La violencia está "fuera de control" en ruta a EU, denuncian migrantes que huyen de sus países por esa misma causa

25/06/2014 - 12:04 am
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Representantes de Amnistía Internacional protestaron afuera de las embajadas de Honduras, El Salvador, Guatemala para que el gobierno mexicano pare las deportaciones. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo).– Guadalupe tiene 29 años y en sus brazos lleva a Miguel Ángel de tan sólo ocho meses de edad. El niño juega con sus manos al tiempo que su madre consigue una botella con agua para los dos. La mujer recibe una galleta y decide dársela al pequeño mientras, asegura, que en su camino de Honduras hacia Estados Unidos “uno no sabe qué puede pasar, todo es una posibilidad y nadie la tiene segura”.

La progenitora de tres menores más, quien dejó en su tierra natal desde el pasado 17 mayo, se unió ayer a la caravana Diálogo por las y los migrantes –realizada en el Distrito Federal– donde dijo: “Vengo escapándome del papá de mis hijos”. Salió de su país porque el dinero para mantener a su familia ya no le era suficiente, y porque padecía violencia.

Vilma Lizbeth Flores Ávila tiene cinco meses de embarazo. Ella dejó el Departamento de Olancho, Honduras, desde abril de este año para llegar con sus dos hijas –de siete y tres años de edad– a Houston, Texas, en Estados Unidos, por “la triste situación de no poder siquiera sobrevivir y por la amenazas de muerte del crimen organizado”, explicó.

Denis Navarro, de 31 años de edad, salió de su casa en Tocoa Colon hace dos meses y medio y, por segunda vez, intenta llegar hasta Texas, donde piensa encontrar un trabajo que le ayude a enviar dinero a sus sobrinos, madre y tres hijos, a quienes ayudaba económicamente gracias a su trabajo como agricultor. Si en esta ocasión no es deportado “podría ofrecerles un mejor futuro”, comentó.

Guadalupe, Vilma y Denis forman parte de los miles de migrantes que huyen de sus países porque la violencia social, económica y física que permea en sus naciones los ha obligado a buscar “mejores condiciones de vida”. Sin embargo, podrían ser víctimas de abuso sexual, extorsiones, aislamiento, maltrato físico y psicológico en su paso por México y, si logran llegar a su meta, también en “el país del norte”.

Para los migrantes centroamericanos “la violencia que viven en la ruta migratoria en México está fuera de control; con asaltos, asesinatos, secuestros, extorsiones y violaciones”.

La semana pasada la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó que organizaciones civiles de Estados Unidos denunciaron más de 100 casos de abusos sexuales, físicos y verbales hacia menores de edad por parte de agentes fronterizos, mientras los niños eran trasladados en los centros de reclusión donde también sufren maltratos psicológicos además de que las condiciones de dichos lugares son casi inhumanas

Por su parte, la Embajada estadounidense en México también dio a conocer que en los últimos días 106 mil personas provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron expulsadas de Estados Unidos en el último año fiscal.

Por ello, organizaciones civiles realizaron la caravana Diálogo por las y los migrantes, donde el padre Alejandro Solalinde Guerra, representantes migrantes, de organizaciones civiles y de Amnistía Internacional pidieron a las embajadas de Honduras, El Salvador y Guatemala que los gobiernos de esos países pongan atención a la situación de crisis que enfrentan sus connacionales, razón que los orilla a migrar y poner en riesgo sus vidas.

La caravana también tuvo como objetivo hacer un llamado a las autoridades del gobierno que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto, para que detenga las violaciones a los derechos humanos cometidas por la privación de la libertad de las personas migrantes que Solalinde Guerra calificó como “ilegales”.

En ese sentido, el activista lamentó que en diálogos anteriores con las autoridades mexicanas “nunca se llega a nada” y consideró que “es la hora de que la Iglesia Católica intervenga”.

VIOLENCIA, TRAS VIOLENCIA, TRAS VIOLENCIA

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Vilma Flores huye de su Honduras tras recibir amenazas del crimen organizado. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Vilma Flores explicó afuera de la  sede diplomática de Honduras en la Ciudad de México que estaba ahí “para pedirle al señor Embajador [ Mariano Castillo Mercado] una oportunidad para que apoye a las mujeres que con tanta necesidad venimos acá. No venimos porque queremos sino porque lo necesitamos. Le pido por favor que intervenga en esto porque ya es una problemática muy grande […] Somos muchas las mujeres que venimos a sufrir con niños porque no podemos sobrevivir en nuestro pedacito de tierra”.

A punto de derramar lágrimas, Vilma expresó: “Cómo quisiera estar con mis hijos en este momento, con mi madre… pero no puedo porque estoy amenazada de muerte […] y ellos [ el gobierno de Honduras] no les importa, no se dan cuenta, viven tranquilamente sin importarles la vida del pobre”.

