Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo).– La crisis humanitaria por el conflicto migratorio más complejo en la historia de Estados Unidos ha generado también un repunte del odio contra los migrantes, especialmente de mexicanos y centroamericanos. Mientras el Presidente Barack Obama pedía al Congreso recursos para hacer frente a la crisis humanitaria generada por la llegada masiva de niños centroamericanos a la frontera, se dio a conocer que ciudadanos estadounidenses se organizan en grupos paramilitares para “detener la entrada de inmigrantes al país” incluso a balazos.
En un video que circuló en las redes sociales, un hombre identificado como Chris Davis instruye a otras personas para contrarrestar a migrantes: “Ves a un ilegal. Le apuntas fijamente con tu pistola entre sus ojos, y entonces le dices: ‘regrésate al otro lado de la frontera o vas a ser baleado’”.
La frase conmocionó a la sociedad. Sin embargo, líderes de trabajadores migrantes en Estados Unidos afirmaron que la caza de indocumentados no es nueva y se remonta a los años 70 del siglo XX, cuando aparecieron los primeros grupos extremistas que patrullaban la frontera con México. Uno de ellos y bien conocido, dijeron, es el Ku Klux Klan.
Los activistas coincidieron que durante la guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón Hinojosa hubo un incremento considerable en el flujo de mexicanos a la frontera norte, un éxodo de connacionales que ocasionó que tanto las autoridades estadounidenses como los ciudadanos intensificaran su rechazo creando grupos para detener su paso.
Carlos Marentes, líder del Proyecto Organizativo Sin Fronteras de El Paso, Texas, aseguró que la violencia contra las personas que ingresan al país norteamericano se incrementó desde 2006, con la guerra contra el narcotráfico lanzada por el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y que aún continúa.
El líder migrante explicó que vio desde su oficina –que se encuentra justo en la frontera– cómo aumentaba el flujo de personas indocumentadas. “Yo me crié en Ciudad Juárez [Chihuahua] y jamás me imaginé que hablaríamos de más de 10 mil personas muertas en un lapso de algunos años”. Tampoco, expuso, se imaginó que la crisis migratoria llegaría a estos extremos.
Por su parte, Luis Magaña Acevedo, líder de la Organización de Trabajadores Agrícolas de California (OTAC), coincidió en que la batalla contra el crimen organizado del sexenio pasado provocó el resurgimiento del “odio racial. Un racismo violento de 'no quiero mexicanos y negros aquí”.
“Yo lo creo es que esto ha sido en los últimos cinco años, donde se ha vivido más visiblemente este tipo de violencia y extorsiones, relacionada al crimen organizado. Todo tiene que ver con la política de México, pero desde que el crimen se combatió, supuestamente con el gobierno de Calderón, fue más fuerte”, expuso.
Para Marentes hay una mayor atención sobre lo que pasa en las fronteras porque “hay una confrontación política en Estados Unidos por la disputa por el poder político y el presupuesto”.
“Cuando Obama dice que se necesita más aprobación de parte de la Cámara de Representantes de EU para que el gobierno del Ejecutivo y la patrulla puedan hacer su trabajo, es porque se viene el proceso electoral”, dijo.
Sin embargo, destacó que “la cara humana de la migración es lo que no están viendo los gobiernos de México y de Estados Unidos”, que no están haciendo nada por proteger a los más indefensos.
OBAMA Y LA REFORMA MIGRATORIA
El 80 por ciento de los votantes estadounidenses considera que se deben respetar los derechos de los indocumentados, según el informe presentado por la New American Economy, un colectivo que reúne políticos demócratas y republicanos en aras de una mejor economía.
En ese contexto, el Presidente Obama pidió 3 mil 700 millones de dólares para ampliar recursos en los centros de detención de menores, enviar más jueces de inmigración a la frontera y aumentar los esfuerzos de seguridad en México y Centroamérica.
