Sinovac ha reaccionado hoy al anuncio de las autoridades brasileñas y se ha mostrado convencida de la seguridad de su vacuna. Anteriormente, otras farmacéuticas también interrumpieron temporalmente sus ensayos de vacunas contra la COVID-19, como Johnson & Johnson y AztraZeneca, después de haber detectado enfermedades inexplicables en un participante en cada caso.
Ginebra, 10 nov (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró hoy que las interrupciones temporales en los ensayos clínicos de vacunas son una práctica rutinaria en caso de que se sospeche de un efecto adverso.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil dispuso este lunes la suspensión temporal de los ensayos clínicos en el país de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, tras notificarse un “evento adverso grave”.
“En general la seguridad es la prioridad en los ensayos clínicos de vacunas y cuando aparece un efecto adverso en un participante, que puede o no tener relación con la vacuna que se está evaluando, lo que se hace es investigar”, dijo hoy en Ginebra la portavoz de la OMS, Fadela Chaib, al comentar lo ocurrido en Brasil.
Confirmó que la suspensión de un ensayo es la medida habitual “cuando se realiza una evaluación de ese tipo”.
El organismo brasileño que colabora con el laboratorio Sinovac en el ensayo que se realiza en Brasil optó por detenerlo mientras evalúa con detenimiento los datos recogidos hasta el momento y establece los pro y los contra de continuar con el estudio.
“No creo que haya que encontrar más razones o explicaciones aparte del hecho de que la gente que trabaja con vacunas es muy precavida cuando ve un efecto adverso y prefiere suspender un ensayo hasta reunir más información”, agregó Chaib.
El estudio en Brasil con la vacuna denominada “coronavac” incluía a nueve mil voluntarios.
Sinovac ha reaccionado hoy al anuncio de las autoridades brasileñas y se ha mostrado convencida de la seguridad de su vacuna. Anteriormente, otras farmacéuticas también interrumpieron temporalmente sus ensayos de vacunas contra la COVID-19, como Johnson & Johnson y AztraZeneca, después de haber detectado enfermedades inexplicables en un participante en cada caso.
Ambas compañías, al igual que Sinovac, se encuentran en la fase III de ensayos clínicos de sus respectivas vacunas, lo que implica que cada candidata a vacuna es inoculada en decenas de miles de personas en países donde el coronavirus está circulando intensamente para establecer su eficacia y que son seguras.
AztraZeneca reanudó sus ensayos después de determinar que la enfermedad que apareció en un voluntario no tenía que ver con la vacuna.