Para los investigadores, esto prueba que el virus llevaba circulando desde hacía algún tiempo, como prueba el impacto abrupto y repentino con el que se produjo la pandemia en febrero y por las investigaciones posteriores, incluida la detección del virus en las aguas residuales de Milán a mediados de diciembre de 2019.
Roma, 10 dic (EFE).- Un niño de 4 años de Milán tenía ya el coronavirus el 21 de noviembre de 2019, pero se creyó que se trataba de sarampión, según un estudio de Universidad Estatal de la capital lombarda, publicado en la revista Emerging Infectious Diseasese.
Los medios italianos se hacen eco hoy del que sería entonces el “paciente 1” en Italia y que probaría que la enfermedad circulaba mucho antes de finales de febrero cuando comenzaron a declararse los primeros casos.
Según el estudio, el 30 de noviembre el niño fue trasladado a urgencias con síntomas respiratorios y vómitos y el 1 de diciembre aparecieron en la piel unas manchas muy parecidas a las del sarampión.
First Covid case in Milan, Italy was actually ONE YEAR AGO- a child in December 2019. Study published on Emergency Infectious disease (CDC journal)https://t.co/sDDqQU8kIw Evidence of SARS-CoV-2 RNA in an Oropharyngeal Swab Specimen, Milan, Italy, Early December 2019
— Irene Tosetti (@itosettiMD_MBA) December 10, 2020
El 5 de diciembre, por lo tanto, 14 días después del inicio de los síntomas, se le realizó una prueba para buscar si se trataba de sarampión y que fue conservada en el hospital según el protocolo de la red de vigilancia de sarampión y rubéola.
El resultado de la prueba dio negativo y posteriormente fue sometido a la prueba del SARS-CoV-2 y resultó positiva ya que esta enfermedad puede dar lugar a un síndrome similar a Kawasaki y también provocar manifestaciones cutáneas, comunes a otras infecciones virales, como el sarampión.
Para los investigadores, esto prueba que el virus llevaba circulando desde hacía algún tiempo, como prueba el impacto abrupto y repentino con el que se produjo la pandemia en febrero y por las investigaciones posteriores, incluida la detección del virus en las aguas residuales de Milán a mediados de diciembre de 2019.
Además, agregan, esta propagación prolongada y no reconocida del SARS-CoV-2 en el norte de Italia podría explicar, al menos en parte, el impacto devastador de la primera ola en el norte de Italia.