A inicios de esta semana, un comando de sicarios atacó a las familias mormonas Miller, Langford y LeBarón dejando nueve víctimas fatales, entre ellas tres mujeres y seis niños, además de cinco menores heridos, situación que ha puesto en alerta a la comunidad, pero también los mexicanos que forman parte de ese entorno.
Daniel Sánchez Dórame
Bavispe (México), 10 nov (EFE).- La amenaza que significan los grupos criminales que trafican drogas hacia Estados Unidos, no solo afecta a las familias de mormones que habitan entre Sonora y Chihuahua sino también a los residentes mexicanos que tienen una relación económica, política y cultural con sus vecinos de La Mora.
A inicios de esta semana, un comando de sicarios atacó a las familias mormonas Miller, Langford y LeBarón dejando nueve víctimas fatales, entre ellas tres mujeres y seis niños, además de cinco menores heridos, situación que ha puesto en alerta a la comunidad, pero también los mexicanos que forman parte de ese entorno.
“Nosotros vamos a exigir que se conozca la verdad”, declaró el líder de la comunidad y de la familia Julián LeBarón, quien advirtió que el riesgo no solamente es para las familias mormonas, sino también para los habitantes de Sonora y Chihuahua.
En el poblado de Bavispe, ubicado a 12.4 kilómetros de la comunidad mormona de La Mora, habitan alrededor de mil 300 personas, María Pilar, quien se dedica al comercio en una tienda de abarrotes, reconoce que mexicanos y extranjeros a pesar de tener marcadas diferencias, principalmente el color de piel y la religión, llevan un siglo viviendo en paz y con armonía.
“Si los atacan a ellos, que podemos esperar nosotros. El temor aquí es generalizado en todos los habitantes de la región”, contó Pilar en entrevista con Efe
Dijo que los sicarios acribillaron sin piedad a las madres y los bebés que eran “tan buenas personas e indefensas” y a pesar de que dijeron que iban a venir autoridades estadounidenses a investigar “se están tardando porque cuando lleguen no van a encontrar nada, ni a nadie, la gente se quiere ir porque ya no soporta más tanta incertidumbre”.
El rustico estilo en las casas de adobe en Bavispe y calles empedradas, contrasta con la arquitectura de las casas en La Mora, donde hay caminos de terracería, pero una calle principal en concreto hidráulico que conecta a 31 viviendas con alumbrado público, servicios de telecomunicaciones satelitales y un templo.
Desde que sobrevino la tragedia, efectivos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano instalaron un campamento en la entrada a la cabecera municipal junto a una brecha utilizada como pista de aviación.
Pero a pesar de los refuerzos en la seguridad, la gente no sale de sus casas cuando sale el sol y por las tardes las calles lucen desoladas, los habitantes afirman que tienen miedo.
Regularmente, Bavispe cuenta con cuatro policías y tres unidades para la vigilancia de cuatro poblados: San Miguelito, Bacerac, Las Moritas y la cabecera municipal y sus habitantes afirman que los sicarios están mejor armados que los policías e incluso que el Ejército Mexicano.
“De los mormones se dicen muchas cosas, que si son polígamos, que si se casan entre primos, hemos escuchado de todo, pero nosotros que tenemos toda la vida junto a ellos podemos asegurar que son gente pacífica, no se meten con nadie, son caritativos y cuando algo ha ocurrido acá en el pueblo son los primeros en apoyarnos, incluso antes que el Gobierno”, aseguró Francisco Vega.
El historiador y cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda, recordó que las familias mormonas que habitan entre los estados de Chihuahua y Sonora, llegaron huyendo del estado de Utah, Estados Unidos, cuando se les prohibió seguir practicando la poligamia.
Durante los funerales de las familias Langford y Miller, sus deudos explicaron que algunas actividades económicas de los mormones asentados en el noroeste de México, son la agricultura, fruticultura, crianza de pavos y ganadería, pero principalmente la carpintería de alto nivel pues con maderas exóticas fabrican muebles de altísima calidad que exportan hacia Nueva York y Dubái.
Este sábado en La Mora y Galeana se realizaron los servicios funerarios de los fallecidos en la masacre de acuerdo a las costumbres de los mormones, en las iglesias de Bavispe, San Miguelito y Bacerac.
También se celebraron misas y rosarios para pedir por el eterno descanso de las víctimas, donde los cristianos pidieron pronta resignación para los deudos de las familias Langford, Miller y LeBarón.