mil 772 pesos para atención ciudadana. En total 148 mil 558 pesos.
Si se multiplica este gasto mensual por los 200 plurinominales, representa un gasto sólo en salarios y apoyos de 29 millones 711 mil 600 pesos mensuales. O lo que es lo mismo 356 millones 539 mil 200 pesos al año.
El Presidente Enrique Peña Nieto planteó como promesa de campaña la reducción de 100 diputados federales. No obstante, la propuesta fue “olvidada” durante la dictaminación y aprobación de la Reforma Política-Electoral de 2013.
Caso similar ocurrió en la Reforma Política del Presidente Felipe Calderón de 2009. En ese año, el mandatario panista planteó la reducción de los integrantes del Congreso, en San Lázaro planteó reducir de 500 a 400 diputados federales; y en la cámara alta, pasaría de 132 a 96 el número de legisladores.
El ex Presidente planteó además la reelección legislativa y de presidentes municipales; aumentar el número de votos para que los partidos políticos conservaran el registro; implementar la segunda vuelta electoral para la elección presidencial; y facultar al presidente para presentar dos iniciativas preferentes al inicio de cada periodo legislativo.
De todas sus propuestas, solo se aprobó la iniciativa preferente.
Los especialistas consultados por Sin Embargo coincidieron en que detrás de estas propuestas hay una motivación distinta al ahorro del bolsillo de los mexicanos.
“Lo que está detrás tanto de la propuesta de Calderón como la de Peña Nieto en su momento es que saben ellos que de alguna manera si disminuyen el número de representantes de proporcionalidad, podrían tener mejores dividendos en las elecciones, porque si se fuera retirando el sistema de representación proporcional en México, creo que lo que ocurriría sería que tendríamos un sistema tripartidista, explicó René Torres-Ruiz, profesor de la Ibero.
Para el doctor Gustavo López Montiel, la reticencia a los legisladores plurinominales el tema pasa por el control que ejerce la cúpula partidista en sus bancadas en ambas cámaras.
“Desaparecer a los plurinominales significa menos capacidades de la propia dirigencia para poder controlar candidaturas, que es lo que a final de cuentas buscan los políticos”,
Asimismo, un sistema con tres partidos mayoritarios dificulta el margen de negociación de la Presidencia de la República con todo el Congreso de la Unión. Por ejemplo, actualmente las bancadas del partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) –dos grupos parlamentarios integrados mayoritariamente por plurinominales– han servido al PRI para alcanzar mayorías sobre temas que le interesan.
“Yo no veo [la reducción de legisladores] en un futuro próximo, porque los partidos políticos, incluido el PRI, a renunciar a la posibilidad de diputados de representación proporcional, porque son espacios que son importantes para mantener el control al interior de los grupos parlamentarios”, Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Tec de Monterrey.