Sin embargo, organizaciones –como Amnistía Internacional (AI)– han denunciado que el gobierno estadounidense no está haciendo nada para asegurar que los derechos de los migrantes sean respetados y que los niños, niñas y adolescentes migrantes que huyen de sus países por el crimen organizado, la pobreza y violencia no son prioridad en el debate político sobre la Reforma Migratoria.
En ese sentido, AI urgió a ambos gobiernos hacer algo al respecto: “Según el derecho internacional de los derechos humanos, los gobiernos tienen la obligación de asegurar que los derechos humanos de niños y adolescentes migrantes no acompañados sean respetados. Todos los menores deben contar con un debido proceso durante sus procedimientos, incluyendo el acceso a servicios de asesoría, traducción e interpretación, así como el derecho a solicitar asilo y no ser devueltos a un país donde su vida, seguridad o libertad corran peligro”.
Desde octubre de 2013, el número de detenidos por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ya superó 52 mil 193, cifra dos veces mayor a la que se obtuvo durante el mismo periodo en 2013. De acuerdo con datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) entre enero y mayo de 2014, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 47 mil menores de edad, quienes no eran acompañados por algún adulto. Del total de niñas y niños detenidos, 11 mil 577 procedían de México; 11 mil 479 de Guatemala; 13 mil 282 de Honduras; 9 mil 850 de El Salvador, y el resto de otros países.
Por su parte, el líder de trabajadores de Texas explicó que el gobierno estadounidense decidió no establecer políticas de inmigración porque los migrantes son una fuerza política muy importante.
Sin embargo, para las milicias y grupos armados contra migrantes es una forma de actuar respecto a lo que no está haciendo el gobierno de Obama.
GRUPOS EXTREMISTAS
Video de una de las milicias, Three Percenters, entrenando en los bosques de EU. Subido en 2011
Carlos Marentes explicó que la intervención de grupos –milicias y de ciudadanos– que se encuentran a la “caza” de migrantes que llegan a Estados Unidos “no es algo nuevo”, y que esta práctica comenzó desde la guerra civil en ese país.
“En el norte son muy típicas las milicias. Para empezar son gente que le gustan las armas. Empiezan como club de cazadores y para portar armas, luego relacionan la migración con el terrorismo, con el deterioro de los servicios sociales y saqueo de los recursos. Estos grupos que están armados creen que son los que pueden salvar a Estados Unidos”, afirmó.
De acuerdo con diarios estadounidense milicias que están en contra del gobierno de Estados Unidos están reclutando voluntarios armados para que se trasladen a la frontera entre Texas y México y formen un grupo de ciudadanos que participen en el “Operativo Aseguremos Nuestra Frontera”, que pretende detener el ingreso de inmigrantes al país.
Kolten Parker, periodista del San Antonio Express-News, aseguró que los grupos, que se identifican a sí mismos como “Patriots”, “Oathkeepers” y los “Three Percenters”, están utilizando las redes sociales, blogs y líneas telefónicas las 24 horas del día para reclutar y movilizar voluntarios a Laredo, quienes llevarán armas de fuego e intentarán colaborar con las agencias que aplican la ley en la frontera.
Los grupos culpan al gobierno de Barack Obama de debilidad, y de permitir esta la crisis humanitaria de migrantes por no confrontarlos por la vía armada.
Sin embargo, los líderes de trabajadores migrantes manifestaron que no es novedoso que surjan estos grupos extremistas que todavía creen en “la supremacía de la gente blanca”.
“Ya no nos asombra que salgan lunáticos, personas que de pronto quieran tomar las armas para combatir la inmigración”, afirmó Carlos Marentes, al explicar que desde los años 70 grupos como el Ku Klux Klan, incluso el Partido Nazi, han anunciado que patrullarían la frontera y vigilarían los límites con Reynosa, Tamaulipas.
Por su parte, Magaña alertó que con la política migratoria de Obama se verán cosas más fuertes respecto a la persecución de migrantes. “Los migrantes no se van a esconder más de la migra, ahora la migra se va a convertir en los salvadores”, dijo.
También sostuvo que depende de Obama que no se expanda el “patriotismo nacionalista de los estadounidenses por proteger sus fronteras”.