En el caso de los afectados por parte de las autoridades de migración de México denunció que “en este camino he sido maltratada, encerrada y señalada como una delincuente, porque un oficial de migración me dijo que cruzar por este país es ilegal “.

A principios de este mes, la organización Sin Fronteras detectó deficiencias en la infraestructura y en las condiciones en que se mantiene a los migrantes detenidos, fallas en el debido proceso, carencias en la atención médica que reciben, falta de información por parte de las autoridades respecto a su situación migratoria y afectaciones psicológicas causadas por el encierro en las estaciones migratorias del Distrito Federal y Oaxaca, así como en tres estancias provisionales.

La mujer de  Olacho, Honduras, dijo que no podía dar nombres de quienes en Honduras la han amenazado con quitarle la vida porque “sería la muerte para todos” refiriéndose a su familia.

La carta entregada al Embajador Castillo Mercado exhorta al Presidente Juan Orlando Hernández que atienda la problemática de la niñez no acompañada que llega a México y EU, para que se respeten sus derechos y se les otorgue el asilo, ya que, según expresaron los migrantes, “no hay cantidad monetaria que valga la dignidad de nuestros hijos”.

La semana pasada el gobierno de EU calculó que este año entre 48 mil y 78 mil menores serán arrestados al intentar cruzar de México hacia su territorio.

Al respecto, el padre Solalinde expuso que tanto adultos como menores de edad deben ser respetados y mediante la carta entregada en las diversas embajadas de los gobiernos centroamericanos en México se exhortó a las autoridades de los Estados involucrados para que “se unifiquen esfuerzos para mitigar el derramamiento de sangre de nuestros hermanos en territorio mexicano, que en cuestión somos el sector más vulnerable pro la normativa de las leyes mexicanas”.

Los migrantes explicaron que “la violencia que se vive en la ruta migratoria en México se está volviendo fuera de control con asaltos, asesinatos, secuestros, extorsiones y violaciones”.

En ese sentido, Denis Navarro denunció que en la frontera con Guatemala fue extorsionado por autoridades de este país, sin embargo, reconoció que “no todos son policías de verdad, sólo están disfrazados, nos amenazan y nos quitan todo nuestros dinero”.

En el caso de las personas que provienen de El Salvador, se dijo al Embajador Carlos Asencio Girón, que la mayoría de sus migrantes son amenazados y perseguidos por organizaciones del crimen organizado como la denominada “la Mara Salvatrucha”, por lo que era necesario poner un alto las masacres de este grupo delictivo.

Los migrantes del El Salvador denunciaron que los servicios forenses en México tiran en fosas clandestinas los cuerpos de los migrantes si estos no son aceptados por las embajadas en fin de semana cuando están cerradas.

El representante de este grupo también hizo un llamado al Presidente de ese país, Salvador Sánchez Cerén, para que garantice las condiciones económicas para que los salvadoreños dejen migrar

“No queremos seguir migrando por lo que exigimos trabajen por y para el pueblo, que realmente las ayudas lleguen a los pobres en cada departamento, municipio y localidad”.

En lo que a México compete, pidieron se pararan las deportaciones masivas y maltratos por parte de los agentes de migración.

LOS ACUERDOS

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El padre Alejandro Solalinde hizo un llamado a las autoridades de México para que se respeten los derechos de los migrantes y entregó en cuatro embajadas una carta petitoria. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Pese a que las embajadas de no tienen funciones para tomar decisiones sobre las políticas públicas sobre el tema de migración, se pretende que a través de estos organismos se canalicen las quejas de los migrantes los mandatarios de cada país.

En el caso de Honduras, Alejandro Solalinde dijo que el Embajador de ese país protegió a su gobierno y no a su gente. Sin embargo, aceptó la carta porque “qué otra cosa podía hacer” y adelantó que viajaría al país sureño para dialogar con las autoridades de esa región.

En cuanto a la respuesta del embajador de El Salvador, el activista dijo que Asencio Girón se mostró muy respetuoso y accesible, por lo que la petición de los migrantes de ese país llegó sin mayores dificultades.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos anunció ayer que destinaría una ayuda de 253.6 millones de dólares para Guatemala, El Salvador y Honduras, e informó que enviará a 150 agentes a Valle del Río Grande, en el sur de Texas, para controlar el flujo de migrantes. También advirtió que, invertirá 1.3 millones de dólares semanales para montar su propio patrullaje para frenar el incremento de la inmigración de indocumentados en su frontera con México.

Esta acción fue tomada como un desafío para el Vicepresidente Joe Biden, quien dijo en una entrevista con el diario español El País que “nosotros vemos esto como una responsabilidad compartida entre todos los gobiernos afectados”.

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